Antonio García Ferreras

Antonio García Ferreras: «La religión del periodismo es la decencia»

El director de «Al rojo vivo» ha sido elegido por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) como Mejor Periodista de 2017.

Antonio García Ferreras: «La religión del periodismo es la decencia»
Antonio García Ferreras: «La religión del periodismo es la decencia»larazon

El director de «Al rojo vivo» ha sido elegido por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) como Mejor Periodista de 2017.

Es pasión y tampoco se atreve a negar que hay algo de demencia. Antonio García Ferreras ve tres telediarios a la vez («tengo un sistema para partir la pantalla», dice como el que acuna su Nespresso) y se acuesta a las 1:30 o 2 de la mañana porque «necesito tenerlo todo leído». Con cinco horitas en horizontal, chutando a Atresmedia, que hay que hacer un programa diario que incluye un número de conexiones en directo que ni un carrusel deportivo. A su lado, esta entrevista tuvo lugar el viernes, a una bolsa con tres trajes negros y polos negros de manga larga. Y a Barcelona, que a Ferreras nada le gusta más que un buen «procés» en ebullición.

–Premian a su locura.

–Lo recibo con emoción al proceder de la APM, pero es un galardón para La Sexta, que hace un trabajo de pasión informativa y que el año pasado con el desafío catalán se dejó la piel. En el alma de La Sexta está la apuesta por el periodismo.

–¿Debatir sobre política ayuda a solucionar o crea más lío y confusión?

–Yo creo que hay que hablar, debatir y dialogar. Antes teníamos un ejemplo de convivencia y ahora está roto en dos: como dice Serrat, sordos y mudos. Es un fracaso colectivo de todos. Pero la grieta es responsabilidad de gente como Puigdemont.

–¿Y qué puede hacer un programa o un periodista?

–Como periodistas no tenemos que solucionar nada. Sí contribuir a espacios de diálogo, entendimiento, reflexión, análisis. Debemos contar lo que está pasando y desvelar delitos si es que los hay y tenemos que hacer conciencia crítica lejos de dogmatismos y de sectarismos, porque no hay ideologías que tengan la exclusiva sobre la verdad. Para mí es importante que los independentistas tengan voz y que la otra mitad que se siente abandonada sea escuchada.

–Dar voz ayuda a entender.

–Ayuda a evitar la crispación y a ser críticos con locas estrategias de deriva porque hay políticos que rompen una tierra. Pero para eso necesitamos credibilidad. Y la religión del periodismo es la decencia.

–¿Y la autocrítica?

–Hay tres códigos básicos: la indignación ante la injusticia, la autocrítica y la humildad.

–¿Qué es lo que hace a una pregunta buena?

–La búsqueda de una buena respuesta, pero yo creo que la libertad, no tener miedo. El periodismo crítico es arriesgar. No puedes ser cómodo. Hay modelos agresivos, como Paxman en Reino Unido o Pastor en España, y otros más serenos, aunque yo le reclamo a un entrevistador que no tenga miedo a preguntar.

–Usted responde, pero hay políticos que no lo hacen. ¿Hasta dónde se puede repreguntar?

–Jeremy Paxman te diría que hasta el infinito y más allá. Tienes que hacerlo, aunque es verdad que aquí no existe esa cultura y cuando vuelves cuatro veces sobre el mismo tema, la gente se siente incómoda y empieza incluso a empatizar con el entrevistado. Pero no puede ser que no le preguntes a Rajoy si le abuchean. Hay que hacerlo.

–¿Le teme algún político?

–Yo pienso que no. Es verdad que tenemos fama de ser periodísticamente muy combativos, pero nuestro objetivo es informar, desvelar lo oculto.

–Justamente por eso le decía.

–Me sorprendería. Porque la mayoría de ellos son gente decente. Si nos temen los que han hecho algo que no deberían, no me preocupa. Pero los políticos no llegan para forrarse, sino porque creen que pueden hacer este país mejor. Les reprocho que no sean contundentes con sus compañeros que no lo son, y que son una minoría, aunque amplia.

–¿Cómo se hace una tertulia que no sea «futbolera»?

–No creo en un programa que sea una totemización de la barra del bar. Prefiero a los expertos. No todo el mundo puede hablar de todo. Necesitas periodistas especializados o necesitas a magistrados o ex fiscales, o economistas... en mis programas tiene que haber pasión pero eso no es crispación, insulto o descalificación. Y eso con diversidad de opiniones.

–La percepción es que hacen una programación de izquierdas.

–Porque somos una televisión de centro izquierda. Es nuestra línea editorial, no vamos a ocultar nuestra alma. Pero tratamos de ser rigurosamente honestos y rigurosamente subjetivos. Llevamos independentistas y liberales para debatir y contrastar. Y no vamos a cerrar los ojos ante los errores de la izquierda.

–¿No le tiembla más la mano con la izquierda?

–Hemos tenido tensiones importantes con Podemos y el Partido Socialista que son los dos partidos de ese espectro. Momentos de mucha tensión. Los políticos, cuando eres crítico, les afecta. Pero, vamos a ver, no nos levantamos por la mañana para hacer amigos, ni en la izquierda ni en la derecha.

–¿Puede la política saturar?

–A mí me apasiona. Es lo que cambia la realidad. El ciudadano informado es el que mejor se defiende y para eso necesita las claves. La sanidad, las pensiones, los salarios y la educación son política.

–¿El negro que viste es innegociable?

–Es un color que utilizo fuera y dentro. También algún gris oscuro y, cuando hay que celebrar un título del Madrid, se utiliza el blanco.