Inteligencia artificial

El crecimiento desenfrenado de ChatGPT se detiene en las últimas semanas: descenso en el tiempo de uso de su aplicación y disminución del ritmo de descargas

El fenómeno ChatGPT parece desinflarse: la caída global de usuarios, el estancamiento de sus ingresos en Europa y la creciente desilusión con sus fallos dibujan un futuro incierto para la inteligencia artificial más popular del mundo

Las descargas y el tiempo de uso de la aplicación ChatGPT han experimentado un descenso en las últimas semanas
Las descargas y el tiempo de uso de la aplicación ChatGPT han experimentado un descenso en las últimas semanasUnsplash

El castillo de naipes que parecía sostener el dominio de ChatGPT empieza a tambalearse. La razón no es otra que una creciente desilusión entre quienes lo utilizan, cansados de las conocidas "alucinaciones", esas respuestas incorrectas o directamente inventadas que lastran su fiabilidad.

La confianza del público, ya de por sí frágil, recibió un duro golpe con la accidentada llegada del modelo GPT-5 el pasado agosto, una versión que incluso un estudio calificó como menos segura que su predecesora, GPT-4o, y que obligó a dar marcha atrás a OpenAI devolviendo los modelos antiguos a los usuarios.

La respuesta de OpenAI ante la fuga de usuarios

Este malestar ya se está traduciendo en cifras que dibujan un panorama poco halagüeño para la compañía OpenAI. A nivel mundial, las descargas de su aplicación para móviles se desplomaron más de un 8% en el último recuento intermensual según cifras aportadas por Apptopia.

El fenómeno es especialmente acusado en mercados tan importantes como el de Estados Unidos, donde el tiempo medio que los usuarios dedican a la herramienta ha sufrido una caída del 22,5% desde el pasado julio, si bien estos datos se limitan exclusivamente al uso en dispositivos móviles y no en ordenadores.

Este descontento creciente tiene, como es lógico, su reflejo en las cuentas de la empresa. Según los últimos datos de Deutsche Bank, los ingresos generados por la inteligencia artificial se han estancado en el continente europeo, una señal de agotamiento que se suma a los problemas técnicos ya mencionados, algo de lo que se han hecho eco en el sitio especializado Futurism.

Por si todo eso no fuera suficiente, el parón en los beneficios coincide con una tendencia a la baja en el uso de su aplicación que se viene observando desde principios de septiembre.

En este contexto, la compañía ha decidido mover ficha con un cambio de estrategia que busca revitalizar su ecosistema. OpenAI ha anunciado que permitirá entablar conversaciones con un cariz picante en su plataforma, una medida controvertida con la que pretende atraer a nuevos nichos de público y recuperar el impulso perdido en los últimos meses.

Asimismo, la urgencia de esta maniobra se entiende mejor al analizar la estructura de su negocio. La compañía arrastra una enorme dependencia económica de un grupo muy reducido de usuarios: apenas un 5% de quienes usan ChatGPT pagan una suscripción, pero ellos solos generan el 70% de los ingresos anuales recurrentes.

Esta vulnerabilidad, unida al descontento general, está allanando el camino a competidores como Gemini, de Google, que continúan ganando terreno en un sector cada vez más disputado.