Copa Davis
El «efecto Feliciano» no sirvió de nada
España perdió el primer punto de la semifinal de la Davis. Edmund se impuso a «Feli» por 6-3 y 7-6 (7/3)
Otra vez cuesta arriba. España arrancó la semifinal ante Gran Bretaña del mismo modo que lo hizo ante Argentina, con derrota. Feliciano, la apuesta no tan sorprendente de Bruguera, no pudo con Kyle Edmund. El británico se impuso por 6-3 y 7-6 (7/3) en 82 minutos con lo que todo vuelve a quedar en manos de Nadal.
Oficialmente, unas molestias físicas dejaron a Pablo Carreño en el banquillo y dieron paso a Feliciano López en el duelo entre números dos. «No estaba al cien por cien para jugar», aseguró Feli sobre su compañero antes de medirse a Edmund. Más allá de los círculos oficiales, la suplencia del asturiano se estaba mascando nada más caer ante Pella y sus declaraciones después del partido -lo de los nervios y la presión- fueron su tumba.
Carreño se quedó fuera y el que regresó al grupo fue Roberto Bautista. Dos días después de tener que abandonar la concentración por la muerte de su padre, Bautista protagonizó un emotivo momento al aparecer en la formación de los himnos en la pista Manolo Santana de la Caja Mágica. En realidad ese fue el mejor momento de España en el primer partido. Lo que sucedió luego fue un quiero y no puedo por parte de Feliciano.
Cuando el español desenfundó su saque ya tenía enfrente un muro en forma de 0-3. En apenas siete minutos, Edmund conectó golpes ganadores y saques directos como si fuera lo más sencillo del mundo. Cinco aces en sus dos primeros servicios y una autoridad en los puntos que convirtieron a Feli en un muñeco. Cuando el toledano se asentó ya era demasiado tarde para escalar el 8.000 en que se había convertido el primer set. En menos de media hora, la eliminatoria había empezado torcida. El saque, el revés cortado y las subidas a la red no bastaban para que al pelirrojo británico le entraran las dudas. Bruguera y Feliciano decidieron no cambiar de planes y en el décimo juego «Feli» tuvo dos bolas de break. El saque y una derecha abocaron el segundo set al tie break. Edmund se mostró calmado en los momentos de máxima exigencia y había que comprobar si el español había llegado para quedarse. La respuesta fue negativa. Un error en un revés cortado, otro con el resto, un passing de Edmund, una doble falta... En el que puede haber sido el último gran partido de su vida, Feliciano López no pudo ser el héroe en su casa.
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