PINTURA

Cuadro de la semana: Trigal con cuervos

Considerada como una de las últimas obras de Vincent van Gogh, si no la última, refleja a partes iguales su esperanza por el futuro y el vaticinio de su desafortunada muerte

Trigal con cuervos
Trigal con cuervosVincent van Gogh

La que se reconoce como una de las mejores obras de Vincent van Gogh es también una cargada de simbología sombría e inquietante pero, a su vez, sumamente confusa. Existen apenas un puñado de aspectos técnicos en los que los estudiosos del artista holandés coinciden a la hora de señalar este cuadro, donde la mayoría de sus interpretaciones son discutidas, relativas, reinterpretadas una y otra vez teniendo en cuenta los últimos días de su atormentada vida.

Haría falta conversar con el van Gogh, como si esto fuera posible, para arrancarle las respuestas que dominan cada duda que domina este lienzo, que puede visitarse en el Museo van Gogh de Ámsterdam.

Una demencia incomprendida

La figura de Vincent van Gogh se nos presenta inevitablemente acompañada por los tormentos que dicen los expertos que le acompañaron durante su vida adulta, una compleja relación con su hermano Theo, las cartas que ambos se escribieron, su oreja cercenada y, por supuesto, su doloroso suicidio tras dispararse en el pecho mientras paseaba por los mismos trigales que representa en esta obra. Sin embargo, semejante ráfaga de datos tienden a embarullarse unos con los otros como si fueran hechos independientes los unos de los otros, además de actos que realmente sucedieron sin dar lugar a duda. Igual que hizo el artista holandés, nosotros también deberíamos aprender a encajar los detalles de su vida hasta conformar una bella pintura; incluso dudar de la veracidad de cada una de sus acciones, como si estas hubieran sido un sueño y no una realidad, podría ser el mejor método para introducirnos en su mente huracanada.

Se desconoce con exactitud qué causas originaron los problemas mentales de van Gogh, que le llevaron en múltiples ocasiones a ser internado en diferentes centros psiquiátricos. Unos aseguran que nació con daño cerebral, el cual se agravó por su uso habitual del absenta (una bebida alcohólica de altísima graduación) provocándole episodios de epilepsia. Otros dicen que la culpa radica en la insuficiencia renal que sufría, quizá producto de las piedras que tenía en el riñón, impidiendo que su cerebro recibiera el riego sanguíneo suficiente. La sífilis también puede ocasionar graves lesiones mentales, y se dice que el pintor la sufrió a lo largo de los últimos años de su vida. Un trastorno bipolar, depresión, alucinaciones, envenenamiento por el plomo de sus pinturas.... Esta variedad de teorías resulta en que sería injusto, a la par que simple, otorgarnos el conocimiento de qué pesadillas deambulaban por la mente del artista, o qué causas concretas las produjeron.

Van Gogh pintó este «Autorretrato con oreja vendada» en 1889, convaleciente por la ya célebre mutilación
Van Gogh pintó este «Autorretrato con oreja vendada» en 1889, convaleciente por la ya célebre mutilaciónlarazon

Sus episodio violento más conocido, cuando se cercenó la oreja en el año 1888 (dos años antes de su muerte), también está abiertos a la libre interpretación. No se tienen más testimonios del incidente que el descrito por Paul Gauguin, otro pintor postimpresionista que no fue reconocido hasta su fallecimiento y que convivió en Arlés con van Gogh durante esta época convulsa. La relación entre ambos artistas fue complicada. Mientras Gauguin aseguró que se había tratado de una autolesión infringida por el holandés tras enterarse de que su hermano Theo iba a casarse, multitud de matices en torno al acontecimiento ponen en duda su testimonio: tras cortarse la oreja van Gogh acudió al burdel que solía frecuentar Gauguin y le regaló el apéndice envuelto en un paño a una prostituta, y esto induce a pensar que el compañero de apartamento de van Gogh tenía alguna relación directa con este incidente. Así se ha extendido a lo largo de los últimos años la teoría de que los dos pintores tuvieron una fuerte discusión, en la que Gauguin sacó su sable (era experto en esgrima) e hirió la oreja del holandés.

Solo fue tras esta primera herida cuando el pintor se cortó el resto de la oreja con una navaja, movido por la visceralidad del momento, y pudo ser que por cariño a Gauguin no quiso denunciarle a la policía y fingió que la lesión había sido provocada por él mismo. Esta teoría se sustenta también en el hecho de que Gauguin se marchó apresuradamente de Arlés, probablemente debido a algún tipo de remordimiento por lo ocurrido.

