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Contaminación

Cómo reducir la presencia de microplásticos en la cocina: estas son las claves detrás de su propagación

Algunas de estas partículas de menos de 5 milímetros son capaces de filtrarse dentro de nuestros alimentos, siendo totalmente inconscientes al consumirlos

Microplásticos en la playa La Razón

Se desprenden de la mayoría de utensilios de nuestra cocina y no nos damos ni cuenta. Los conocidos microplásticos, esas pequeñas partículas de uno de los materiales más usados en todo el mundo, están prácticamente presentes allá donde vamos. Si pasan desapercibidos es porque, como indica su nombre, son tan pequeños que haría falta un microscopio para verlos.

Eliminarlos es algo prácticamente imposible, por lo que debemos tener asumida la "convivencia" con estas partículas. Sin embargo, es muy fácil reducir su presencia en las estancias que solemos frecuentar en nuestro hogar. En el caso de la cocina, existen varios trucos para poder proteger nuestros alimentos o la habitación en general de la propagación de microplásticos.

La prevención, una aliada en la que confiar

Uno de los motivos detrás de que los microplásticos estén tan presentes en nuestra vida cotidiana es que el terreno puede traspasarlos tanto a la flora como a la fauna, ya sea mediante la absorción de nutrientes por las raíces o la alimentación de los animales. Por ello, es altamente recomendable lavar siempre los alimentos que vayamos a consumir, para así eliminar la mayoría de las partículas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen también alimentos que usamos en el día cuyos microplásticos son imposiblesde reducir o apartar. En el caso de la sal, su alta absorción de partículas está motivada por la contaminación de los puntos de extracción y procesamiento, además de la situación en lagos, embalses, mares, etc.

Trabajar con materiales distintos puede ser la clave

Diversos estudios han demostrado que los utensilios de cocina con recubrimientos antiadherentes pueden liberar entre miles y millones de partículas de microplásticos durante su uso, incluso cuando son completamente nuevos. Esta liberación no se limita a los sartenes: recipientes plásticos como tazones o licuadoras también desprenden microplásticos cada vez que se utilizan. Un ejemplo particularmente revelador es el de batir hielo en una licuadora durante apenas 30 segundos, lo que puede generar la liberación de cientos de miles de estas diminutas partículas.

Frente a esta preocupación, la silicona suele mencionarse como una alternativa supuestamente más segura que el plástico convencional. Aunque es, en efecto, más estable desde el punto de vista térmico y químico que muchos plásticos de un solo uso, esto no significa que esté completamente libre de riesgos.

Un consejo para poder llevar a cabo una alerta constante pero sin obsesionarse frente a la amenaza de los microplásticos es la de fijarse en aquellos utensilios que solemos usar que muestren signos de daño o desgaste. Esto, sumado a deshacernos de aquellos restos que estén cortados, derretidos, etc., puede ayudarnos a crear una cocina un poco más limpia.