Microplásticos
Hasta ahora eran un problema, pero las botellas de plástico buscan redención. Pueden desbloquear todo el potencial del hidrógeno
Los microplásticos han demonizado a las botellas de plástico, pero es posible que puedan tener una nueva vida muy merecida
Un grupo de científicos está consiguiendo lo que parecía imposible: convertir nuestra basura plástica en hidrógeno verde. Esta innovación podría ser la respuesta a dos problemas enormes que tenemos en 2025: la contaminación por microplásticos (que está por todas partes, incluido en nuestro cerebro y testículos) y nuestra desesperada necesidad de energías limpias.
Según cuentan en Interesting Engineering, el Dr. Manish Shetty (profesor asistente en Texas A&M) está desarrollando un sistema para atacar los plásticos antes de que contaminen nuestro entorno. Su equipo usa catalizadores súper específicos para transformar ciertos polímeros en combustibles que no dañan el planeta.
Su funcionamiento
La investigación utiliza solventes especiales que actúan como pequeños “almacenes” de hidrógeno para descomponer polímeros de condensación (esos que encontramos en botellas PET, embalajes, ropa y materiales de impresión 3D). Estos solventes, conocidos como “portadores líquidos orgánicos de hidrógeno”, guardan hidrógeno que luego rompe las cadenas de polímeros y produce compuestos aromáticos aprovechables como combustibles.
El equipo ha diseñado catalizadores específicos capaces de usar ese hidrógeno almacenado para convertir el PET en p-xileno, una molécula clave para la industria energética. Este avance es doble: soluciona el problema de la basura plástica Y además ayuda a que la industria química sea más sostenible al reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles.
El problema de los microplásticos es alarmante y cada vez peor. Las investigaciones recientes han demostrado que tenemos microplásticos hasta en el cerebro. La situación es tan grave que hay microplásticos en prácticamente todos los animales del planeta, menos uno. Hasta el aire que respiramos podría estar lleno de partículas muy similares a los microplásticos.
Esta investigación forma parte de un movimiento global para encontrar soluciones reales al problema de los residuos. Empresas como REPSOL ya están explorando cómo producir hidrógeno a partir del biogás de residuos alimentarios, y otros investigadores desarrollan métodos para obtener hidrógeno verde usando energía solar y desechos agrícolas.
Con estas tecnologías, podemos imaginar un futuro donde la basura plástica deje de ser un problema ambiental y se convierta en una valiosa fuente de energía limpia.