Estreno

“Eugene Levy, el antiviajero”, un turista embarazoso

El peculiar actor que interpreta al padre de Jim en “American Pie” se convierte en el guía turístico más divertido de cuantos puede haber

“Eugene Levy, el antiviajero”, un turisa embarazoso
“Eugene Levy, el antiviajero”, un turista embarazosoApple TV+

Me ocurre con los programas de viajes y turismo que generalmente los siento distantes. Sí, me deslumbro con paisajes y lugares maravillosos, quisiera estar allí, descubro cosas nuevas y curiosidades, pero siempre hay una barrera, algo que me separa. Sin embargo, acompañar a Eugene Levy en su aventura por Europa resulta una verdadera delicia, es auténtico, cercano, diferente y, ciertamente, de esos que te llevan a consultar vuelos y hoteles para tus próximas vacaciones.

Si usted es de los que vio la primera temporada de "Eugene Levy, el antiviajero", sabe de lo que le estoy hablando. El canadiense, recordado por su papel en “American Pie”, además de talentoso como actor (ganador de un Emmy), es una de esas personas con las que muchos nos identificamos a la hora de emprender un viaje: algo aprensivo, proclive a la comodidad y un tanto precavido. Si fuese por él, seguramente habría preferido quedarse en su casa de Toronto viendo su propio programa de televisión para descubrir lugares nuevos, en lugar de hacer colas y tener largas esperas en los aeropuertos, dejarse picar por los mosquitos en un espeso y húmedo bosque o sufrir el vértigo de caminar por estrechos caminos en empinados acantilados, por mencionar algunas pequeñas incomodidades. Sin embargo, una vez tomada la decisión de viajar, resulta un compañero más que divertido. Eugene no tiene filtros y no sabe mentir ni ocultar, aunque lo intente, las reacciones que cada novedad le producen, pero al mismo tiempo es ese tipo de personas que se deja sorprender, que se maravilla con los impresionantes paisajes en los que se encuentra, y que aprecia cada nueva perspectiva social que se abre ante sus ojos con total humildad y con un respeto que cubre cualquier imprudencia que pueda cometer con su franqueza o su particular humor.

Finalmente, todos tenemos un amigo como "el antiviajero" o, a lo mejor, lo somos nosotros, al menos un poco, y resulta ideal para emprender este tipo de aventuras, porque si el descubrimiento no es lo suficientemente divertido, la compañía hace el resto.

Además, otra de las grandes fortalezas de "Eugene Levy, el antiviajero" es que aquí no vamos a visitar los mismos lugares de siempre, ni repasar las mismas tipicidades que, al estar tan manidas, se convierten en clichés, aunque a veces sea prácticamente imposible evitarlo. El enfoque de este programa opta por lo realmente típico, aunque probablemente sea menos popular turísticamente hablando. Se acerca más a la esencia de cada lugar, explora el origen de lo auténtico y, si toca lo popular, lo hace tangencialmente y con un punto de vista diferente, no tanto del turista como del lugareño, con lo cual, ayuda a entender mejor su verdadero sentido. Por eso, cada destino aparece novedoso, atractivo, sorprendente y mucho más que interesante.

Esta temporada, Levy se aventura aún más en sus exploraciones, decidido a sumergirse en prácticas locales con nuevos y viejos amigos. Comienza su viaje en Suecia, participando en una fiesta tradicional, practicando el llamado de los alces y navegando en kayak por uno de los ríos más largos del país. En Escocia, descubre su historia familiar en Glasgow y vive como un miembro de la realeza en el impresionante castillo de Candacraig. Luego, en Francia, se sumerge en el glamour de Saint-Tropez con Joan Collins, probando ostras y aprendiendo apicultura en la Provenza.

En los siguientes episodios, Eugene continúa su odisea europea, explorando Alemania en el balneario de Sylt, experimentando baños de heno y ayuno en un retiro holístico. En Italia, profundiza su investigación sobre la Dolce Vita, buscando trufas, participando en la vendimia y asistiendo a una justa medieval. Su viaje lo lleva a Grecia, donde reflexiona sobre el valor de la familia en la isla de Milos mientras se hace amigo de un dúo de padre e hijo que viven su sueño.

Finalmente, en España, Levy concluye su periplo europeo con un episodio espectacular en Sevilla. Allí, conoce a Héctor Bellerín y experimenta el vibrante derbi entre el Betis y el Sevilla. También tiene su primer encuentro con el flamenco, visita el “Caminito del Rey” en Málaga y navega entre el Atlántico y el Mediterráneo en Tarifa.

Así que, si usted busca una opción televisiva que sea realmente refrescante, que lo saque de la rutina y de esa realidad dura y desagradable que muchas veces nos encontramos, "Eugene Levy, el antiviajero" es una magnífica opción, que está disponible desde el pasado viernes 8 de marzo en Apple TV+, cuando se estrenó en la plataforma con un doble episodio (Suecia y Escocia), dejando desde entonces un nuevo capítulo para cada viernes hasta el 12 de abril, cuando se complete la temporada. Son treinta minutos que se le pasarán volando, nunca mejor dicho.

Nunca es tarde para ponerse al día

Si usted apenas se estrena como compañero de viaje de "Eugene Levy, el antiviajero", seguramente estará deseando ver más para amenizar la espera de un nuevo episodio de la segunda temporada y ¿qué mejor que ponerse al día con los ocho capítulos de la primera entrega? Su itinerario abarca desde Laponia en Finlandia hasta Costa Rica y su exuberante selva como primeros destinos; seguido por Venecia, los cañones de Utah, Maldivas, Sudáfrica, Lisboa y Tokio, que marcan el cierre de la temporada, que también está disponible bajo demanda en la plataforma de la manzana mordida.