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Denver («La casa de papel»): la dulzura de un macarra

Tras el estreno de la caótica cuarta temporada de la serie, Jaime Lorente recalca la belleza que, pese a su violencia injustificable, esconde su personaje

Jaime Lorente interpreta a Denver, uno de los componentes de la banda de «La casa de papel»
Jaime Lorente interpreta a Denver, uno de los componentes de la banda de «La casa de papel»Netflix

Caos, negociación a punta de pistola, bisturí, odio, venganza, temor al pasado, adrenalina ante el presente. La recién estrenada cuarta temporada de «La casa de papel» ha sido un éxito. Suele ser complicado que una serie supere las expectativas más allá de una segunda entrega y, aún habiendo, como en todo, opiniones separadas, ha merecido la pena la espera para ver la segunda parte del atraco al Banco de España. La recepción ha sido mayúscula y las máscaras de Dalí han vuelto a transformarse en todo un fenómeno. Puede que el confinamiento también haya ayudado al acercamiento de la audiencia, aunque, sin duda, también ha tenido algo que ver el giro de la trama.

Explica Jaime Lorente, quien interpreta a Denver, que «Gandía (José Manuel Poga) tiene una misión dramática buenísima» en esta nueva temporada, pues «nunca hemos tenido al enemigo dentro de casa». Con esto, «nos encontramos con que el momento de más caos coincide con la situación en la que la banda está más separada», explica Lorente, y añade que es precisamente en ese giro de peligro «donde reside la clave de la resistencia, en la unión, porque Gandía lo que va a provocar es que tengamos que volver a hacernos uno». Asimismo, con esta tensión que supera a la de anteriores temporadas, «vemos cómo todos los personajes conocen sus propios infiernos», dice el actor. En el caso de Denver, éste sufrimiento «es la soledad y el miedo a quedarse solo», pues «siempre ha tenido una figura a su lado que le protegía, antes era su padre, ahora Estocolmo, que se está yendo». Con esto, opina Lorente que, si siempre se han mostrado a los hombres «como los intocables en las series, es bonito ver a un hombre mostrando miedo de una forma tan natural, es precioso».

En busca de conexión

Es cierto que «La casa de papel» tiene la capacidad de invertir el juicio ante los buenos y malos. Cada perteneciente a la banda es querido por el público y dicha conexión sí entraba en los primeros planes de la serie, según explica Lorente. «Tanto Jesús Colmenar como Álex Pina –creadores de la ficción–, cuando empezamos, hacían mucho hincapié en que necesitaban personajes icónicos, porque de lo contrario la gente no se posicionaría con los malos», explica, «y la clave residió en la verdad, al menos en el caso de Denver». En el momento en que «a este macarra le abrí en dos y le metí franqueza, amor, odio, una historia y un corazón, encontré la conexión».

Es inspirador ver cómo Lorente es capaz de hacer brillar toda la belleza de su personaje. Explica que Denver «tiene su faceta de violencia extrema, que es indefendible, injustificable, pero eso nace de la tensión, de su ímpetu». También afirma que «tiene tintes machistas, como tenemos absolutamente todos los hombres del universo, incluso aquellos que defendemos un comportamiento feminista y que luchamos todos los días por defender el feminismo», continúa, «yo me considero feminista, pero por el hecho de haber nacido hombre tengo comportamientos desde mi infancia que ni siquiera me doy cuenta de ellos». Y en la serie también se demuestra: «Vemos en Denver a un tío muy inocente, que no tiene conciencia de su actitud machista, pero que poco a poco va entendiendo».

Lorente subraya el cariño que tiene hacia Denver y expresa que «la figura del macarra con buen corazón ha sido muy utilizada en la ficción española, quizá porque sea un prototipo de adolescente habitual en las calles». Con esto, afirma que «desde el principio quería darle la máxima humanidad posible y entender por qué Denver tenía ese comportamiento, dándole unas raíces». Ahí le tocó construir una historia: «Nace del chaval loco, al que le gusta el dinero, la fiesta, las mujeres, pero que tiene una carencia emocional por parte de madre y una dependencia para con su padre que le hace ser como es». Recalca una idea que siempre ha mantenido: «Denver no es un padre cuidando a un hijo, es un hijo cuidando a un hijo, entonces le ha tocado madurar antes de tiempo». Y desde esa inconsciencia afronta una serie de responsabilidades que, «incluso no siendo suyas, las toma como tales. Yo creo que el suyo es un viaje hacia la madurez».

Jaime Lorente y Esther Acebo en una escena de "La casa de papel"
Jaime Lorente y Esther Acebo en una escena de "La casa de papel"Netflix