Viajes
Paisajes de ensueño, autenticidad y tradiciones vivas, así es Ecuador
De los Andes a la Amazonía, este destino resulta perfecto para escapar de la rutina y conectar con la naturaleza
Tierra de contrastes, de naturaleza salvaje y de emociones que enriquecen el alma. Desde las alturas de los imponentes Andes hasta la exuberancia de la selva amazónica, Ecuador cuenta con una diversidad de paisajes y culturas que lo convierten en un destino imprescindible para todos aquellos viajeros que desean experimentar nuevas y emocionantes vivencias.
Como dato importante, si lo que necesita es una «excusa» para viajar a Ecuador, en estos días se celebra una de las festividades más famosas del año en el país andino: el Carnaval. Entre sus citas carnavalescas más notorias podría citarse la de Ambato, conocida como la Fiesta de las Flores y las Frutas. Esta es una buena oportunidad para conocer la capital de la provincia de Tungurahua mientras se disfruta de sus coloridos desfiles, eventos y la alegría contagiosa de sus habitantes.
Otros carnavales destacados de este bello país son el de Guaranda, el de Cuenca y el de su capital, Quito. Cada uno de ellos con personalidad propia, pero en todos ellos la agenda se llena de color, conciertos, festivales gastronómicos y recorridos turísticos que permiten conocer estas ciudades de una forma distinta y muy atractiva.
Paisajes que dejan sin aliento
Una vez se aterriza en Ecuador, Quito o Guayaquil son un punto de partida perfecto para explorar este destino y comenzar una agenda repleta de escapadas naturales en las que se puede palpar la magia del país ecuatoriano. Lejos del bullicio de las ciudades y los destinos masificados, Ecuador despliega una colección de paisajes que seducen desde el primer minuto.
Uno de los escenarios más impactantes es el Parque Nacional Cotopaxi. A tan solo 60 kilómetros de Quito y en plena cordillera de los Andes, es el hogar de uno de los volcanes activos más altos del mundo. La laguna Limpiopungo, a 3800 metros sobre el nivel del mar, ofrece unas maravillosas vistas de los volcanes Cotopaxi y Rumiñahui, mientras que el entorno garantiza la posibilidad de vivir experiencias únicas: desde hacer trekking y ascender a la cima de los volcanes hasta descubrir las ruinas incas de Pucará del Salitre o dar paseos a caballo, sin olvidar otras solo aptas para los más aventureros como practicar parapente desde el cráter del Cotopaxi.
No muy lejos de allí, aún en la provincia de Cotopaxi, la laguna de Quilotoa sorprende con sus vivos colores y su extraordinario entorno. Su belleza hipnótica, cambiante con la luz del día, la convierte en una de las lagunas de origen volcánico más espectaculares del mundo. En sus alrededores, comunidades indígenas han convertido estas tierras en su hogar, preservando tradiciones ancestrales que se reflejan en los mercados que organizan algunos días a la semana. Conocerlos, aprender sobre sus costumbres y sumergirse en su autenticidad es muy enriquecedor.
El encanto de Ecuador no se limita a sus alturas andinas. Los amantes de la naturaleza encontrarán en la Amazonía ecuatoriana, declarada «Pulmón del Planeta», un santuario de biodiversidad donde la vida late con una intensidad sorprendente. En las provincias de Orellana y Pastaza, el Parque Nacional Yasuní es una parada obligada. Aquí, la selva se muestra en su forma más pura y salvaje, con una asombrosa variedad de especies de plantas y animales, como jaguares, caimanes, tucanes, tortugas e incluso delfines rosados. Disfrutar de este entorno y entrar en contacto con la naturaleza más indómita resulta transformador.
En esta lista de «imperdibles» no podía faltar una playa. Una de las menos conocidas, y quizá por ello incluso más atractiva si cabe, es la de Mompiche, y es que este lugar de maravillosos atardeceres y exuberante naturaleza regala tranquilos paseos de arena fina y una exquisita gastronomía en los restaurantes de la zona.
Los Pueblos Mágicos y su irresistible encanto
Para quienes desean adentrarse en el sur del país, tres destinos que tienta visitarlos por su valor histórico y su autenticidad son Alausí, Zaruma y Saraguro. Estos pueblos han sido reconocidos como Pueblos Mágicos por su belleza y la riqueza cultural que atesoran.
Enclavado entre montañas y envuelto en neblinas matutinas, Alausí, conocida como la «Ciudad de los Cinco Patrimonios», guarda el alma de un Ecuador donde la historia y la tradición permanecen intactas. Sus calles empedradas serpentean entre casonas, mientras que su Centro Histórico, declarado Patrimonio Cultural, alberga iglesias centenarias y plazas donde aún se respira el ritmo pausado de la vida serrana. Pero si hay algo que ha dado fama a Alausí es su conexión con la mítica Nariz del Diablo, una obra maestra de la ingeniería ferroviaria que desciende en zigzag por abismos vertiginosos, regalando vistas sobrecogedoras del paisaje andino.
Más al sur, Zaruma se alza con la elegancia de un pasado dorado. Ubicado en la provincia del Oro, llamada así por su fuente de recursos minerales, es un paraíso cultural, arquitectónico, natural y gastronómico. Entre sus lugares más emblemáticos se encuentran el Santuario de la Virgen del Carmen, el Museo Municipal y las legendarias minas de El Sexmo, donde, según cuenta la historia, los españoles hallaron una veta de oro tan pura que fue enviada directamente a la Corona. En el plano gastronómico, su plato más icónico es el tigrillo, un plato a base de plátano verde, huevos criollos y queso que se ha convertido en un símbolo de la región.
Saraguro resulta una ventana a las tradiciones vivas de los pueblos indígenas. Este pueblo es hogar de la comunidad Saraguro, que ha conservado sus costumbres ancestrales a lo largo de los siglos. Sus habitantes, orgullosos de su herencia, visten con trajes tradicionales y celebran festividades que fusionan creencias ancestrales con influencias contemporáneas. Cerca de esta encantadora localidad, merece la pena conocer los Baños del Inca de aguas termales y el León Dormido, una formación geológica ideal para hacer senderismo y desde cuya cúspide se aprecia parte de Saraguro y Urdaneta.
Sí, Ecuador es un destino muy acertado para romper la rutina. Un destino para ser visitado y, sobre todo, vivido intensamente. Sus paisajes cautivan, sus tradiciones envuelven y cada paso resulta una conexión emocional con esta acogedora tierra. ¿No le tienta vivir esta experiencia transformadora?