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El Juli: «Es el momento de dar un giro radical a la Fiesta»

El Juli ante el auditorio de LA RAZÓN
El Juli ante el auditorio de LA RAZÓNlarazon

Se presentó el maestro ante el respetable con ánimo de inventario. Repasó sus comienzos, agradeció a la cuadrilla, abordó las polémicas y contó sus cicatrices. Demostró el matador destreza con el verbo y remató la faena ante tres morlacos del periodismo: Gloria Lomana, directora general de Antena 3 Noticias; Javier González Ferrari, presidente de Onda Cero, y Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, cuyas preguntas cumplieron con lo que se espera, poner en dificultades y permitir el lucimiento de los que saben.

-Gloria Lomana: Escuchándole he recordado que usted ha sido niño torero; dicen algunos que el más joven de la historia. ¿Con los años ve usted eso de otra manera? ¿O le gustaría que sus hijos hicieran lo mismo, es decir, torearan siendo menores de edad?

-El Juli: Yo estoy convencido, porque lo he vivido en experiencia propia, de que lo más grande que puede experimentar una persona es ser torero, salvo algunas cosas familiares. Ser torero, sentir un toro, llevarlo a tu velocidad... ese momento en el que tú lo sientes y tú te rompes y que haces tu arte. Ver la emoción que causas en el público... Creo que hay pocas cosas que se puedan igualar o que puedan engrandecer más la vida de un ser humano. Somos privilegiados por tener esas sensaciones. Y es verdad que lo somos por vivir eso que estoy contando, pero también es cierto que para llegar a ellas hay que vivir muchas situaciones que son difíciles de sobrellevar y que, obviamente, prefieres sufrirlas tú a que lo haga un familiar tuyo. Yo estoy dispuesto a dejar la vida por el toro y a que un toro me pueda quitar todo lo que tengo. Pero que lo haga un hijo te duele un poco más. Ahí está la doble lectura que es inevitable hacer y es sin duda complicada. Preferiría que mi hijo no fuera torero menor de edad, pero también sé que como más feliz es una persona es sintiendo lo que es torear.

-Gloria Lomana: Y en estos tiempos en los que lo taurino está en entredicho ¿cómo convencería usted a un antitaurino de que los toros son cultura?

-Juli: Creo que una cosa es que no te gusten los toros y otra es ser antitaurino. Comprendo que haya personas que no entienden el toreo como las hay que no entienden la pintura o un tipo de música, pero hay que comprender lo que representa el toreo en la sociedad y la historia. Lo que ha supuesto en todos estos tiempos y lo que significa el arte del toreo y el verdadero sentido que tiene que una persona se juegue la vida delante de un toro que ha sido creado por el hombre para este arte, y ha sido uno de los grandes logros. Y que, evidentemente, lo primero que se tendría que plantear aquel al que no le gusten los toros es que el fin de los toros supondría la desaparición inmediata del animal.

-González Ferrari: Hay una palabra en tu alocución que a tus 30 años no puede ser pronunciada: «fracaso». Con 30 años no se fracasa, porque hay todavía mucha vida por delante. Por cierto, que veo aquí al señor ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que mañana va al Parlamento Europeo para hablar de la marca España. Pues este señor lo es. Apúntate, para que te lleven. Y además de marca España tiene otra cosa que marca más: es del Atlético de Madrid, eso imprime carácter y hace de alguien un personaje valeroso.

-Juli: Hablo de fracaso porque sí lo he sentido. En la plaza no se mira la edad. Ni el toro ni el público saben la edad que tienes. El público, que ha pagado su entrada, te juzga para que hagas lo que tienes que hacer. Además, cuando me fui a México, hubo una cosa en mi vida que sí me marcó: mi mozo de espadas y mi padre se vinieron conmigo, mientras mi madre se quedó con el negocio familiar. De pequeño, me interesaba mucho que llegáramos a fin de mes y cuando me fui allí sentí mucha responsabilidad y percibía que si no me convertía en figura, fracasaría. También he sentido el fracaso en la plaza, pues muchas veces hay expectación, y, sea por el toro o por ti, no estás acertado, hay veces que no expresas nada. Eres una caricatura de lo que debes ser. Y otras veces he sentido lo opuesto: he tenido una niñez diferente, con 14 años he vivido cosas que no estaban al alcance de ningún niño, como salir a hombros tras torear delante de 25.000 personas en Madrid.

–González Ferrari: Una cosa es el fracaso y otra es el tropiezo. Has podido tener de lo segundo pero no de lo primero.¿Tiene la sensación de que la Fiesta está agonizando lentamente? ¿Piensa que los jóvenes pasan, en parte por las campañas antitaurinas?

–Juli: Tengo inquietud. Es un momento clave para la tauromaquia. Durante muchos años nos hemos ocupado nada más que de hacer carteles y salir a torear. Por esta crisis económica y otras circunstancias se ha puesto en una situación difícil al toreo. Como soy positivo, creo que es el momento de hacer un giro radical en bastantes de sus conceptos. Hablo de la comunicación, de la publicidad, facilitar las cosas a los jóvenes, ayudar a los festejos menores... Debemos trabajar todo el sector para adaptar el toreo a la cultura. Uno de los pilares de mi carrera es el fomento de la juventud: no se puede hacer un espectáculo que sea inaccesible para ellos. Es el momento de que, por encima de nuestra propia carrera, nos preocupe el toreo. Porque el legado está en nuestras manos y debemos fomentarlo. Cuando se hacen las cosas con interés, la tauromaquia es agradecida y la gente responde. Hay muchas plazas que están apostando por un nuevo espectáculo que es el que está marcando el camino. Hay que tener en cuenta que no se puede seguir el ritmo de cien corridas por año, que hay que cuidar más el espectáculo, hacer más publicidad. En definitiva, es una época de cambio.

-Francisco Marhuenda: Vamos a seguir con ese compromiso. Intento aprender lo que puedo de Patricia Navarro. ¿Qué va a aportar el traspaso a Cultura de la Fiesta? ¿Qué deben hacer los poderes públicos para fomentarla?

-Juli: Es el primero de los pasos. Se trata de un proyecto que empezó por los toreros, un camino difícil, pero no es la panacea. Todo el sector debe unirse y aclarar muchos falsos tópicos: las subvenciones que recibimos, el dinero que genera, los puestos de trabajo... No se hace justicia al toreo. Debe defenderse y protegerse como al cine y a cualquier otro ámbito cultural. El toreo está absolutamente en el aire.

-Francisco Marhuenda: El toreo tiene un componente heroico. ¿Cuál debe ser el compromiso social del torero con el pueblo?

-Juli: El torero ha tenido un gran handicap: la masificación de festejos. Eo le ha quitado seriedad y, además, ha devaluado la figura del propio diestro, cuando creo que es un héroe de verdad, es el personaje social que más valores representa. Esto no se ha sabido reflejar. No hemos sabido explicar lo que hace un torero, es decir, que se trata de alguien que puede perder la vida por cualquier error en un segundo y es capaz de sacrificar más la vida por ser más integro y satisfacer al público. Otros mundos han sabido crear esos referentes en la sociedad. Cuando yo empezaba quería parecerme a ellos, a los maestros que están aquí. Muchos jóvenes quieren ser hoy modelos, futbolistas, actores... El toreo se ha quedado obsoleto en muchos aspectos, también en la comunicación. Pero el espectáculo debe tener sentido, no puede ser un partido de fútbol. En definitiva, tener una importancia mayor que la que los toreros le hemos dado.