Tecnología militar
EE. UU. y Reino Unido desarrollan tecnología hipersónica para misiles que vuelan a la velocidad de un asteroide
HASTE es una plataforma de tecnología hipersónica que puede lanzar una carga útil a una velocidad de hasta 27.000 km/h
Estados Unidos y el Reino Unido han seleccionado a Rocket Lab para acelerar el desarrollo de tecnologías hipersónicas con aplicaciones militares. El acuerdo implica el uso de HASTE (siglas en inglés de Cohete suborbital Electron para pruebas de aceleración hipersónica), una plataforma de lanzamiento suborbital diseñada específicamente para validar sistemas que operan a velocidades extremas, comparables a las de un asteroide en el espacio.
Contratos estratégicos en defensa
Bajo un contrato estadounidense EWAAC (Contrato marco ágil de adquisición para toda la organización), valorado en unos 43.000 millones de euros y vigente hasta 2031, Rocket Lab podrá ofrecer servicios de lanzamiento y soluciones de ingeniería para el desarrollo de capacidades avanzadas. Este contrato busca agilizar la incorporación de nuevas tecnologías mediante un sistema de encargos modulares; es decir, contratando partes específicas de un proyecto sin tener que comprometerse a un desarrollo completo
Paralelamente, la empresa ha sido incluida en el programa británico HTCDF (Programa para el desarrollo de capacidades y tecnologías hipersónicas), dotado con unos 1.170 millones de euros, cuyo objetivo es fortalecer la capacidad del Reino Unido en materia hipersónica.
En ambos casos, Rocket Lab figura como proveedor autorizado para realizar vuelos de prueba, integrar tecnologías y prestar servicios técnicos orientados al despliegue operativo de sistemas hipersónicos.
Qué es HASTE
HASTE es una variante suborbital del cohete Electron, optimizada para acelerar la investigación y desarrollo de tecnologías hipersónicas, reduciendo costes e incrementando la cadencia de lanzamientos. Rocket Lab asegura que en 12 meses puede pasar de la idea al lanzamiento.
El cohete utiliza la misma estructura de materiales compuestos y motores Rutherford impresos en 3D que el Electron, pero sustituye la etapa de inserción orbital por una superior diseñada para alojar cargas útiles hipersónicas.
Puede transportar carga útil de hasta 700 kg que es lanzada desde el cohete a más de 80 kilómetros de altitud, cerca de la línea de Kármán que delimita el espacio, a velocidades de entre 3 y 7,5 km/s (Mach 22 o 27.000 km/h). Esta altísima velocidad entra dentro de los márgenes de la de un asteroide en el espacio, típicamente entre 5 y 25 km/s; es decir, entre Mach 15 y Mach 75.
Estas prestaciones permiten recrear entornos realistas para probar tecnologías como motores de combustión supersónica (scramjets), vehículos de planeo hipersónico y trayectorias balísticas. La plataforma admite personalización en altura, velocidad y perfil de vuelo, lo que la convierte en una herramienta flexible para múltiples escenarios de ensayo.
Además, HASTE opera desde el Complejo de Lanzamiento 2 en la isla Wallops (Virginia), con capacidad de respuesta rápida. En una de sus campañas más recientes, la empresa logró completar dos lanzamientos en solo 21 días para el Departamento de Defensa de EE. UU.
Capacidad industrial y propósito estratégico
Rocket Lab ha lanzado más de 200 cargas útiles desde sus instalaciones en EE. UU. y Nueva Zelanda, lo que refuerza su posición como proveedor clave en el ámbito aeroespacial. Según su fundador y CEO, Sir Peter Beck, el objetivo es ofrecer una plataforma comercial capaz de sostener un ritmo de ensayos elevado, asequible y alineado con los requisitos operativos de ambos países.
‘Poder contribuir a la seguridad colectiva de EE. UU. y el Reino Unido en estos dos programas tan importantes es un motivo de orgullo para el equipo de HASTE. Estar a la altura del ritmo de desarrollo global requiere más pruebas, más asequibles y frecuentes. Eso es exactamente lo que estamos ofreciendo con HASTE: una plataforma integral, a precio comercial, adaptada al ritmo operativo de ambas naciones’, ha afirmado Beck en un comunicado.
La colaboración entre EE. UU. y Reino Unido refleja un interés común por disponer de armas hipersónicas operativas en los próximos años. Gracias a la combinación de lanzadores reutilizables y servicios integrados, Rocket Lab se sitúa en el centro de una carrera tecnológica con implicaciones directas en la seguridad global.