Historia

Jaime Lorente

Regresa «El Cid»: la pérdida de la inocencia camino a la leyenda

Amazon Prime Video ha estrenado la segunda temporada de la serie con el héroe entre el honor y el amor

El actor Jaime Lorente como "El Cid" en la serie de Amazon
El actor Jaime Lorente como "El Cid" en la serie de AmazonlarazonAP

El Rey ha muerto; viva el Rey. Tras la muerte del Rey Fernando I de León, el territorio se divide entre sus combativos hijos: Sancho se queda con Castilla, Alfonso, con León, García, con Galicia y Urraca y Elvira se convierten en señoras de Zamora y Toro, respectivamente. La tensión es máxima para conseguir aglutinar bajo un solo trono todo el poder posible. Y en medio de estas disputas de guerra y sangre se encuentra nuestro héroe, Rodrigo (Ruy) Díaz de Vivar, que convertido por fin en caballero tendrá que tomar las decisiones de su vida que lo abocarán al fracaso o a convertirse en leyenda.

Este es el planteamiento de la segunda temporada de “El Cid” que ha estrenado este mes Amazon Prime Video y que abandona esa inocencia del guerrero entregado al honor. Pero para enfrentarse a los nuevos retos, Ruy, interpretado por Jaime Lorente, sufrirá un cambio importante como explica el actor a LA RAZÓN: “Tener que dejar ese mundo adolescente a un lado, que se presenta en la primera temporada, y empezar a construir al Cid que todo el mundo espera”. Y veremos que esas llamas de sus ojos continúan pero “se transforma en un hombre gris, empieza a sufrir de una forma enorme y empieza a tener que tomar decisiones muy complicadas”. Su vida como caballero es el culmen de su ambición, lo que ha querido siempre, pero le supondrá romper con lo anterior irremediablemente. “En esta segunda temporada se empieza a quitar el yugo que le dejó su padre, ese lema de que la lealtad está por encima de la sangre y de que solo luchando vas a conseguir lo que quieras”, y empieza a darse cuenta “de que eso no es del todo cierto”. Debatiéndose en su lealtad entre Sancho, su señor y Alfonso que le ofrece el amor de Jimena “empieza a fijarse en lo que le dice su madre, que el único camino hacia la vida y la libertad, es el amor. Y empieza a replantearse muchas cosas que él consideraba que ya sabía”. Por eso todo ello al personaje, como consigue representar perfectamente Lorente en la serie, “le hace sentir un dolor profundo, porque el amor que tenía hacia su padre era infinito”.

La serie ha abandonado la inocencia de la preparación de El Cid para emprender el camino de la leyenda sorteando las confabulaciones y los tejemanejes del poder y mostrando más batallas épicas, verdadera casa de Ruy. Para conseguir atrapar al espectador en las disputas por los reinos entre hermanos, los actores fueron puestos a prueba con muchos más retos físicos. “Ha sido muy intenso también porque rodamos primera temporada y segunda temporada de seguido y ya veníamos cansados”, explica Lorente, que aún así confiesa que al personaje esa apariencia de estar cansado constantemente “me vino muy bien”. Esta segunda temporada que tan bien narra los enfrentamientos entre hermanos por el poder, que también conocemos de nuestra Historia por ser una constante, han alejado el foco de las polémicas que arrastró el personaje y el actor en la primera entrega. Jaime Lorente sabe perfectamente cómo afrontar las críticas y más en esta época que nos ha tocado vivir: “La única forma de cuidarnos es el respeto. Todo lo que no entre dentro del respeto va a salir, de alguna forma mal para uno, para el otro, para quien sea. Necesitamos cuidarnos, necesitamos respetarnos, necesitamos ejercer la libertad. Y la libertad no es hacer lo que me dé la gana, es hacerte libre a ti y hacerme libre a mí”. Lejos de su papel de Díaz de Vivar, “contra toda esa gente que solo confía en el odio como la única salida hacia la vida, yo me aparto”.

También en esta segunda temporada seguimos observando que el amor a Jimena es el bálsamo que requiere Ruy para apartarse del ruido de chocar de coronas y espadas, con momentos muy intensos que gozan de una gran química entre Lorente y la actriz Lucía Guerrero: “Siempre depende un poco del partener y de la confianza que tengas, también del equipo, del día rodaje, de cómo te levantes… Tengo la suerte de que con Jimena, con Lucía, tengo una relación muy bonita y ha sido súper fácil trabajar con ella”.

Promesas de amor y batallas en una segunda temporada de la que Lorente se siente “muy orgulloso”, porque “trabajé mucho para defender esta nueva faceta del personaje, con este cambio que para mí ha sido muy bestia y en muy poco tiempo”. Fruto de ese esfuerzo de los actores y de todo el equipo, Lorente asegura “el resultado del nivel de producción es altísimo. Creo que hemos conseguido contar una historia muy bonita”.