Toros

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Sangre, sudor y lágrimas

Jorge Isiegas, que mató cuatro novillos por cogidas de Chover y Sánchez, se llevó la primer oreja de la feria

Momento de la cornada que Jesús Chover recibió en el brazo
Momento de la cornada que Jesús Chover recibió en el brazolarazon

Valencia, 20 de julio. Primera de feria. Un tercio de entrada. Novillos de Los Maños, desiguales de presentación y juego, destacando los dos primeros.

Jesús Chover (de azul noche y oro), entera y dos descabellos, aviso (ovación). Fue cogido por el cuarto.

Ángel Sánchez (de rosa y oro), cogido por su primero.

Jorge Isiegas (de blanco y plata), trece pinchazos y estocada, tres avisos (silencio); entera, ovación; entera, oreja; dos pinchazos, media, dos descabellos, aviso (palmas).

Parte médico de Ángel Sánchez: «Cornada en el tercio medio de la cara interna del muslo derecho de 15 cm. que desgarra piel, tejido muscular subcutáneo y toca músculo sartorio, con una trayectoria inferior de 12 cm. que destroza fibras musculares del vasto interno. Será trasladado a la Clínica Virgen de la Salud de Valencia».

Parte médico de Jesús Chover: «Cornada con esa extensión "en el tercio distal borde radial del brazo izquierdo que llega al borde radial del tercio medio del antebrazo, con hemorragia. Además, el pitón del novillo de la ganadería de Los Maños le "seccionó el músculo supinador largo (brachioradial) y la vena cefálica antebraquial".

Tras varios y dispares actos preliminares -una surtida selección de eventos de ámbito cultural, un certamen de clases prácticas con alumnos de escuelas taurinas de España, Francia y Portugal, un acto reivindicativo de los festejos populares y la tradicional desencajonada, aliñada, además, con recortadores, roscaderos, jinetes franceses y hasta forcados lusos- la feria de julio echó a caminar con una novillada picada que resultó accidentada y movida. Nadie dijo que esto fuese fácil y sí que todo lo que ante el toro se hace tiene tanto mérito como riesgo.

Se lidió un encierro de Los Maños cuyo segundo ejemplar mandó al hule a Ángel Sánchez, al que corneó al entrar a matar, enganchándole por el muslo derecho y manteniéndole un rato en el aire, teniendo que acabar con él Chover y quedando sin recuerdo un trasteo en el que el novillero madrileño no se acopló a la alegre embestida del burel, dejando excelentes muletazos sueltos pero ejecutados de forma aislada y sin unidad.

Y nada más empezar su segunda faena, Jesús Chover fue enganchado por el brazo y arrastrado por media plaza, sufriendo además una cornada en la espalda, teniendo que hacerse cargo de la lidia y muerte del novillo Jorge Isiegas, pundonoroso y dispuesto hasta que comprobó que el de Los Maños cortaba y hacía hilo con peligro.

El primer novillo, alto y desgarbado, sin entrega en varas pero repetidor y con celo en el último tercio, dio a Chover la oportunidad de pasear una oreja tras lucir en una labor muy dispuesta y entregada, en la que se lució al torear sobre la derecha. Hubo más velocidad al natural y algún que otro enganchón, perdiendo definitivamente su premio al fallar con el verduguillo.

A Jorge Isiegas le tocó en suerte en su primer turno un novillo que era hermano del que indultó Varea en Zaragoza hace un par de temporadas. Sin embargo no tuvo nada que ver con aquel y su matador tampoco buscó enderezar su comportamiento. No se paró quieto un momento con el capote y anduvo bullidor y bullanguero. Trató de templarse más muleta en mano y pareció conseguirlo en la primera parte de su quehacer, aunque luego el astado comenzó a pararse y a no pasar, dando más tarde un mitin con la espada, tomando muchísimas precauciones a la hora de matar, tantas que hasta escuchó los tres avisos.

Con el jabonero que hizo quinto, que tuvo pies y guasa, anduvo muy decidido y dispuesto, muy firme, sacando una faena más que digna y siempre a más. Y en ese plan acometió la lidia del que cerró plaza, astifino y a la contra, con el que toreó con ligazón y mando, ganando en confianza en sí mismo y en sus propias posibilidades, perdiendo la puerta grande al matar mal.