Los «Cebada» siembran el pánico en Pamplona

Los toros de Cebada Gago, tradicionalmente muy peligrosos, cumplieron los pronósticos y sembraron el pánico en las calles de Pamplona, donde cornearon a seis corredores.

Si ayer fue un encierro de calentamiento, hoy ha sido de maratón. Los Cebada Gago han impuesto su ley en las calles de Pamplona y han protagonizado una carrera con momentos de verdadera angustia. Si el Complejo Hospitalario de Navarra se encontraba con habitaciones libres, los toros gaditanos ya se han encargado de llenarlo. Lo han colapsado.

Gran expectación para vivir en primera persona el segundo encierro de estos sanfermines 2016. Movimiento de corredores habituales, y no tan habituales. Tercer cántico a un San Fermín que seguía en Pamplona con la resaca de su día festivo. Y menos mal, porque trabajo no le faltó. Capoticos y más capoticos los que ha echado el patrón en este segundo encierro de sus fiestas. Los Cebada Gago volvían tras tres años de ausencia. Y como han vuelto; pilas cargadas y con exceso de voltios.

En manada han salido los seis toros hasta llegar al punto de la hornacina del santo, donde están los mozos esperando a los astados. A partir de ese momento, las miradas y derrotes han sido constantes. Una manada rota desde este punto de la carrera. En el primer tramo de recorrido, uno de los toros negros, muy descarado de pitones, ha derrotado contra un mozo que se encontraba en el suelo propiciando la primera de las seis cornadas. Mientras tanto, otro colorado ha pisado el acelerador y se ha colocado a la cabeza causando momentos de muchísimo peligro, sobre todo, cuando ha llegado a la curva de Mercaderes-Estafeta. El antideslizante, que en el día de ayer hizo su efecto, hoy no pudo con la velocidad del astado y terminó resbalado y fijándose en los mozos que se encontraban contra la pared de al otro lado de la curva. Cornadas y más cornadas, como la que se han vivido en el tramo de Mercaderes, donde un astado negro ha sembrado momentos de pánico, repartiendo cornadas a diestro y siniestro, menos mal que la aparición de otro astado provocó que el primero se enzarzase con él y dejase a los corredores respirar. Los toros desinteresados de los cabestros. No había manada. Varios animales han recorrido algunos metros en sentido contrario. El terror ya estaba asegurado. La calle estafeta era el campo de batalla. Muchas caídas de los toros. Animales parados en el recorrido que eran citados por los corredores. Mozos por los aires y corneados de forma espeluznante. Cada astado emprendió la guerra por su cuenta creando momentos de verdadera angustia en toda la calle de Estafeta y Telefónica. Avispados con todo lo que se movía y derrotando en los maderos. Al final, los Cebada Gago siguen haciendo nombre a su fama como los más peligrosos que han pisado Pamplona. 14 trasladados al complejo hospitalario de Navarra según el primer balance provisional, seis de ellos, heridos por asta de toro. El cronómetro marcaba los 5 minutos y 45 segundos cuando el último astado entraba en los corrales. Qué descanso.

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