América Latina

Qué hay detrás del colapso de comisarías en América Latina

El confinamiento para frenar la COVID-19 en Latinoamérica ha ocasionado el descenso en el índice de criminalidad de varios países, pese a esto, las comisarías se han visto saturadas por nuevos infractores

HAB03. LA HABANA (CUBA) 09/04/2013.- Un militar cubano abre la celda de tres reclusos, en la prisión Combinado del Este, en La Habana (Cuba) hoy, martes 9 de abril de 2013, durante una visita realizada por la prensa nacional y extranjera acreditada en a isla. EFE/Alejandro Ernesto
HAB03. LA HABANA (CUBA) 09/04/2013.- Un militar cubano abre la celda de tres reclusos, en la prisión Combinado del Este, en La Habana (Cuba) hoy, martes 9 de abril de 2013, durante una visita realizada por la prensa nacional y extranjera acreditada en a isla. EFE/Alejandro ErnestoAlejandro ErnestoEFE

Desde el brote del coronavirus el colapso de las unidades sanitarias en el mundo no ha sido una novedad; sin embargo, en la mayoría de países de América Latina, no solo los hospitales se han visto saturados sino también las comisarías.

Son varios los gobiernos de Latinoamérica que cumplen un poco más de un mes de cuarentena y algunos países de la región mientras luchan por combatir contra la COVID-19, han registrado una reducción en el índice general de criminalidad.

Sorpresivamente, este dato positivo no ha liberado a las comisarías del colapso. La razón radica en diversos factores, los más relevantes son: el incumplimiento a la restricción de salir de casa, la falta de uso de guantes o mascarillas y la violencia doméstica.

EL MIEDO A PONER ORDEN

“No a todos los efectivos policiales les llegan mascarillas ni guantes para trabajar en las calles, por eso muchos tienen miedo de acercarse o tener un contacto directo con las personas que no respetan el confinamiento”, afirma un oficial peruano a LA RAZÓN.

Uno de los métodos aplicado por diversos gobiernos para presionar a la población a cumplir la cuarentena es la detención, pero como esto ya tiene más de un mes, las comisarías no se abastecen para recibir a los detenidos. Como alternativa se ha visto imponer la multa, pues el método de represión no puede ir más allá por el temor al contagio de los oficiales, como en el caso peruano.

Una situación similar sucede en los países vecinos con sanciones similares. Mientras en Chile los infractores pueden pasar de pagar multas a ser apresadas, en Colombia además de todo lo anterior, también se ha impuesto el trabajo comunitario.

LA VIOLENCIA SE REHUSA A IRSE

Los últimos reportes de los Gobiernos de América Latina han registrado una disminución promedio de un 50% en los casos de homicidios, robos y asaltos en el último mes.

Los analistas han concluido que los confinamientos han supuesto menos oportunidades de realizar crímenes, además que la pandemia ha asustado a los delincuentes que prefieren quedarse dentro de sus hogares para evitar contagios.

Según datos manejados por una investigación del NY Times, El Salvador muestra una reducción de la mitad de número de asesinatos al igual que Honduras y Colombia. Asimismo, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, informó que los delitos se redujeron en un 84%. Pero a fines de marzo se registraron casos de 538 mujeres agredidas.

Mientras por un lado el mundo intenta erradicar un virus patológico con medidas de confinamiento, esta medicina parece ser el veneno letal de muchas mujeres, víctimas de violencia familiar, en toda la región.

En la última semana en Panamá se dio a conocer dos casos de feminicidio, una mujer degollada, otra asesinada a apuñaladas, ambas víctimas de sus esposos. Por su parte, en Brasil las cifras de violencia doméstica aumentaron un 431 % desde que empezó el confinamiento social.

Por otro lado, uno de los casos excepcionales del continente es México, ya que se ha posicionado como el país más violento de América Latina. La lucha abierta entre los narcotraficantes mexicanos situó a marzo pasado, con 3.000 homicidios, como el mes más violento del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. La pandemia de coronavirus ha sido uno de los factores que explica el aumento de los homicidios al limitar los movimientos de los narcotraficantes por el cierre parcial de fronteras con Estados Unidos, según coinciden varios expertos.

EL DOBLE FILO DE LAS MASCARILLAS

Otra ola de detenidos en la región provienen a causa del incumplimiento del uso obligatorio de mascarillas para transitar en las calles.

En Venezuela, la ONG alertó sobre la “retención masiva de ciudadanos durante varias horas, por parte de funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado, por no usar tapabocas”. Aunque las autoridades no han precisado el número de apresados, esta es una situación que se repite en los países vecinos.

Presionar a la población a hacer uso de mascarillas en las vías públicas cuando estas están agotadas en las farmacias puede suponer también un riesgo.

“Los ciudadanos hacen uso de su ingenio y fabrican sus propias mascarillas caseras para no infringir las normas, muchas veces estas son de tela y no sirven para mitigar el contagio. Por ello, más allá de protegerse pueden estar poniéndose en riesgo y la comunidad”, han coincidido diversos especialistas sanitarios.