Robótica

Los brazos robóticos del Dr. Octopus ya son una realidad

“El sistema fue diseñado para permitir la interacción social entre múltiples usuarios y explorar posibles interacciones entre cyborgs digitales”, señalan los responsables de su desarrollo

Jizai Arms
Los brazos robóticos del Dr. Octopus...bailando el tangoJizaiJizai

En 1964 el ganador del premio Nobel de Literatura, el japonés Yasunari Kawabata, publicó un cuento titulado Un brazo. La historia gira alrededor de una mujer joven que se quita el brazo derecho para dejárselo por una noche al protagonista del relato. Inspirándose en esta obra, una compañía de robótica japonesa llamada Jizai ha creado un extraño artilugio llamado Arms que puede darle al usuario un juegos de brazos adicionales… un dispositivo que se parece mucho a los brazos robóticos del icónico villano de Spider-Man, el Doctor Octopus.

El vídeo en el que se presenta el dispositivo Arms demuestran las capacidades del sistema con dos bailarinas que se mueven al ritmo demúsica clásica, lo que permite que los apéndices imiten los movimientos de sus brazos humanos.

 

"Esta novela es obviamente una obra de ficción – señalan los autores del estudio que describe este brazo robótico –, sin embargo, medio siglo después de su escritura, las tecnologías emergentes de integración hombre-máquina han comenzado a permitirnos experimentar físicamente el mundo de Kawabata. A partir de nuestras sesiones descubrimos que nuestros cuerpos podían sentir con precisión la unión/separación de los brazos, y especialmente sentimos un fuerte impacto al separar o reducir la cantidad de brazos robóticos que usamos”.

Mientras la mayoría de los apéndices diseñados para humanos tienen, en general, dos propósitos muy claros. Uno de ellos es industrial y se utilizan para levantar cargas o realizar trabajos peligrosos o que requieren mucha precisión. El otro es médico y tiene que ver con prótesis. Pero en este caso su uso tiene que ver con darle una herramienta nueva a las personas. "El sistema fue diseñado para permitir la interacción social entre múltiples usuarios, como un intercambio de brazos, y explorar posibles interacciones entre cyborgs digitales en una sociedad de cyborgs", añaden los autores.

Los brazos están montados en una suerte de mochila que cuenta con 6 posibles encastres para cada brazo. Dependiendo de la tarea, se puede contar con un par, dos o hasta tres pares de brazos. Los brazos se pueden compartir con otras personas que tengan la “mochila” o unidad base. Lo que no se aclara en el estudio es exactamente cómo se controlan los brazos robóticos y si estos pueden llevar a cabo tareas independientes de las que realiza el humano o de las que lleva a cabo otro de los brazos. En resumen, aunque todavía estamos lejos de tener la posibilidad de estrecharle la mano a Dr. Octopus, este se encuentra un paso más cerca de dar el salto de la pantalla a la vida real.