Hablemos de futuro

La necesidad de impulsar la investigación científica

La investigación, hoy más que nunca centrada en el hallazgo de una vacuna o tratamiento contra el Covid-19, contribuye al buen funcionamiento de las sociedades y la innovación mejora las condiciones de vida de todas las personas

La investigación científica es una cuestión clave en el desarrollo integral de cualquier sociedad, que ha tomado una importancia vital en el hallazgo de una vacuna contra el Covid-19.
La investigación científica es una cuestión clave en el desarrollo integral de cualquier sociedad, que ha tomado una importancia vital en el hallazgo de una vacuna contra el Covid-19.UnsplashUnsplash

Por ello, poner la ciencia en el centro de los esfuerzos de un país es una necesidad con múltiples beneficios para todos. Con los avances tecnológicos de las últimas décadas vivimos en un mundo que cambia por momentos como nunca antes. El reto de la digitalización ha convertido nuestro día a día en una espiral vertiginosa que redefine todo; también la ciencia.

Gracias al conocimiento científico, hoy somos capaces de cosas con las que nuestros antepasados solo soñaban. Conocemos más y mejor que nunca nuestro planeta y empezamos a familiarizarnos con el espacio exterior. Además, desarrollamos tratamientos y equipos tecnológicos que nos ayudan a vivir mejor, e, incluso, con los avances médicos curamos enfermedades que se consideraban incurables.

La investigación, por tanto, es uno de los grandes motores del cambio responsable y sostenible. Su papel en la sociedad es crucial a la hora de establecer consensos sobre los que luego se asentará la ley, la opinión pública, la educación y la convivencia. Por lo tanto, la investigación hace al ser humano más sabio y fuerte, frente a un universo infinito que se vuelve más complejo cuanto más se sabe de él.

El papel de la investigación hoy

Pero si en algo es esencial el estudio de la ciencia es en el ámbito de la salud. Y ha quedado demostrado durante la crisis del Covid-19. Todos los esfuerzos están puestos hoy en el hallazgo de una vacuna o de un tratamiento efectivo contra el virus. En tiempo récord, muchas de ellas están ya avanzadas. La realidad nos está demostrando una vez más que la investigación es una cuestión que debe ocupar siempre las primeras posiciones en las agendas.

También, cómo no, el sector privado tiene una gran responsabilidad en este aspecto y muchas empresas están colaborando y aportando ayudas para lograr un objetivo común.

Un ejemplo es Banco Santander a través de su Fondo Solidario JUNTOS, que está aportando financiación a diferentes proyectos de investigación sobre el virus como el proyecto médico Kids Corona del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, cuyos estudios están investigando la incidencia y afectación del Covid-19 en niños y embarazadas con la enfermedad confirmada.

Hoy, ya conocemos los primeros resultados. El estudio se llevó a cabo en campamentos de verano y contó con la participación de 1.900 personas (entre niños y monitores). Una de las conclusiones del mismo es que la capacidad de transmisión del coronavirus de los más pequeños, siendo hasta seis veces menor que la de la población adulta.

Otro de los proyectos que la entidad presidida por Ana Botín ha financiado ha sido el dirigido por el doctor Ángel Carracedo, de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenomica y al Centro Nacional de Genotipado (Universidad de Santiago), con el que se está extrayendo el ADN de unos 25.000 pacientes para analizarlo con el objetivo de prevenir posibles problemas con el desarrollo del virus. Se calcula que los primeros resultados llegarán en octubre.

También el estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) dirigido por el Dr. David Sancho, que busca un refuerzo inmune para la vacunación del Covid-19, está siendo co-financiado por Banco Santander

¿Cuáles son los principales retos de la investigación?

Queda claro que el ámbito investigador trae numerosos beneficios y sirve de impulso para el progreso y la innovación. Sin embargo, y como muchos otros campos sociales, encuentra siempre desafíos a los que los científicos e investigadores deben hacer frente a diario, como estamos viendo en la actualidad.

Algunos de estos retos hacen referencia a aspectos de trabajo y procesos; por ejemplo, es habitual que, en campos muy novedosos en los que apenas hay literatura científica, los investigadores encuentren una falta de estandarización.

También lo es que se diluyan las fronteras físicas y que una misma investigación tenga equipos investigadores de varios países. Sin embargo, gracias a la tecnología y a la rápida progresión de las comunicaciones, reunir a los mejores talentos de diferente origen puede ser una realidad hoy.

No obstante, si existe un reto al que se enfrenta la comunidad científica cada día es lamentablemente el de su propia supervivencia. En muchas ocasiones, la falta de apoyo o de inversión insuficiente, cuando no inexistente, es el obstáculo que frena este motor de conocimiento y progreso.

Álvaro Ganado es Responsable de Medioambiente y Ciencia de la Fundación Banco Santander y conoce el campo investigativo de cerca: en sus palabras, aunque la ciencia en España “goza de una buena salud y un merecido prestigio”, sí se ha podido ver cómo “la crisis de los últimos 10 años ha mermado la inversión en I+D+i”.

Además, esto no solo ha significado un déficit de financiación, sino que además se ha traducido en un descenso de la “masa investigadora” con una fuga de talento investigador en los últimos años. Para Ganado, es esencial “incrementar las plantillas de investigadores” para facilitar y que se dé con éxito el cambio generacional.

Investigación y crecimiento, siempre de la mano

Afortunadamente, cada vez son más las instituciones que desean formar parte del progreso. Para Ganado, su labor es positiva porque apoyan “proyectos de calidad que contribuyen a la construcción de una sociedad más equitativa, inclusiva y sostenible”.

En este sentido, sus principales focos se alinean con los territorios de actuación de la Fundación: la cultura, la acción social, el medioambiente y la investigación. Ganado indica que aúnan, además, sus esfuerzos para “crear redes de colaboración con el tercer sector” para hacer frente juntos y con fortaleza a “los principales desafíos globales”.

Para esta tarea, la Fundación Banco Santander colabora con tres instituciones de prestigio. Desde 2009, patrocina, junto al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) un programa posdoctoral para investigadores de Reino Unido y Estados Unidos. Ambas instituciones, junto a IE Business School, organizan un programa de financiación empresarial para jóvenes científicos.

Por otro lado, la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU) y la Fundación convocan desde 2016 el Premio Talento Emergente SRUK/CERU, dirigido a investigadores españoles en el país británico. En su última edición (2019), el premio fue concedido al doctor Marc Vendrell, como reconocimiento a su trabajo en la Universidad de Edimburgo en los campos de la química sintética, la biología celular y la imagen molecular, realizando estudios con efectos muy positivos para el diagnóstico en enfermedades oncológicas y autoinmunes.

Por último, la Fundación también ha estado detrás, junto a la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo, del desarrollo de Nefrodiet, una app móvil para ayudar a enfermos renales con su alimentación.

De esta forma, gracias a la labor de organizaciones como Fundación Banco Santander que apuestan por la investigación y el talento, los jóvenes científicos lo tienen un poco más fácil para seguir haciendo del mundo un lugar mejor y más sabio.