Sevilla

Repóker de Perera en Madrid

El extremeño logró ayer la quinta Puerta Grande de su carrera en el coso venteño

Repóker de Perera en Madrid
Repóker de Perera en Madridlarazon

Miguel Ángel Perera sumó ayer su quinta Puerta Grande en Madrid –cuarta como matador, aunque una de ellas, herido, no salió a hombros– y encadenó la segunda en 15 días para consagrarse como figura máxima del toreo. El pacense cuajó de manera excelente a «Revoltoso» en una faena que se une a su amplia galería de grandes tardes en Madrid.

Un camino iniciado de novillero al desorejar en 2004 a «Luminoso» de El Ventorrillo en su debut. Aquella tarde paseó tres trofeos. Luego, el 6 de junio de 2008, el día después de la apoteósis de José Tomás -cuatro orejas que enloquecieron Las Ventas-, no se amedrentó y desorejó a una res de Núñez del Cuvillo. Ese mismo año, se vistió épico grana y oro para pagar con dos cornadas tres orejas en una encerrona en la que sólo pudo matar cinco toros.

Ahora, este 2014, ha llegado la eclosión definitiva. A los tres trofeos del 23 de mayo le siguió ayer otra página gloriosa. Históricas tardes como la última Feria de San Miguel, en Sevilla, donde la espada le apartó de la Puerta del Príncipe; la Puerta Grande en Bilbao de 2012 al cortar sendas orejas a toros de Alcurrucén o los indultos logrados en Murcia y Valencia (2005 y 2006) de sendos astados de FuenteYmbro de nombres "Espléndido"y "Harinero".

SUS CINCO PUERTAS GRANDES.

De novillero. Aplazada por la lluvia en su fecha original, el 6 de junio de 2004, corta tres orejas de utreros de El Ventorrillo en su presentación en Madrid

La respuesta a José Tomás. El diestro pacense no se amilanó por el clamoroso triunfo del mito de Galapagar y abrió la Puerta Grande al día siguiente después de desorejar a un gran toro de Núñez del Cuvillo.

Épica encerrona. En la Feria de Otoño de 2008, recibe dos cornadas y, pese a cortar tres orejas, se queda sin salir por la Puerta Grande

Consagración definitiva. El pasado 23 de mayo, borda el toreo y pasea tres orejas de dos toros de Victoriano del Río para reafirmarse definitivamente como figura

Gesta con «Adolfos». En invierno pidió lidiar la de Adolfo Martín, un reto que encontró premio al desorejar al sexto; segunda Puerta Grande seguida