Redes sociales
El amable gesto de una empleada hacia un niño con espectro autista
Un simple gesto de amabilidad puede resonar profundamente en el corazón de aquellos que lo experimentan
En la era digital, las redes sociales se han convertido en un puente que conecta a personas de todo el mundo, permitiendo historias conmovedoras y encuentros fortuitos. La historia de Macarena es un ejemplo palpable de cómo las redes pueden desencadenar encuentros significativos y, a veces, cambiar vidas.
Todo comenzó cuando Macarena visitó la tienda de ropa @KiabiES en La Línea de la Concepción. Su hijo, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), requiere una atención especial. En un simple acto de empatía, una empleada, que resultó ser maestra de educación infantil, identificó la situación en segundos y brindó a Macarena una atención preferencial.
Conmovida por la amabilidad y la sensibilidad mostrada por la empleada, Macarena decidió expresar su gratitud a través de Twitter. Su mensaje decía: "No sé de qué manera agradecer a la chica que me atendió ayer en @KiabiES de La Línea de la Concepción. Me dio preferencia como cliente, al percatarse en segundos que mi hijo es TEA. En el ticket solo aparecen sus siglas, no sé cómo podría ponerle una hoja de agradecimiento".
La magia de las redes sociales comenzó a operar cuando Ali, la misteriosa empleada, respondió al tweet de Macarena con entusiasmo y alegría. "¡Ay, que ilusión ver esto! Soy yo. Soy maestra de infantil y hay que concienciar de estas cositas. Llevo mi vocación muy arraigada. Ven siempre que quieras a nuestra tienda".
Historias como la de Macarena y Ali nos recuerdan que, detrás de las pantallas, hay personas reales con historias reales. A veces, un simple gesto de amabilidad puede resonar profundamente y dejar una huella duradera en el corazón de aquellos que lo experimentan.
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