Tecnología militar

El misil más rápido del mundo es ruso y 'pronto' entrará en servicio: impactaría en España en solo 10 minutos

No es la primera vez que lo anuncia en los últimos años, pero Vladímir Putin ha vuelto a advertir de que 'no hay nada igual al RS-28 Sarmat en el mundo' y su próxima integración en el arsenal ruso

Imagen del lanzamiento de un misil RS-28 Sarmat correspondiente al vídeo que el ministerio de Defensa ruso publicó al anunciar el éxito de la prueba de vuelo del arma.
Imagen del lanzamiento de un misil RS-28 Sarmat correspondiente al vídeo que el ministerio de Defensa ruso publicó al anunciar el éxito de la prueba de vuelo del arma.RUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SAgencia EFE

En 2018, Vladímir Putin anunció el desarrollo de media decena de lo que calificó como 'superarmas' y que hoy son una realidad en diferentes grados. Una de ellas era el misil balístico intercontinental -ICBM, por sus siglas en inglés- RS-28 Sarmat, que, si atendemos a los datos facilitados por Rusia, sería el misil más veloz en alcanzar un objetivo que existe.

Sin embargo, el Sarmat se sitúa en cabeza no por mucho. Otros ICBM se quedan solo un poco por detrás, una diferencia que, cuando tienes uno de estos monstruos cargados de cabezas nucleares volando hacia tu ciudad, importa poco. Así, mientras el Sarmat alcanza Mach 21 (aproximadamente 25.900 km/h), el R-36M2 Voevoda, al que sustituye en el arsenal ruso, llega a Mach 20 (24.700 km/h), al igual que el Minute Man III de Estados Unidos y el DF-41 de China. Estos misiles difieren más entre sí por su alcance, siendo el del estadounidense 13.000 kilómetros, el chino de entre 12.000 y 15.000, y quedándose los rusos R-36M2 Voevoda y RS-28 Sarmat en 16.000 y 18.000, respectivamente. Todos ellos tienen la capacidad MIRV; es decir, de portar múltiples ojivas nucleares.

Según Rusia, el RS-28 Sarmat es el misil de su clase más grande jamás construido. Pesa 208 toneladas, tiene una longitud de 35,5 metros, un diámetro de 3 y puede cargar 10 ojivas nucleares grandes o 15 más pequeñas. Aún no tiene una designación por parte de la OTAN, pero como la de su predecesor, el R-36M2 Voevoda, es SS-18 Satan, a menudo los medios se refieren a él de forma informal como Satan II.

El RS-28 Sarmat 'pronto' entrará en servicio, dice otra vez Putin

En 2022, ya iniciada la invasión de Ucrania, Vladímir Putin dijo, tras anunciar una prueba exitosa del misil, que el Ejército ruso esperaba tener el RS-28 Sarmat incorporado a su arsenal antes de que finalizara el año. 'Garantizará la seguridad de Rusia frente a las amenazas externas y hará pensar dos veces a quienes amenazan a nuestro país con una retórica desenfrenada y agresiva', afirmó. En 2023, Yuri Borísov, director general de Roscosmos, la agencia espacial rusa, afirmó que había entrado en servicio.

Sin embargo, estas declaraciones se demostraron de carácter propagandístico con el tiempo. El propio dictador ruso se refirió al misil intercontinental la semana pasada en una charla con soldados rusos heridos en la guerra de Ucrania, registrada por la televisión rusa. Tras comentarles que el torpedo nuclear Poseidón -otra de las superarmas anunciadas en 2018- había superado una prueba en la que había utilizado su propulsión nuclear por primera vez, afirmó que 'la potencia de Poseidón supera significativamente incluso a la de nuestro prometedor misil intercontinental Sarmat. No hay nada igual al Sarmat en el mundo. Aún no lo tenemos en servicio, pero pronto lo estará'.

La propaganda de Rusia con el RS-28 Sarmat

En esa línea propagandística hay que enmarcar otra información sobre el RS-28 Sarmat que tuvo mucho eco en el verano de 2022. Entonces, un programa de debate político de la televisión rusa mostró en una infografía el tiempo que tardaría en llegar a diferentes capitales europeas si fuera disparado desde su base de lanzamiento en Kaliningrado. Este sería de 106 segundos (1´46″) para Berlín, 200 segundos (3´20″) hasta París y 202 (3´22″) en llegar a Londres. Tal y como dijo en ese programa Aleksey Zhuravlyov, presidente del Partido Nacionalista Rodina, la pregunta que hay que plantear no es cuántos minutos tarda en llegar a su objetivo, sino cuántos segundos.

Sin embargo, estas afirmaciones eran exageradas. Los tiempos estaban calculados como si el RS-28 Sarmat siguiera una trayectoria lineal y a máxima velocidad desde su lanzamiento. Aunque la infografía que mostró la televisión rusa no incluyera ciudades de España, bajo ese planteamiento un RS-28 Sarmat tardaría 286 segundos (4´46″) en impactar en Barcelona, 340 segundos (5´40″) en hacerlo en Madrid y 409 segundos (6´49″) en alcanzar la base militar estadounidense de Rota, en Cádiz, lo que probablemente sería el primer objetivo militar en España en caso de un hipotético conflicto. Pero la realidad del vuelo de un ICBM es diferente.

La trayectoria de un misil balístico intercontinental necesita tiempos mayores

Los 3 minutos que vendía la TV rusa están muy por debajo de lo físicamente razonable para un misil balístico pesado como el Sarmat, porque ignoran la fase de aceleración, que es progresiva, la geometría real de la trayectoria y usan una velocidad constante desde el lanzamiento.

Un misil balístico sigue una trayectoria parabólica, usa el motor en la fase inicial para ganar velocidad y una altura que puede llegar a los 1.200 kilómetros en el caso de los intercontinentales, muy por encima de la Estación Espacial Internacional -orbita a unos 400 km- y lo que se conoce como vuelo espacial suborbital. Tras alcanzar el apogeo -máxima altura-, cae empujado por su inercia y la gravedad, siguiendo una trayectoria balística y pudiendo realizar maniobras de guiado.

El ICBM alcanza su máxima velocidad al final de la fase de impulso, en la que emplea sus motores que ya no vuelve a encender en el resto de la trayectoria. Durante la fase media, la más larga, alcanza el apogeo y va perdiendo velocidad, que recupera durante la fase terminal, pero sin igualar la de la primera fase, dado que, tras la reentrada, el rozamiento atmosférico frena y calienta el misil.

Teniendo en cuenta todos estos factores, una estimación más realista del tiempo que tardaría el RS-28 Sarmat en llegar a España se sitúa en los 10-11 minutos para Barcelona, entre 11 y 12 para Madrid y 12-13 para Cádiz. Esto es más del doble del que se podía inferir de la información de la televisión rusa, pero no llega a tanto como para quedarse tranquilo.