Cargando...

Peligros digitales

Estas son las dos funciones que seguro que tienes activadas en el móvil y deberías dejar de hacerlo: te pueden vigilar

Los peligros que entraña el mundo digital a menudo parecen inofensivos, pero en cuestión de segundos pueden cambiarnos la vida

Si tu teléfono móvil comienza a hacer esto revisa corriendo tu cuenta bancaria istock

En la era digital actual, el teléfono móvil se ha transformado en una extensión del cuerpo humano. Este dispositivo, que nos acompaña desde que despertamos hasta que nos dormimos, se presenta como un aliado confiable que almacena desde conversaciones íntimas hasta información bancaria. Sin embargo, esta relación de confianza es precisamente el punto débil que aprovechan los ciberdelincuentes. A través de tácticas cada vez más sofisticadas logran crear entornos digitales aparentemente inofensivos en los que el usuario se siente seguro y confiado. Es allí donde ocurre el robo de datos, con el consentimiento inadvertido de la víctima que pocas veces sospecha que su propio teléfono puede convertirse en su principal amenaza.

Una vez situados en este contexto, muchos móviles vienen con funciones activadas de forma predeterminada que facilitan el trabajo de los atacantes. Algunas como la geolocalización activada en segundo plano ofrece información sobre los movimientos del usuario, que puede ser utilizada para ataques personalizados, contando con la ubicación en directo del usuario y los movimientos que se realizan. Estos ajustes, que rara vez son revisados por los usuarios, convierten al teléfono en un blanco fácil y atractivo. En un entorno donde la confianza digital reemplaza a la vigilancia consciente, el riesgo de ser víctima de un ciberataque se vuelve una posibilidad cada vez más cercana.

En este sentido, existe un pensamiento generalizado que se fundamenta en el mantra generalizado de "nos están vigilando", y en efecto, en ocasiones este sentimiento de persecución podría encontrar su origen en las funcionalidades que tenemos activadas en el móvil. Y estas no se refieren a elementos escondidos dentro de la configuración interna del teléfono, sino, precisamente, a los aspectos más frecuentes como la conexión a Internet, o el contacto con redes inalámbricas. Por lo que, ante la posibilidad de contraer virus en el dispositivo o la entrada de posibles ciberdelincuentes, es pertinente conocer esta información.

Bluesnarfing: cuidado con tener activado el Bluetooth

Por un lado, mantener el Bluetooth activado de forma permanente puede parecer una comodidad para quienes usan audífonos inalámbricos o comparten archivos entre dispositivos, pero representa una puerta abierta a los ciberdelincuentes. A través de una técnica conocida como bluesnarfing, los atacantes pueden acceder a información confidencial del móvil sin necesidad de tocarlo. Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, basta con que el dispositivo esté visible y que el atacante se encuentre a menos de quince metros para que pueda robar desde fotografías hasta credenciales de acceso. En lugares como cafeterías, aeropuertos o estaciones de tren, donde la concentración de móviles es alta, el riesgo se dispara sin que el usuario lo note.

Los síntomas de un posible ataque incluyen consumo anormal de batería, bloqueos repentinos o conexiones desconocidas en el historial del Bluetooth. Aunque muchos dispositivos actuales cuentan con sistemas de defensa más robustos, las versiones desactualizadas del software o una mala configuración pueden dejar al teléfono expuesto. Los expertos recomiendan desactivar esta función cuando no se esté utilizando, especialmente fuera de casa, para evitar que el móvil emita señales que lo hagan visible y vulnerable. La seguridad, aseguran, no depende solo del sistema operativo, sino también del hábito del usuario.

La conexión Wi-Fi: el peligro digital inocente

Otro riesgo común pero muchas veces ignorado es el de tener activado el Wi-Fi al salir de casa, acción que en muchos casos se efectúa sin ser conscientes. Pero en este aspecto, muchos dispositivos cuentan con la funcionalidad de conectarse de forma automática a redes públicas abiertas que el usuario haya utilizado previamente, lo que facilita el acceso a los datos que se transmiten. El modus operandi de los ciberdelincuentes suelen crear redes falsas con nombres similares a los de locales legítimos para que el teléfono se conecte sin que la persona lo advierta. Una vez dentro, cualquier dato que pase por esa conexión, como contraseñas, correos electrónicos o información bancaria, puede ser interceptado.

El peligro no solo radica en el robo de información sino también en la posibilidad de que el dispositivo sea infectado con software espía. Este tipo de malware permite seguir los movimientos del usuario, controlar sus aplicaciones o incluso activar el micrófono y la cámara. Los especialistas en ciberseguridad recomiendan desactivar el Wi-Fi al salir de casa, evitar redes abiertas no protegidas por contraseña y, en caso de ser necesario, utilizar una red privada virtual (VPN) que cifre las comunicaciones. En un entorno cada vez más conectado, la precaución digital se convierte en una barrera fundamental contra la vigilancia no deseada.