¿Muerte o suicidio?

Los últimos meses en la vida de van Gogh estuvieron caracterizados por la frecuencia de sus alucinaciones y depresiones, aunque fue a su vez la época más fructífera del artista. Durante los últimos 30 meses de vida llegó a firmar 500 obras, y en sus últimos 69 días, 79 de ellas. A la par que su salud mental se deterioraba, se volvían más prolongados y habituales sus paseos por los trigales de Auvers-sur-Oise y los pueblos circundantes, llevando a que la mayoría de sus últimas obras estuvieran, precisamente, ambientadas en esta bella localidad francesa. Sin embargo no todo fueron desdichas durante estos meses. En el mismo año de 1890 recibió una invitación para participar en una exposición en Bruselas con el grupo artístico Les XX, donde sus obras fueron alabadas por pintores de la talla de Lautrec y Paul Signac. Y solo un año antes pudo realizar su primera exposición que se llevó a cabo en París, en el Salón de los Independientes.

El revólver con el que supuestamente se suicidó el pintor holandés Vincent Van Gogh. (Foto: Efe)
El revólver con el que supuestamente se suicidó el pintor holandés Vincent Van Gogh. (Foto: Efe)larazon

Aunque se dice que se suicidó disparándose en el pecho mientras paseaba por los trigales el 27 de julio, una teoría reciente asegura que su muerte se debió a un homicidio involuntario. Dos jóvenes hermanos que solían veranear en la localidad de Auvers-sur-Oise, René y Gaston Secrétan, gustaban de disparar disfrazados de vaqueros a los animales, probablemente con un revólver calibre .38. Que fue el mismo que infringió la herida mortal en el holandés. Según esta teoría, popularizada en el 2011, fueron ellos quienes hirieron sin quererlo a van Gogh y este, igual que hizo con Gauguin durante el episodio de su oreja, no quiso incriminarlos y se limitó a regresar por su propio pie a su casa, pensando que la herida no era mortal. Falleció dos días después por causa de la herida.

La obra

Decenas de cuervos sobrevuelan un campo de trigo a punto de cosechar bajo un cielo nublado. En sus cartas, van Gogh reconoció que pretendía expresar la tristeza y “soledad extrema” que sentía en aquella época, producto de su depresión, y esta idea añadida a las fechas en que fue pintada han llevado a numerosos estudiosos a afirmar que se trató de su última obra. Una idea que ha sido discutida por la falta de información al respecto y que no debe tenerse necesariamente en cuenta. Aunque sí es cierto que se trató, al menos, de una de sus últimas pinturas.

Trigal bajo cielo nublado. Se piensa que esta obra pertenecía a una serie de tres cuadros junto a Trigal con cuervos y Jardín de Daubigny.
Trigal bajo cielo nublado. Se piensa que esta obra pertenecía a una serie de tres cuadros junto a Trigal con cuervos y Jardín de Daubigny.Vincent van

Forma parte de una serie de tres cuadros que van Gogh completó en el mes de julio de 1890, después de dar largos paseos por la región de Auvers con el fin de reordenar sus emociones. Así viene usualmente acompañado por Trigal bajo cielo nublado y Jardín deDaubigny, en los que el pintor, además de reconocer su depresión, aseguró en una carta a su hermano que también cargaban la imagen de un campo saludable, fortificante, como una imagen de esperanza frente al futuro. En la misma carta prometió que iría a París de visita lo antes posible, viaje que se truncó con su muerte pocos días después.

Es de sobra conocida la simbología que cargan los cuervos: muerte, destrucción, corrupción del cuerpo. Pero también simbolizan la renovación, el renacimiento. El propio van Gogh escribió en una ocasión que los cuervos “se interesan en todo, y lo observan todo. Los antiguos, que tuvieron una vida mucho más completa que nosotros mismos y con la naturaleza, no encontraron siquiera un pequeño beneficio en seguir un centenar de cosas oscuras donde la experiencia humana todavía no ofrece luz, ni instrucciones de manera prudente y sabia como un pájaro”. Esta ambigüedad de significados ha tornado la interpretación de la obra en una complicada. Mientras un grupo de expertos opinan que se trata de una pintura destinada a vaticinar su final ya decidido, otros la consideran una tenebrosa, ciertamente, por el cielo oscurecido, pero también diseñada para expresar las esperanzas que van Gogh estaba dispuesto a depositar en su futuro.