Soria
Diego Urdiales, herido; Javier Castaño, oreja
El riojano resultó herido al entrar a matar al primero de los ejemplares de un serio encierro de Adolfo Martin
Diego Urdiales comenzó su faena al primero de la tarde con unos muletazos por abajo, sacando al toro a los medios, donde cuajó una muy buena actuación. Javier Castaño, por su parte, paseó la única oreja del festejo, la del segundo, un peligroso ejemplar que se quedaba en mitad de los muletazos. El público soriano reconoció el valor sereno del torero y supo perdonarle que pinchara con la espada al primer intento.
Con el quinto hubo un gran espectáculo en los primeros tercios. El «Adolfo» acudió con alegría hasta en tres ocasiones al caballo y, también en banderillas, el público obligó a que se desmonterara su cuadrilla. En la muleta, sin embargo, el toro terminó desarrollando sentido, pero Castaño cuajó una faena digna que emborronó con la espada.
El que se fue de vacío fue Joselito Adame, que por la cogida de Urdiales tuvo que lidiar y estoquear tres toros. El primero de ellos fue peligroso, ya que se revolvía y le buscaba. El mexicano hizo bien el trasteo y acertó con la espada. También peligroso y buscando las zapatillas fue su segundo, con el que anduvo firme pero falló con la tizona. Más potable fue el que cerró plaza, aunque no tuvo demasiado recorrido. La faena del azteca fue de menos a más, pero fue emborronada a la hora de matar.
Plaza de toros de Soria. Se lidiaron toros de Adolfo Martin bien presentados, bravos y con las complicaciones de la casta. Diego Urdiales, herido; Javier Castaño, silencio, oreja y palmas; y Joselito Adame, saludos, silencio tras aviso y silencio.
Parte médico de Diego Urdiales: «Herida por asta de toro en la región inguinal derecha de 10 centímetros con dos trayectorias y con orificio de entrada y de salida; sin afectación muscular ni nerviosa». Pronóstico: «reservado».
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