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Ataques

Elon Musk, CEO de Tesla, ataca con furia a la viuda de Steve Jobs: "Él estaría muy decepcionado"

El magnate multimillonario no encajó nada bien las críticas del periódico propiedad de la viuda de Steve Jobs

Elon Musk ha logrado a base de innovación y sueños forjar una trayectoria empresarial única Shutterstock

Elon Musk ha protagonizado una de las caídas más espectaculares de la historia moderna. El hombre que una vez fue venerado como un visionario tecnológico y el salvador de la industria del automóvil eléctrico se ha convertido en una figura cada vez más controvertida y despreciada por amplios sectores de la sociedad. Sus decisiones políticas, sus declaraciones incendiarias y su comportamiento errático han transformado su imagen pública de genio innovador a villano corporativo.

Tesla, la joya de su corona empresarial, está atravesando uno de sus peores momentos. Las ventas han caído en picado, los inversores huyen como ratas de un barco que se hunde, y el boicot global a la marca ha alcanzado proporciones alarmantes. Los propios dueños de Tesla pegan pegatinas en sus coches pidiendo disculpas por haberlos comprado “antes de que Elon se volviera loco”.

La situación financiera de la compañía es tan precaria que muchos analistas especulan abiertamente sobre una posible quiebra. El valor de las acciones se ha desplomado, los contratos gubernamentales peligran, y Musk parece más interesado en sus disputas políticas que en salvar su imperio empresarial. Su reputación está por los suelos, y cada nueva declaración pública parece cavar más profundo su propia tumba mediática.

Musk desata su ira contra la viuda del fundador de Apple

El último berrinche de Elon Musk ha alcanzado cotas de patetismo difíciles de superar. Tal y como aseguran desde Futurism, el magnate ha tenido un colapso público espectacular después de que The Atlantic publicara un demoledor artículo sobre su humillante paso por la Casa Blanca, donde aparentemente fue tratado como el bufón de la corte que realmente es.

La respuesta de Musk ha sido atacar directamente a Laurene Powell Jobs, la viuda de Steve Jobs y propietaria de The Atlantic. “Steve estaría muy decepcionado”, escribió el CEO de Tesla, como si tuviera alguna autoridad moral para hablar en nombre del cofundador de Apple. Lo más patético es que lo hizo usando su nuevo nombre en X, “Kekius Maximus”, acompañado de una foto de perfil generada por IA donde aparece como un centurión romano. Sí, has leído bien: un hombre de 53 años jugando a disfrazarse online.

Pero la cosa no quedó ahí. Musk continuó su pataleta digital intercambiando chistes con usuarios anónimos sobre cómo el fantasma de Steve Jobs debería “atormentar” a su viuda desde la tumba. Emojis de fantasmas, emojis de risa… todo el arsenal de un adolescente frustrado volcado en una red social que él mismo ha conseguido hundir desde que la compró en 2022.

“The Atlantic es una publicación zombi mantenida con soporte vital por Laurene”

Elon Musk

La ironía es hasta cierto punto muy divertida: mientras Musk ataca a The Atlantic por su supuesta irrelevancia, la revista superó el millón de suscriptores el año pasado. Mientras tanto, X ha perdido casi una quinta parte de sus usuarios activos diarios en Estados Unidos desde que Musk se hizo cargo. ¿Quién está realmente “desvaneciéndose hacia la oscuridad”?

Según el artículo que tanto ha molestado a Musk, su paso por la Casa Blanca fue un desastre absoluto. Se convirtió en una figura aislada con cada vez menos amigos y más enemigos poderosos. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, llegó a gritarle “¡Que te jodan!”, tres veces seguidas, lo suficientemente alto para que lo oyera Donald Trump y medio edificio. El símbolo perfecto de la incapacidad de Musk para generar apoyo, incluso entre quienes deberían ser sus aliados.

Pero lo más revelador de todo este episodio es cómo Musk ha perdido completamente los papeles. En una entrevista reciente con Bloomberg, llamó “NPC” (personaje no jugable, algo muy típico de los videojuegos cuando te encuentras un muñeco que no está controlado por un humano) a la periodista Mishal Husain por hacerle preguntas estándar sobre Tesla. Después tuiteó que la entrevistadora había sido “increíblemente beligerante”. La falta de autoconciencia es tan brutal que da vergüenza ajena.