Bilbao

Tras la épica, la dura cornada de El Boni

El torero de plata, herido en el muslo derecho de pronóstico grave en una deslucida corrida

Instante en el que resulta corneado El Boni por el segundo toro de la tarde
Instante en el que resulta corneado El Boni por el segundo toro de la tardelarazon

Gijón. Sexta de la Feria de Begoña. Se lidiaron toros de Valdefresno y Fraile Mazas (1º y 6º), bien presentados. El 1º, manejable, justo de raza, mejor por el izquierdo; el 2º, inválido; el 3º, manejable aunque le falta un tranco; rajado, el 4º; el 5º se deja pero sin entrega; y el 6º, complicado y con malas ideas. Media entrada.

Curro Díaz, de verde manzana y oro, estocada, descabello (saludos); pinchazo, buena estocada (silencio).

El Cid, de azul pavo y oro, dos pinchazos, media estocada (silencio); estocada corta y trasera, dos descabellos, aviso (silencio).

Iván Fandiño, de verde esmeralda y oro, estocada punto atravesada, descabello (saludos); pinchazo, estocada trasera, seis descabellos, aviso (silencio).

Curro Díaz tiró el capote contra las tablas ya en el callejón de impotencia. Y no era para menos. En un suspiro. Sin darnos cuenta. La vida en un ruedo pasa demasiado rápida. El Boni, banderillero de la cuadrilla de El Cid, casi a punto de meterse en el burladero. En el de matadores. Había puesto el tercer par al segundo valdefresno de la tarde que, para más coraje, no se tenía en pie. En un descuido, en un qué sé yo, prometo que no dio tiempo a verlo, el toro apretó para dentro y a El Boni no le dio tiempo a resguardarse. Contra las tablas le metió el pitón a traición. Qué barbaridad. Dolía desde arriba. Innecesario. Hiriente. ¿Ahora, de pronto, cómo? Así había ocurrido todo y desde lo más alto de la plaza, desde el mismo palco pudimos divisar el boquete que llevaba el torero de plata en el muslo derecho. Nos quedamos helados. Petrificados. Costaba continuar. El Cid intentó lo que era imposible: hacer faena a un toro que no se tenía en pie pero había reventado a un torero. Así es esto.

Iván Fandiño nos puso el contador de las emociones a cero. O lo intentó aunque la tragedia sobrevoló de nuevo en Gijón. A punto estuvimos pero se salvó. Comenzó la faena con un pase cambiado por la espalda volcánico y luego se puso a torear a ese tercero de Valdefresno. Iba el toro a la muleta, pero cuando se le acababa la inercia le faltaba un tranco; ahí le apretaba el vasco para seguir. Un poquito y otro más por el pitón izquierdo. Más arrimón. No se podía pedir más. Una estocada entera punto atravesada y un golpe de descabello. Arriba faltó calor.

Curro Díaz abrió plaza con un toro con las revoluciones justas pero que tuvo un pitón izquierdo aceptable. Le faltaba cierta repetición pero tomaba bien el engaño. La faena del torero de Linares quedó irregular, a medio camino y al final de ahí no pasó. El cuarto se rajó. Idas y venidas a la nada y así no era posible.

El Cid abundó con un quinto, que iba y venía, con la casta justa pero dejándole estar en un trasteo largo y afanoso.

El sexto nos revolvió los malos pensamientos. No los tenía él buenos. Medía el toro, venía por dentro, escarbaba, por arriba. Malo. Malo. Miedo. Miedo. Fandiño se puso, como siempre. Por uno y otro pitón. Y se salvó. Visto estaba. Nos vemos en Bilbao. Y a El Boni, gran torero de plata, pronta recuperación.

CORNADA DE TRES TRAYECTORIAS

El parte médico facilitado tras ser intervenido Rafael Perea «El Boni», que ingresa en el Hospital de Cabueñes, habla de una «herida por asta de toro en la cara interna del muslo derecho con tres trayectorias: una ascendente subaponeurótica de 15 centímetros, que llega a la ingle; otra profunda y ascendente de 20 centímetros, que contornea el fémur hasta llegar a la cara externa del muslo; y una tercera, profunda, de 10 centímetros de trayectoria descendente, que diseca la cara anterior del fémur». Pronóstico «grave».