Estreno
Un «James Bond» francés planta cara a Sherlock
COSMO estrena este jueves la serie policiaca «Paris Police 1900», ambientada en la turbulenta Europa de aquel cambio de siglo
Desde el Serializados Fest Ibiza Cosmo lleva anunciando su gran estreno para esta temporada. «Paris Police 1900» es su gran apuesta para el primer trimestre del calendario televisivo. El propio título explica la trama, ubicada en París, protagonizada por un inspector de policía y ambientada en los turbulentos años de la Europa del cambio de siglo. Hasta ahí todo bastante coherente.
Pero esta serie pronto dispara la fábrica de las referencias con recuerdos a personajes míticos como James Bond o Thomas Shelby («Peaky Blinders»), sobre todo en cuanto a códigos de vestimenta. Y es que París, ya en 1900 era un icono de moda y elegancia y así lo refleja esta serie en su vestuario. Su propio showrunner y creador, el autor de novela gráfica Fabien Nury reconoce «que estas gorras de época ya serán para siempre un icono de ‘Peaky Blinders’». «Pero en ‘Paris Police’ la vestimenta simboliza una elegancia auténtica, mientras que en la serie de Netflix funciona casi como un disfraz para ocultar su verdadera personalidad durante los negocios».
El actor protagonista Jeremy Laheurte (Antoine Jouin) sí admite entre risas que «cuando me puse la gorra sí me sentí un poco Shelby». El actor considera que la ficción francesa está viviendo un nuevo despertar, gracias a fenómenos como el del actor Omar Sy, protagonista de «Lupin». Preguntado por si las fórmulas clásicas de la ficción policiaca siguen funcionando, él lo tiene claro: «La pareja poli bueno y poli malo nunca dejará de triunfar. En definitiva, el cerebro humano no ha cambiado tanto y necesitamos estímulos diferentes para reaccionar. Además, esto dota de mayor riqueza a los personajes de una serie».
Sobre la evolución de esta clase de tramas criminales, Fabien Nury guarda una postura más nostálgica: «Creo que la resolución de casos criminales a través de la ficción tiene más magia si se ambienta en el pasado siglo. A este tipo de tramas les favorece la ausencia de tecnologías como retratos robots o escaners de huellas dactilares, permitiendo así la apuesta por técnicas más rudimentarias», a lo Sherlock Holmes.
Aunque su vapeador en mano le delate, Nury no oculta ser un romántico empedernido de la novela negra. Así, desde el conocimiento engrandece aportaciones como las de Agatha Christie o Stephen King: «Sus obras nunca pasarán de moda y seguirán siendo inspiración para los guionistas y autores del futuro». Porque para este director, «la gente siempre va a sentirse atraída por las buenas historias, sea en el formato que sea». Esto explica fenómenos más recientes como el «boom» del «true crime», un género documental que desnuda la mente humana y sus comportamientos más primarios. En este caso, es el cadáver de una joven en el Sena lo que desencadena la trama.
El Caso Dreyfus, de fondo
En 1894 Alfred Dreyfus fue acusado falsamente de traición por espiar para Alemania. Este capitán del ejército, judío y alsaciano, era el chivo expiatorio perfecto y el alto mando francés no dudó en manipular las escasas pruebas que aportaron en el juicio donde lo declararon culpable. En 1898 el famoso J’accuse de Émile Zola denunció ante la opinión pública la injusticia cometida contra Dreyfus, que cumplía cadena perpetua en la Guayana Francesa. Este caso hizo aflorar el antisemitismo de la Tercera República, dividiendo el país durante décadas. En este contexto y con un presupuesto de 16 millones de euros ha sido un enorme éxito entre la crítica. En Francia, los ocho episodios de la serie fueron vistos por una media de seis millones de espectadores.
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