Pantallas

Euphoria

Daphna Levin: “La adolescencia es como una secadora gigante, puedes salir limpio o destrozado”

La creadora israelí, responsable de la versión original de “Euphoria” y productora en la adaptación que protagoniza Zendaya en HBO, visitó España para participar en el Serielizados Fest

MADRID, 28/10/2021.- Drogas, sexo y violencia sin tapujos, personajes sumidos en la ansiedad y la falta de autoestima dieron una nueva dimensión a las series de adolescentes en "Euphoria" (2019) pero pocos saben que ésta se inspiraba en otra serie israelí de 2012. Daphna Levin, su directora y productora de la versión de HBO habla de ello con Efe durante su visita al Serializados Festival de Madrid. EFE/ Fernando Alvarado
MADRID, 28/10/2021.- Drogas, sexo y violencia sin tapujos, personajes sumidos en la ansiedad y la falta de autoestima dieron una nueva dimensión a las series de adolescentes en "Euphoria" (2019) pero pocos saben que ésta se inspiraba en otra serie israelí de 2012. Daphna Levin, su directora y productora de la versión de HBO habla de ello con Efe durante su visita al Serializados Festival de Madrid. EFE/ Fernando AlvaradoFERNANDO ALVARADOEFE

Tras el cigarrillo desde el que la reclaman para la entrevista, Daphna Levin (Israel, 1968) confiesa haberse acostumbrado del todo al formato de la videollamada para explicar su arte. La creadora de la “Euphoria”original israelí, la que inspiró la versión de HBO que protagonizan ahora Zendaya y Hunter Schafer, pasó por Madrid para participar en el Serielizados Fest que se organizó en la capital y para, de paso, compartir su saber hacer con los asistentes a los diferentes coloquios que organizó el certamen. Levin, que además de “Euphoria” (2012-2013), escribió junto al ahora venerado la primera versión de “En terapia”, también adaptada, renovada y plagiada hasta la saciedad en la última década, lleva treinta años en la industria y, tras probar suerte en el cine, encontró su sitio en la televisión por cable de su país, desde donde no se ha movido en los últimos quince años.

La guionista y, en ocasiones “showrunner”, habló con LA RAZÓN sobre el trauma adolescente desde el que partía su serie, la adopción del “zeitgeist” de la juventud actual por parte de Sam Levinson en una “Euphoria” todavía en emisión y también de lo más coyuntural, con unas plataformas de “streaming” cada vez más empeñadas en borrar el concepto de autoría y una televisión que, por momentos, puede mirar de tú a tú al cine como epítome del arte audiovisual.

La "Euphoria" original, creada entre Levin y Ron Leshem, se emitió entre 2012 y 2013
La "Euphoria" original, creada entre Levin y Ron Leshem, se emitió entre 2012 y 2013La Razón

- ¿Cómo fue el proceso original de creación de “Euphoria”?

-Al principio, el creador y también guionista Ron Leshem se acercó a mí con un hecho real. Ocurrió hace unos 30 años ya, 20 cuando nos pusimos a escribir. Un adolescente fue a una discoteca y allí se encontró con una especie de mafiosos, de gente mala, que le confundieron con otro tipo que había estado ligando con una de sus novias. No era él, por supuesto, pero le persiguieron al salir del club, le atropellaron con el coche y le apuñalaron varias veces. Murió, claro. Fue un caso muy sonado en Israel, por la violencia y la estupidez utilizadas. Así es como nos decidimos a intentar contar las historias de la gente que lo vivió, de algún modo. Toda la gente que estaba en esa discoteca, o en ese parquin, sufrieron después una especie de síndrome postraumático. La “Euphoria” original es la de un grupo de adolescentes en fase postraumática y, a decir verdad, también trata sobre la misma experiencia postraumática que es pasar de la adolescencia a la adultez. El hecho en sí es traumático, así que es normal que en el proceso salgamos ciertamente heridos.

-Sé que usted ayudó en el proceso de adaptación a HBO. ¿Cómo funcionó el proceso? ¿Le llamó la atención el interés de adaptación?

-En realidad no nos dejaron participar mucho en la adaptación, más allá de acreditarnos y pagarnos, por supuesto. Nos dejaron leer los guiones y nos pidieron comentarios, pero es su serie de arriba abajo, nosotros no tuvimos mucho que ver.

-¿Cree usted que Sam Levinson supo captar la esencia de la serie original, que al menos eso se mantuvo?

