Así se cocina una historia de amor

«MasterChef» reaviva su audiencia con el traslado al lunes y un nuevo «affaire» televisivo que prolonga la llama generada por Amaia y Alfred en la última entrega de «OT».

La sombra de Almaia es alargada. La historia de amor que surgió en las estancias de la Academia de la última edición de «Operación Triunfo» caló en los corazones de los fans del concurso musical de La 1 y llegó a traspasar fronteras con la participación de la pareja, Amaia Romero y Alfred García, en la pasada edición del Festival de Eurovisión. Una pena que ese romance al son de «La la land» que cautivó a los espectadores españoles no tocara la fibra sensible de los eurofans y nos quedáramos con las ganas, una vez más, de ese ansiado tercer triunfo en el certamen musical europeo. Sin embargo, el romance entre la pamplonica y el catalán no es el primero de los vividos en los grandes formatos de entretenimiento del Ente público, y tampoco el último.

Antes de relatar el nuevo querer televisivo, el de los llamados «alcalde y alcaldesa» de «MasterChef», hay que recordar otro romance que le precede en las mismas cocinas, el de Miri y Jorge. Pese a que el exfutbolista se proclamó ganador de la quinta entrega, los fanáticos del concurso culinario de Shine Iberia estaban más ensimismados con su estrategia conquistadora hacia la «bloguera cuqui» que del resultado de sus platos, que, de paso sea dicho, fueron dignos del premio. Los guapos amantes, porque atractivo tienen a raudales, se convirtieron en los protagonistas, casi absolutos, de los últimos pases del espacio, con registros de audiencia que superaron los tres millones de espectadores.

Víctor y Sofía van por el mismo camino de contribuir al ascenso final de la quinta entrega – en la que, por supuesto, ha contribuido el traslado a los lunes tras un arranque la noche de los domingos anodino–, para gracia y bendición de la productora y de la cadena. Si no existe conflicto entre los participantes, mal rollo entre ellos o con los jueces y todo parece rebosante de paz y armonía, ¡qué mejor que las flechas de Cupido crucen de nuevo las cocinas televisivas!

En el séptimo pase de la competición gastronómica, que superó el 20% de cuota de pantalla y se situó por encima de sus máximos competidores en la franja horaria coincidente, empezó a despuntar el «affaire», que se confirmó definitivamente en el séptimo pase, emitido esta misma semana. «Para la elaboración de este plato me he inspirado en los labios de Sofía». Así, tal cual, definió su receta el ingeniero en Telecomunicaciones ante la atenta mirada de los jueces, que, resabiados en los entresijos de la pequeña pantalla, le sacaron todo el partido al goloso dulce, mientras lanzaban miradas y preguntas a la galería, donde la sonrojada estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas simulaba una inquieta Julieta a la espera de la salvación de su amante.

Los vídeos de los nuevos tortolitos, a los que han apodado «alcalde y alcaldesa», ocupan ya un lugar destacado en la web del espacio, que también amortiza una crónica romántica que, hasta el final de la competición, no sabremos si cuaja como un flan o es flor de un día, mejor dicho, de una temporada.

«Se pone nerviosa cuando hago tonterías, le da vergüenza ajena. (...) No sé si love, pero algo muy profundo y potente is in the air», corroboró el galán de los fogones en una de las piezas que acompañó la elaboración de la apasionada receta, que definió como «dulce, ácido y con un punto picante, como los labios de Sofía». ¿Puede haber una descripción más novelesca de un dulce? Nos tememos que éste sea solo un aperitivo del recetario folletinesco que ocupará los cinco últimos pases, así que habrá que estar muy atentos a lo que se cueza el próximo lunes, y, por supuesto, su reflejo en las audiencias.