Disputa
El vestido que Amaia llevaba el día que conoció a Rafa era blanco con rosas rojas. Ella es una mujer segura y decidida que, a través de este color, proyectaba aun más personalidad de la que ya gastaba. Gracias a su acento vasco y su taconeo casi andaluz conquistó a Rafa, un señorito sevillano que, entre gracietas y clichés, reflejó lo que más tarde Rosalía llamaría el mal querer. Esa peculiar simbiosis entre norte y sur conquistó buena parte de la taquilla, hasta el punto de convertir el idilio protagonizado por Clara Lago y Dani Rovira en la película más taquillera de la historia de España. Más de nueve millones de espectadores pasaron por las salas para averiguar si, finalmente, tendría lugar la tan esperada boda o no.
Todo esto ocurrió en 2014, cuando Instagram aún estaba despegando en nuestro país. De hecho, el papel de las redes sociales en la cinta de Emilio Martínez-Lázaro prácticamente es inexistente. Pero, imagínense que la propuesta de la artista Raquel Allan fuese una realidad y que los nombres que ha ido asociando a los distintos colores de Pantone fuesen de nuestra respectiva propiedad. ¿Qué ocurriría? Lo más probable es que entrásemos en un sinfín de peleíllas contra las grandes marcas que lo usasen sin nuestro consentimiento y, por supuesto, sin el deseado desembolso económico. Quizá, también, acabaríamos vistiendo siempre la misma ropa y compraríamos tan sólo aquella comida que fuese de nuestro tono. Porque esto no sólo iría de defender nuestra propiedad, sino también de llevarla por bandera.
Naranja Rafa (Dani Rovira)
Este es un color que se utiliza, sobre todo, para transmitir energía, compromiso y diversión. Se suele emplear en campañas de alimentación sana para jóvenes, ya que estimula el cerebro y la actividad mental. El principal problema que Rafa hubiese encontrado, en el supuesto de estar registrado, estaría relacionado con firmas como Fanta, Soundcloud, Orange, Blogger o Nickelodeon. En ese caso, ¿que podría haber hecho para proteger su terreno? “De existir una situación parecida, habría que demostrar que la tonalidad que se están disputando es la misma, porque no hay que olvidar que cada tono está formado por uno número y cantidad determinada de otros pigmentos”, señala Laura Martínez, abogada experta en Propiedad Intelectual e Industrial. “Si coinciden al 100%, el siguiente paso será determinar quién lo registró antes. Sería, por tanto, la misma situación que hoy nos encontramos con las marcas comerciales”.
Azul Anne (Carmen Machi)
Aquí la cosa está clara: el azul simula el mar y el cielo, y como tal se asocia con la tranquilidad, la estabilidad o la profundidad. También representa la seriedad y la sinceridad. Por ello, es habitual que se use para poner cara a concesionarios de coches, entidades financieras, periódicos o redes sociales. Dicho esto, Anne (o Merche, pues en Ocho apellidos vascos el personaje de Machi utiliza los dos nombres a su antojo) ostentaría uno de los matices más demandados en el mercado por esos efectos positivos que se le atribuyen. “Transmite calma y eso es una virtud que hoy todos necesitamos. Vivimos acelerados, por lo que tener una referencia que te otorgue esa tranquilidad siempre la acabamos valorando mucho mejor que muchas otras”, subraya Gabriel Sánchez, psicólogo experto en Publicidad y Marketing. “Eso sí, nunca hay que usarla para promover comida, pues mata al apetito”.
Lila Amaia (Clara Lago)
Es curioso, pero Amaia nunca viste nada de este color durante la cinta de Martínez-Lázaro. Está asociado con la sabiduría, la imaginación, el misterio y la creatividad. Incluso, hay quien lo relaciona con la realeza. A pesar de ser uno de los que menos utilizamos en nuestro día a día, resulta una apuesta segura para las grandes empresas. Ese es el caso de Yahoo, Hallmark o Cadbury. Pero, ¿y si la disputa no fuese con una compañía sino entre dos titulares del mismo tono? Por ejemplo, Amaia Montero y Amaia Romero. “Estaríamos hablando del mismo supuesto: primero, habría que ver si coinciden al 100%; y, después, determinar quién la registró antes. Cuando lo sepamos, la persona que lo hubiera estado utilizando sin el consentimiento de la otra, debería pagar una cantidad económica que resarciese los daños y perjuicios que hubiese sufrido. Sería igual que los derechos de autor”, mantiene Martínez.
Negro Koldo
El negro representa el lujo, la sofisticación, la seducción, la formalidad y la seriedad. De ahí que marcas como Chanel o Adidas hayan apostado por él. Aunque no hay que perder de vista que también es el color de la muerte y lo desconocido. “Aún así, a las personas nos gusta muchísimo todo aquello que entraña algún secreto”, sostiene Sánchez. En cierto modo, algo parecido a todo lo que oculta el personaje de Karra Elejalde. El padre de Clara Lago en la ficción muestra tanto como esconde. Quizá por vergüenza o por serenidad, pero ambas cosas lo vuelven un personaje repleto de aristas y, lo más importante, atractivo para la audiencia. Como ocurre con grandes proyectos como Amazon o The Telegraph. “Es importante saber que, en cada cultura, alberga significados completamente distintos. Por lo que habría que estudiar siempre sus destinatarios y los efectos que se quieren conseguir en cada territorio y sector”.