Estreno

"Bellas Artes": Museo Iberoamericano de Arte Moderno con director al fondo

Movistar Plus+ estrena hoy la primera temporada de la serie que creó un auténtico museo para dar cabida a la crítica sobre el mundo del arte, creada por Gastón Duprat y Mariano Cohn

Oscar Martínez se mete en la piel de un hombre demasiado mayor para plegarse al mundo del arte, cada vez más desquiciado
Oscar Martínez se mete en la piel de un hombre demasiado mayor para plegarse al mundo del arte, cada vez más desquiciadoMovistar Plus+

«Para que sea considerado arte, hace falta que alguien lo presente, lo proponga como tal, y alguien que lo reciba así», le dice a su nieto Antonio Dumas, el nuevo flamante director del Museo Iberoamericano de Arte Moderno (MIDAM), cuando el pequeño le pregunta por qué hay cosas que «en la calle son basura y en un museo, no». Este es el nivel de la nueva obra de la dupla formada por Gastón Duprat y Mariano Cohn, creadores, y escrita por Andrés Duprat, la serie de seis episodios «Bellas artes» que hoy estrena Movistar Plus+. Ya les adelanto que para poder crear una obra maestra de la comedia negra sobre el mundo del arte, qué menos que crear un museo desde cero. Si con «El hombre de al lado» hablaron de arquitectura, con «El ciudadano ilustre» la literatura, y con «Competencia oficial», el cine, ahora le toca al arte.

El ministerio de Cultura organiza una serie de pruebas con tres candidatos finalistas para dirigir el MIDAM. Entre ellos se encuentra el ganador, Antonio Dumas, interpretado con maestría por Oscar Martínez («Galgos»), un prestigioso historiador de arte y gestor cultural con una sofisticación antigua, engreído y con una alta dosis de cinismo lo que le lleva a no casarse con nadie. La propia escena de las pruebas de selección ya es una declaración de objetivos de los creadores, cuando el personaje de Dumas ya reconoce que el mundo está abocado a elegir representaciones de «todos los lugares de la corrección política» frente a una candidata mujer y de color, y otra mujer, con intereses inclusivos. «Bellas artes» es una pintura fina de la incomodidad del arte moderno y una clase magistral de personajes que tienen que actuar serios ante situaciones irreverentemente cómicas. Por el MIDAM desfilarán ministros de Cultura con sus propios intereses familiares (qué momentos nos regala José Sacristán, «ratita»), vecinos del quinto que saben pintar, representantes sindicales a conveniencia, conflictos internacionales buscados y casuales, y auténticas performances que por varios motivos distintos se quedarán con el espectador en cada capítulo de apenas 26 minutos que se consumen como píldoras de auténtico buen gusto. Completan el reparto Aixa Villagrán, Koldo Olabarri, Ana Wagener, Dani Rovira, Ángela Molina , Adelfa Calvo, Ludwika Paleta y Jorge López, entre muchos otros.

El espectador quizá no sepa apreciar el trabajo de producción detrás de esta serie, pero les desvelaremos antes de que lo busquen, que el edificio del MIDAD está compuesto por varios edificios más que no son la fachada de San Lorenzo del Escorial, y que se han unido con el montaje y una continuidad basada en la estructura de coral rojo que vertebra el fondo de todas las salas. Pero es que también se ha creado todo un merchandising en la tienda de regalos solo para la serie, como reproducciones bajo permiso de auténticos artistas iberoamericanos, como el pintor catalán Agustí Puig o la fotógrafa argentina Graciela Sacco, que se mezclan con cientos de obras de pintura y escultura creadas por el departamento de arte de la ficción y la inestimable escritura de Andrés Duprat, actual director del museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Hasta los uniformes del equipo del museo es una creación del departamento de vestuario. La serie aborda con mordacidad temas incómodos como la inmigración, la identidad de género, la corrupción política, la cultura de la cancelación, la policía de la moral y los ataques activistas a obras de arte.

El resultado es una composición sencilla que ataca la raíz misma de nuestra incomodidad como sociedad mientras nos enfrenta al ridículo trabajo de gestionar el día a día de un museo de arte moderno donde cualquier situación es más absurda que la anterior. Humor del negro pero con una gran paleta de colores.

Antonio Dumas, muchas canas y un gato blanco

►Antonio Dumas tiene el perfil de un gallo de pelea. De esos que no van a perder un minuto en dar una explicación, pero también tiene debilidades como su gato Borges o aislarse con sus cigarrillos a ver videos de gatitos en redes sociales. Pero el personaje que encarna el argentino Oscar Martínez está mucho más suelto que en «Galgos», y en cada capítulo nos regalará un exabrupto marca de la casa mientras dirige un museo, redescubre a su expareja o lidia con su hijo y su nieto. Nadie mejor que Martínez para reírse de sí mismo y conseguir llegar a casa cada noche, aunque eso no le asegure que vaya a dormir a pierna suelta.