Cargando...

Review

La combinación de gadgets que me ha hecho mejorar mi forma física más que ir al gimnasio

A lo largo de los últimos dos meses, he trabajado usando un escritorio elevable y una cinta de caminar portátil. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo

La cinta de caminar de Flexispot, justo debajo del escritorio elevable Christian ColladoDifoosion

Hay una verdad universal en el trabajo de oficina del siglo XXI, una que todos sentimos pero que a menudo ignoramos: la silla es nuestra jaula de oro. Pasamos ocho, diez, a veces doce horas al día sentados frente a una pantalla, y nuestro cuerpo nos lo hace saber. Dolores de espalda, el temido bajón de energía de después de comer, esa sensación de estar "oxidado" al final de la jornada... Llevaba años luchando contra la tiranía de la silla, probando todo tipo de remedios sin demasiado éxito. Hasta que, hace un par de meses, decidí tomar una medida drástica. Y hoy puedo decir que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado por mi salud y mi bienestar en mucho tiempo.

Como periodista tecnológico, mi vida transcurre, en gran medida, pegado a un escritorio. Es una realidad con la que he aprendido a convivir, pero no a conformarme. Siempre he sido una persona activa, pero la jornada laboral se convertía a menudo en un agujero negro de sedentarismo del que era difícil escapar. Por eso, después de mucho investigar y con una buena dosis de escepticismo, decidí darle una oportunidad a una de las tendencias más populares en el mundo del teletrabajo: la combinación de un escritorio elevable con una cinta de caminar.

Mi elección fue el ecosistema de Flexispot, en concreto, su escritorio E7 Pro y la cinta MotionX. Y aunque ya os adelanto que no son productos perfectos, la sinergia que se crea entre ambos y, sobre todo, el impacto que ha tenido en mi día a día, ha sido una auténtica revelación.

El primer paso: romper con la silla

El escritorio permite seleccionar la altura deseada, e incluso establecer diferentes ajustes de altura predeterminadosChristian ColladoDifoosion

El primer elemento de esta ecuación es el escritorio elevable Flexispot E7 Pro. Y aquí, la experiencia es, sencillamente, impecable. Es una estructura robusta, fabricada en acero al carbono, con dos motores que permiten subir y bajar el tablero de forma suave, silenciosa y, lo más importante, increíblemente estable. Incluso en su posición más elevada, el escritorio no se tambalea lo más mínimo, una solidez que da mucha confianza.

El simple hecho de poder alternar entre trabajar sentado y de pie ya supuso un cambio notable en mis primeras semanas. Las tardes se volvieron mucho más llevaderas, sin ese sopor que suele aparecer después de la comida. Mi espalda agradeció el cambio de postura y, en general, me sentía con más energía al final del día.

Sin embargo, y aquí es donde se nota que no es un producto perfecto, he echado en falta algunos detalles que sí estaban presentes en otros modelos de la marca que he probado. La ausencia de una base de carga inalámbrica integrada en el tablero o de puertos USB-A para una carga rápida de otros dispositivos son pequeños "peros" que, aunque no empañan la excelente calidad del escritorio, se echan de menos en un producto de esta gama.

Pero la verdadera revolución, el elemento que de verdad lo ha cambiado todo, ha sido la cinta de caminar Flexispot MotionX. Y es que una cosa es trabajar de pie, y otra muy distinta es hacerlo mientras caminas.

Confieso que al principio era escéptico. ¿Sería capaz de concentrarme y escribir mientras caminaba? ¿No sería una distracción constante? La respuesta es un rotundo sí, y la adaptación fue mucho más rápida de lo que esperaba. La clave está en que no se trata de "correr" mientras trabajas. La cinta está diseñada para caminar a un ritmo muy suave, entre 2 y 4 km/h. Es un movimiento casi inconsciente que, lejos de distraer, me ha ayudado a mantenerme mucho más activo y concentrado.

La cinta de caminar cuenta con ruedas que permiten transportarla fácilmenteChristian ColladoDifoosion

Ahora, las tareas más mecánicas, como responder correos o investigar sobre temas para mis artículos, las hago siempre caminando. Y el resultado ha sido espectacular. Se acabó el bajón de energía de las 3 de la tarde. Se acabó el sentirme anquilosado después de una larga jornada. El simple hecho de estar en movimiento constante ha transformado por completo mi bienestar físico y mental durante las horas de trabajo.

Dicho esto, y al igual que ocurría con el escritorio, la cinta también tiene sus compromisos. Su construcción, mayoritariamente de plástico, se siente un poco "endeble", sobre todo si la comparas con la robustez casi industrial del escritorio. Cumple su función a la perfección, pero no transmite esa misma sensación de producto premium.

Los resultados que no me esperaba (y que mi báscula confirma)

Más allá de las sensaciones subjetivas de tener más energía o un mejor estado de ánimo, lo que de verdad me ha convencido de que este cambio ha merecido la pena son los datos. Y es que, como buen amante de la tecnología, he estado monitorizando mis métricas de salud de forma exhaustiva.

Según los datos de mi báscula inteligente de Withings, en el último mes y medio, desde que empecé a usar esta combinación de forma regular, he conseguido bajar un 3% mi porcentaje de grasa corporal. Y todo ello sin cambiar drásticamente mi dieta ni aumentar mis sesiones de entrenamiento en el gimnasio. Simplemente, he sustituido ocho horas de sedentarismo por, al menos, dos horas de movimiento de baja intensidad.

Conclusión: una inversión en salud, no solo en productividad

Llego al final de esta reflexión con una idea muy clara. La combinación de un escritorio elevable y una cinta de caminar no es un simple capricho de oficina, es una de las mejores inversiones en salud y bienestar que puede hacer cualquier persona que, como yo, pase demasiadas horas sentada frente a un ordenador.

No son productos perfectos, y tienen margen de mejora. Pero el concepto, la filosofía que hay detrás, es transformador. El impacto que ha tenido en mis niveles de energía, en mi estado de ánimo y, como demuestran los datos, en mi propia composición corporal, ha sido tan positivo que, a día de hoy, me resulta difícil imaginar mi jornada laboral de otra manera. Si sientes que tu silla se ha convertido en tu enemiga, te aseguro que esta es la rebelión que estabas esperando.