Estreno

El monstruo tras las conejitas Playboy

Crimen + Investigación estrena durante todo el mes la serie documental que desenmascara la historia, los vicios y las influencias del magnate Hugh Hefner

En la mayoría de las imágenes, Hefner aparece rodeado de sus conejitas sonrientes
En la mayoría de las imágenes, Hefner aparece rodeado de sus conejitas sonrientesAMCAMC

Quizá después de todo el magnate creador del imperio Playboy, Hugh Hefner, consiguió lo que anheló toda la vida: ser inmortal. Han pasado casi cinco años desde que falleció en su cada de Los Ángeles a los 91 años y todavía consigue que se hable de él. En vida todos sabían lo que ocurría tras las puertas del 10236 de Charing Cross en Holmby Hills en California, la famosa mansión de estilo neo tudor conocida como mansión Playboy. Construida en 1927 por el arquitecto Arthur R. Kelly, sus 1952 metros cuadrados, 22 habitaciones, bodega, sala de juegos, zoológico privado, canchas de tenis, cascada y piscina ha sido testigo de las fiestas más salvajes de los últimos 30 años. Pero tras esa fachada se ocultaba la ambición de un monstruo responsable de arruinar la vida de miles de chicas jóvenes que cruzaron sus puertas convencidas del sueño que prometía. Ahora, una serie documental de 10 capítulos producida por AMC Networks Internacional Southern Europe y emitida por el canal Crimen + Investigación, «Secretos de Playboy», saca a la luz testimonios de trabajadores, playmates, «conejitas», amigos y periodistas, que cada domingo descubren un mundo plagado de abusos, drogas, suicidios, prostitución e incluso sexo con animales.

En la serie documental no está claro qué escandaliza más, que el imperio creado por Hefner en 1953 con Marilyn Monroe en la portada del primer número de la revista financiada con mil dólares que le dio su madre, que gozara de impunidad entre gobiernos y autoridades, el tren de vida diario que llevaba su creador, los detalles que han salido a la luz gracias a estas piezas documentales, o todo lo que no se sabe aún sobre lo que pasaba en aquella mansión, y que probablemente nunca se sabrá. Miles de personas pasaron por aquellas 22 habitaciones para participar en fiestas desenfrenadas en las que Hefner vendía que su intención era plantarle cara a la moralidad y conservadurismo de los Estados Unidos de la época y conseguir un ambiente de seguridad para aquellas mujeres que quisieron soñar con ser conejitas Playboy. Pero nada más lejos de la verdad. A través de testimonios de personas tan relevantes como la ex novia del magnate, Sondra Theodore; sus ex parejas, Holly Madison y Bridget Marquardt ; Miki Garcia, antigua Directora de Promociones de Playboy; Jennifer Saginor, hija del médico personal del empresario y autora de «Playground: A Childhood Lost Inside the Playboy Mansion»; las ex conejitas Rebekka Armstrong, Susie Krabacher, Dona Spier, Tylyn John y Cristy Thom; y de personas que pertenecieron a su círculo íntimo, como Lisa Loving Barrett, Mitch Rosen o Stefan Tetenbaum, conoceremos a un niño que nunca quiso crecer y se rodeó de todos los caprichos que pudo.

Conoceremos su afición por comer un kilo diario de M&M’s y beber 40 vasos de Pepsi, su gusto por las orgías, su amistad con personas de todos los estratos sociales como Roman Polanski o Bill Cosby, habituales de sus fiestas, los sueldos a ex policías de Los Ángeles para mantenerse alejado de denuncias, y los cientos de cámaras y micrófonos instalados por toda la mansión para poder extorsionar a cualquiera que quisiera destronarle. Durante más de 60 años, Hugh Hefner fue intocable, y prueba de ello son los testimonios que aparecen en el documental de aquellos, que seguramente porque tienen más que perder, que siguen insistiendo en que era buena persona y que amaba a las mujeres. Detrás de él un reguero de escándalos, sobredosis y suicidios de la que llamaban la casa del vampiro: las chicas entraban jóvenes y bellas, y salían sin vida.