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Microsoft se prepara para declararse en bancarrota... en Rusia
La retirada de Rusia por parte de la multinacional da un paso más: su filial inicia el proceso de bancarrota

Microsoft Rus LLC, la filial rusa de Microsoft, ha iniciado los trámites para declararse en bancarrota. Así aparece reflejado en el registro oficial ruso Fedresurs, donde se ha publicado una notificación formal que apunta al cierre inminente de la unidad. Aunque la compañía estadounidense redujo gran parte de sus operaciones en el país hace años, este paso supone una salida aún más clara del mercado ruso.
La decisión llega en un momento de creciente presión por parte del Gobierno ruso, que desde hace tiempo busca reemplazar los servicios tecnológicos occidentales por soluciones nacionales. Microsoft ya había cesado gran parte de su actividad tras la invasión de Ucrania, pero ahora se enfrenta al punto final de su presencia directa en el territorio.
Crónica de una salida anunciada
Tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania en 2022, Microsoft fue una de tantas empresas tecnológicas que comenzaron a limitar sus operaciones en Rusia. La compañía mantuvo servicios esenciales, pero interrumpió nuevas ventas y adoptó medidas, como bloquear las apps móviles de medios estatales rusos o vetar su publicidad en plataformas de Microsoft.
En junio de 2022, la empresa anunció la reducción de su presencia, lo que incluyó el despido de más de 400 empleados en Rusia. Desde entonces, su actividad en el país ha sido mínima, aunque mantenía algunas entidades legales operativas, como Microsoft Development Centre Rus o Microsoft Payments Rus.
La decisión de Microsoft sigue los pasos de otros colosos tecnológicos. Por ejemplo, Google se declaró en bancarrota en Rusia en 2022, después de que las autoridades congelaran sus cuentas bancarias. Empresas como IBM, SAP y Oracle también han abandonado el mercado ruso o han recortado drásticamente su actividad.
El movimiento encaja con la estrategia rusa de reducir la dependencia de software extranjero. El propio presidente Putin, ha insistido en la necesidad de sustituir productos como Microsoft Office o Zoom por alternativas nacionales.
¿Qué pasará con las otras filiales?
Por ahora, Microsoft no ha anunciado qué ocurrirá con las otras tres entidades que mantiene en el país. No está claro si estas también iniciarán procesos similares o si seguirán operativas bajo mínimos. Lo que sí resulta evidente es que la etapa de Microsoft como proveedor relevante en Rusia ha llegado a su fin.
Con esta decisión, se cierra un capítulo que refleja el enorme distanciamiento entre las tecnológicas occidentales y el mercado ruso.
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