-Creo que sí, en el sentido de conservar el trauma como catalizador de la adolescencia. Y lo bonito, o al menos lo importante, es que le supo aportar su propia experiencia como adolescente, algo que me encantó. Creo que, si adaptas algo tan crudo y tan duro como “Euphoria”, tienes que ponerle algo tuyo para que no resulte falso, impostado. Es un trabajo extraordinario.

Zendaya (izda.) y Hunter Schafer, como Rue y Jules en "Euphoria", serie de HBO
Zendaya (izda.) y Hunter Schafer, como Rue y Jules en "Euphoria", serie de HBOhboLA RAZON

-Cada diez años, aproximadamente, una serie cabalga en el “zeitgeist” de su tiempo. Pasó con “Girls” y pasa con la “Euphoria” de HBO. ¿Qué ocurre para que puedan conectar con gente que, a lo mejor, se sentía en los márgenes de la ficción?

-Creo que el éxito, al menos de “Euphoria”, parte de que está escrita pensando que no se trata de gente en los márgenes. Nadie está en los márgenes de su propia experiencia, entonces compartirla se vuelve un ejercicio personal de vulnerabilidad. Siempre digo que, para mí, crecer, la adolescencia misma, es como que te metan a una lavadora o una secadora. Ahí das vueltas en el tanque y, al final, puedes salir perfectamente limpio, sano y bien o destrozado. Crecer es traumático para todo el mundo, incluso para los que no hemos sufrido nada “malo”. A mí no me han violado, no me han pegado y no he sufrido ninguna adicción, pero aun así lo recuerdo como un episodio traumático. Es una especie de enfermedad por la que todos pasamos, y a algunos nos deja cicatrices.

-Como creadora, ¿cuál cree que es el valor que nunca debe dejar de lado un guionista?

-Tiene que haber conflictos en cada escena. En cada maldita escena. Eso es todo lo que puedo decir sobre la escritura de guion, que cada escena tiene que mantener vivo el conflicto que quieres contar. Para mí, la ficción trata sobre las relaciones humanas. “Euphoria” y “Serpientes en el avión” tratan sobre lo mismo, las relaciones humanas. Por eso creo que en Israel hemos exportado tantas series, también. Como no tenemos apenas presupuesto, al menos históricamente, hemos tenido que centrarnos en los conflictos humanos y centrar nuestros esfuerzos en la historia, no en lo periférico.

-¿Eso es lo que está detrás de su puesta en escena, tan teatral a veces?

-Totalmente, porque cuando empiezas a darle vueltas a esas ideas es solo porque no puedes soñar con más presupuesto. Quizá el que mejor haga eso en Israel sea Hagai Levi, cuando empezó “En terapia”. Fue una idea tan buena que la siguen haciendo, copiando o adaptando. Poner a dos personas en una habitación y ponerlas a hablar siempre será una buena solución. Cuando estábamos encerrados en la sala de guion con él, e íbamos dándole forma al asunto, siempre pensaba “¿Quién demonios va a ver esta serie? ¿Para quién es?”. Además, la ponían en la televisión de pago, en pleno “prime time” y compitiendo con las noticias o los concursos de la televisión en abierto. ¿Quién iba a querer ver una serie de dos personas hablando en una habitación? Bueno, pues estaba equivocada y el resto es historia.

-¿Cree usted que con la llegada de las plataformas de “streaming” hemos perdido el atractivo de los autores por el camino? Por ejemplo, el creador de “El juego del calamar” afirmó que no está ganando nada nuevo a pesar de que su serie es la más vista de la historia de la plataforma.

-Es una muy buena pregunta, y es un debate todavía abierto. Pero sí, mi respuesta es que sí. Se está borrando conscientemente la figura del autor. Todo está cambiando demasiado rápido. Cuando yo fui a la universidad, la televisión era denostada. De hecho, nunca estudiamos ningún guion de televisión, ni ninguna serie, y la palabra “cine” o “filme” era la única importante. Hoy en día, 30 años después, el panorama ha cambiado totalmente y creo que las series se han vuelto realmente el lenguaje universal en lo audiovisual. Quizá estemos ante la mejor televisión de la historia, pero tiene un precio a pagar. ¿Nos saldrá a cuento? Ojalá tuviera la respuesta, pero sí me parece positivo que se empiece a hablar de la televisión como arte, al nivel del cine.

-¿Le molesta que se refieran a su trabajo como “contenido”?

-Mentiría si dijera que no, pero también entiendo que es una cuestión de negocios. Es más fácil hablar de contenido que de películas, series o arte, sobre todo en una reunión de accionistas. No creo que sea despectivo, pero es cierto que la batalla del lenguaje es importante a la hora de defender tu trabajo, claro.