Bruselas

Las claves del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE

Análisis. Mucho se ha escrito sobre el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos (TTIP), el tratado que Estados Unidos y Europa están negociando en secreto.. A continuación, los puntos básicos de la filtración de Greenpeace sobre el polémico acuerdo.

Box que ha situado en Berlín Greenpeace
Box que ha situado en Berlín Greenpeacelarazon

Greenpeace ha colgado en Internet un total de 16 documentos sobre el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, el conocido como TTIP. Estas 248 páginas datan de febrero y marzo de este año, lo que las convierte en el testimonio más reciente de en qué punto están las negociaciones, que han estado caracterizadas por estar rodeadas de un marcado secretismo.

Uno de los objetivos principales del acuerdo es la convergencia en cuanto a la normativa europea y estadounidense. Para llevarla a cabo, se han establecido dos métodos: o bien la armonización, que se basa en el principio de que o la UE o EEUU modificará un determinado aspecto de su legislación, adaptándola a la del contrario, o bien el reconocimiento mútuo, que se centra en que los 28 contemplarán una determinada norma estadounidense como 'equivalente' a la suya propia y, por tanto, igual de válida. Los documentos de Greenpeace han revelado que, de momento, se está aplicando sobre todo este segundo método en lo que concierne a la negociación del pacto.

Entre los puntos más controvertidos, que confirma la filtración, está el de una clausula del acuerdo que daría poder a las grandes multinacionales para recurrir a instancias arbitrales privadas para demandar a distintos poderes gubernamentales por obstaculizar la libre competencia.

La filtración de Greenpeace también ha destapado los desacuerdos entre ambas partes, que incluyen temas como la oposición de Europa a incluir al sector audiovisual entre los servicios a liberalizar y la insistencia de Estados Unidos en no llevar ninguna proposición a la mesa de negociación en lo concerniente a los derechos de propiedad intelectual.

Pero no es sólo éste lo que retrasa el desarrollo del Acuerdo de Libre Comercio, sino también las complicaciones que cada cual se trae de casa. Bruselas teme que los estados americanos se nieguen a aplicar el tratado, una vez esté éste aprobado, impidiendo el establecimiento de empresas europeas en sus mercados. Tampoco es que Washington haya demostrado tener mucha voluntad por tranquilizar a sus socios potenciales. En las páginas filtradas por Greenpeace se puede leer: "Estados Unidos no se ha pronunciado [sobre este aspecto] y se han vuelto a subrayar las dificultades y las sensibilidades que suscita".

¿Qué temas quedan todavía en la sombra? La liberalización de los servicios públicos, por ejemplo. Se conoce que se suprimirán los monopolios públicos y que se equiparará el tratamiento de los proveedores nacionales con los extranjeros, así como que esta liberalización se producirá en todos los niveles de gobierno (UE, Estados Unidos, países, estados, localidades...), pero no ha quedado muy claro a qué sectores va a afectar.

Al presentar los documentos en Berlín, Jürgen Knirsch, experto en comercio de Greenpeace, ha anunciado que: “no se puede salvar ya este acuerdo. Lo mejor que puede hacer esta comisión es decir 'Lo siento. Cometimos un error. No nos hemos informado desde el principio, ni involucrado de manera suficiente a los órganos democráticos [...] Ahora debemos empezar desde el principio sin presiones de Estados Unidos”. Por su parte, Bruselas se ha tratado de defender asegurando que el tratado respetará la legislación europea. La Comisión Europea, centro neurálgico de la Unión, se ha tratado de defender atribuyendo las polémicas ocasionadas por las filtraciones a “malentendidos”.

La negociación del TTIP (siglas en inglés de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión) se lleva prolongando durante tres años, tres años en los que los representantes de EE.UU. y de los 28 apenas han cerrado algunos acuerdos mínimos. En los documentos filtrados por Greenpeace se habla de cómo "las partes se han puesto de acuerdo para acelerar su ritmo de trabajo entre los ciclos de negociación", algo comprensible, teniendo en cuenta que tanto Barack Obama como Angela Merkel, los mayores promotores del TTIP, acaban sus mandatos a finales de 2016 y en 2017, respectivamente.