Televisión
¿Fue Christine Keeler la víctima del «caso Profumo»?
Cosmo estrena hoy la serie que narra el escándalo sexual y político desde la óptica de la chica
Dicen que la juventud es como un cheque en blanco; lo que nadie añade es que puede que después te pase factura. Es lo que le ocurrió a Christine Keeler, una joven que fue el vértice del «caso Profumo», que provocó la caída del gobierno británico en los 60. «El escándalo de Christine Keeler», una miniserie de seis episodios que hoy estrena Cosmo a las 23:00 horas, cuenta lo que ocurrió desde el punto de vista de la joven sin quedar claro si no sabía ni por dónde le corría el aire o cuyos hechos y consecuencias fueron producto de su ambición. El combinado de la ficción basada en hechos reales es altamente adictiva: sexo, prostitución, poder, política y espionaje, cuatro elementos que son un anzuelo para cualquier espectador más allá del morbo.
Relación a tres bandas
Lo mejor es empezar por el principio: a los 21 años, después de quedarse embarazada a los 17 y perder a su hijo, seguía con sus sueños de triunfar como modelo... pero no. Se convirtió en una «escort», o dicho de otra manera, una de esas chicas ligeras de ropa y amables por obligación que alternan en fiestas privadas con hombres maduros de clase alta –políticos, «royals», economistas, etc.– que necesitan una vía de escape de tanto en tanto. En 1961 acudió a una velada donde John Profumo, secretario de Guerra del gobierno británico, se prendó de ella tras verla nadar desnuda en una piscina. Fue el inicio de un romance. El asunto podría ser un «edredoning» de tantos que han sucedido, pero todo se torció ya que, al parecer, ese mismo día mantuvo relaciones con otro de los invitados: Yevgeny Ivanov, agregado naval de la URSS y al que el servicio de inteligencia británico le tenía entre ojo y ojo ya que creía que era un espía. La prensa descubrió un pastel demasiado suculento en plena Guerra Fría. Profumo negó ante el Parlamento la relación como Judas pero finalmente dimitió. Las piezas del domino no dejaron de caer, ya que también arrastró al primer ministro Harold MacMillan.
¿Qué hacía mientras tanto Keeler? Dejarse querer, en esta ocasión por los artistas emergentes del «Swinging London». Mientas la política británica se tambaleaba, ella posó desnuda para el fotógrafo Lewis Morley sentada a horcajadas en una silla.
El meollo de esta producción es que la mayoría de sus responsables son mujeres y querían dar a Keeler su propia voz en vez de situar a Profumo como la víctima. En una entrevista a «The Guardian», su protagonista, Sophie Cookson, afirma: «La historia sucede a principios de los 60 y aún me mantenía la moralidad de los 50. El vilipendio que sufrió Keeler fue increíble. Aún recuerdo la escena en la que ella está yendo a la sala del tribunal: mujeres y hombres de todas las edades le gritaban. Había mucha rabia y nadie estaba allí para protegerla. Incluso al escuchar un huevo arrojado a la ventana de su automóvil, es como un disparo».
Como curiosidad hay que destacar que la BBC retrasó su estrenó hasta finales de 2019 por las elecciones británicas.
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