Inteligencia artificial
Genetistas y veterinarios utilizan IA para mostrar cómo serán las razas de perros en 10.000 años
Contemplaron dos hipótesis, la de un calentamiento globlal y la de una nueva edad de hielo
Una compañía dedicada a realizar test genéticos para mascotas ha tenido una curiosa iniciativa para promocionar el lanzamiento de uno nuevo en su catálogo, en esta ocasión para perros. Científicos genetistas de Basepaws han utilizado una inteligencia artificial para mostrar como serán algunas de las razas más populares de perros dentro de 10.000 años, según la dirección en la que se mueva el cambio climático. Tanto si vamos hacia un escenario de calentamiento global, tal y como asegura la doctrina oficial, o hacia una nueva edad de hielo, tal y como aseguraba esa misma doctrina oficial hace medio siglo con el porcentaje de acierto obvio y el mismo alarmismo.
Lo que está claro es que las condiciones climáticas afectan a cómo evolucionan las especies y eso queda visible en esta caracterización. Los genetistas de BasePaws contaron con la colaboración del reputado veterinario Ernie Ward, popular por su participación en programas de la televisión estadounidense y su canal de YouTube, según recoge Interesting engineering.
Perros más pequeños y pelados por el calentamiento global
Bajo esta hipótesis y transcurridos 10.000 años, Ward cree que la escasez de recursos llevará a una reducción en la masa corporal de las razas grandes, dado que un cuerpo pequeño requiere menos alimento y energía y es más fácil de refrescar. La disminución de la superficie de la piel que conlleva supone un menor riesgo frente a la radiación ultravioleta del sol y, en algunos casos, también pueden desarrollar tonos más oscuros de piel.
Otra consecuencia del aumento de las temperaturas sería la pérdida de pelaje, lo que supone un cambio de aspecto radical y contribuye a hacerlos menos adorables, algo que puede tener su efecto en la relación que los humanos tenemos con ellos. Si las temperaturas terminan siendo realmente altas, podrían cambiar sus hábitos y convertirse en una especie más activa durante las noches, así como desarrollar una cabeza más grande y orejas de mayor tamaño que les ayuden a mantenerse frescos. La escasez de agua también llevaría a cambios en su metabolismo adaptándose a periodos más largos sin hidratarse.
Más próximos a los lobos por el enfriamiento global
En la hipótesis contraria que nos llevaría a una nueva edad de hielo, la evolución iría en la dirección opuesta en algunos aspectos. Según Ward, es obvio que los perros ganarían más pelo y más grueso para protegerse del frío, pero no está claro si eso llevaría a que fueran más grandes o más pequeños. También ganarían más grasa que les serviría como reserva de energía y posiblemente se acercarían de nuevo a sus ancestros, los lobos, desarrollando una mayor musculatura para poder cazar. En un escenario más extremo, competirían con los humanos por alimentos y refugio.
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