América Latina

La emigración ilegal hacia EEUU se agudiza en Cuba

Otra media docena de familias del pequeño poblado de Orlando Nodarse -a unos 60 kilómetros al oeste de La Habana y cerca del Puerto del Mariel- viven en la misma incertidumbre

Zuleydis "Zuly" Elledias, right, along with her sister Sudenis, comfort their mother who cries for missing relatives who disappeared when they ventured out in a homemade boat in an attempt to reach Florida, in Orlando Nodarse, about 60 kilometers west of Havana , Cuba, Wednesday, June 30, 2021. Cuba is seeing a surge in unauthorized migration to the United States, fueled by an economic crisis. (AP Photo/Ramon Espinosa)
Zuleydis "Zuly" Elledias, right, along with her sister Sudenis, comfort their mother who cries for missing relatives who disappeared when they ventured out in a homemade boat in an attempt to reach Florida, in Orlando Nodarse, about 60 kilometers west of Havana , Cuba, Wednesday, June 30, 2021. Cuba is seeing a surge in unauthorized migration to the United States, fueled by an economic crisis. (AP Photo/Ramon Espinosa)Ramon EspinosaAgencia AP

(AP). Desde hace dos meses Zuleydis Elledias se levanta cada mañana con la esperanza de recibir un llamado telefónico, un mensaje. Su esposo y su sobrino desaparecieron en el mar luego de que la barcaza en la que viajaban naufragó cuando intentaban llegar a Florida.

Otra media docena de familias del pequeño poblado de Orlando Nodarse -a unos 60 kilómetros al oeste de La Habana y cerca del Puerto del Mariel- viven en la misma incertidumbre.

Después de que el consulado de Estados Unidos paralizó sus operaciones en La Habana e ingresar a través de México se tornó difícil, cada vez más cubanos se arriesgan a emigrar por el mar en medio de una crisis económica exacerbada por la pandemia, la escasez y una serie de disturbios que sacudieron a la isla en julio.

“Mi esposo... debido al problema de la pandemia, se quedó sin trabajo. Muchos lugares cerraron y llevaba más de un año en casa. Cada vez que iba a su centro (laboral) le decían ‘tienes que esperar’. Y eso a él lo desesperó, porque tenemos un hijo de dos años”, indicó la mujer. “Mi sobrino Ismelito trabajaba en una finca”, narró a The Associated Press entre lágrimas Elledias, un ama de casa de 38 años.

La mujer es pareja de Fernando Quiñones, de 45 años, chofer profesional, y tía de Ismel Reyes, de 22.

“Sucedió algo, no sé, las corrientes, la embarcación se viró. Los guardacostas de Estados Unidos rescataron a ocho con vida, dos cuerpos y hasta el momento tenemos 10 personas desaparecidas”, relató Elledias.

El grupo de 18 hombres y dos mujeres salió de Cuba el martes 25 de mayo. La noche del día siguiente la barcaza se hundió y los sobrevivientes fueron rescatados el jueves a unos 29 kilómetros al suroeste de Cayo Hueso por la Guardia Costera de Estados Unidos. La búsqueda por mar, tierra y aire, que se extendió por días, no halló a los desaparecidos ni sus pertenencias.

Entre los náufragos también había cuatro primos de Elledias, algunos de los cuales ya fueron repatriados a Cuba.

Los expertos y funcionaros temen una oleada migratoria por esta vía.

Según un reporte de la Guardia Costera de Estados Unidos en lo que va del año fiscal -que se extiende desde el 1 de octubre al 30 de septiembre- fueron interceptados en el mar 595 cubanos, una cifra récord si se consideran los 49 de todo 2020 -atípico por la pandemia- y los 313 de 2019, aunque el flujo es mucho más pequeño que aquellos que llegaron de alguna manera al límite norte de México.

La Patrulla Fronteriza estadounidense registró 26.196 cubanos que intentaron ingresar a Estados Unidos sin documentos entre el 1 de octubre y el 30 de junio, la mayoría por tierra.

Las dos últimas repatriación de cubanos se produjeron la semana pasada, 15 días después de las protestas en las que miles de personas salieron a las calles con demandas tan diversas como el fin del desabastecimiento y las largas colas diarias para conseguir alimentos o medicinas, los cortes de luz y hasta cambios en el gobierno. Algunas manifestaciones terminaron en actos vandálicos.

Tanto Elledias como su hermana Sudenis, de 40 años -madre de Reyes-, y otros vecinos que se sumaron a la entrevista con AP coincidieron en que la crisis económica y las dificultades para procurarse una visa fueron el detonante de la decisión de embarcarse riesgosamente hacia Estados Unidos.

El consulado de Estados Unidos en Cuba se encuentra inoperativo luego de que el expresidente Donald Trump sacara a casi todo el personal en 2017, por lo que los interesados en obtener permisos legales de viaje deben ir a Guyana, algo imposible para las familias humildes e impracticable en tiempos de pandemia.

La historiadora Alina Bárbara López explicó a AP que siempre hubo un nexo entre las salidas masivas y las crisis en Cuba y recordó que, por ejemplo, en 1980 y 1994 las autoridades cubanas abrieron las fronteras -como una suerte de válvula ante la presión social- y luego aplicaron políticas paliativas para quienes se quedaban en la isla.

Pero ahora el gobierno está “entrampado” porque no puede liberar sus fronteras por los acuerdos migratorios firmados con Estados Unidos -por los cuales las salidas irregulares serían consideradas un “peligro para la seguridad” del vecino país-, mientras las medidas en el terreno económico hasta ahora han sido sólo “epidérmicas”, dijo la experta. “Todo eso hace que el sustrato político de esta crisis sea mucho más fuerte que las anteriores”.

Martín Iñiguez, profesor especialista en el tema de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Iberoamericana, indicó que aunque en el mundo hay un “fenómeno migratorio generalizado de la post pandemia” en el caso de Cuba se observa una “mezcla peligrosa para el gobierno cubano y también para Estados Unidos”.

“Trump es en el fondo culpable de esta situación, ya que hizo lo imposible por ahogar al gobierno cubano”, pero La Habana no se quedó atrás y siguió con un “régimen ortodoxo” en vez de apurar reformas que crearan empleo o mejoraran la calidad de vida, consideró Iñiguez.

Las autoridades cubanas reconocieron que hay “síntomas” de una posible crisis migratoria que podría desactivarse si el mandatario Joe Biden retoma la política de diálogo del también demócrata Barack Obama y cumple su promesa de flexibilizar la relación con la isla.

“La situación que tenemos ahora es el resultado de una serie de factores negativos. En primer lugar el deterioro de la economía producto de la COVID-19... pero al mismo tiempo el recrudecimiento de una guerra económica de bloqueo hacia Cuba por parte de los Estados Unidos”, dijo a AP Jesús Perz Calderón, del Departamento de Estados Unidos de la Cancillería cubana.

A ello se suma el cierre de la sede diplomática estadounidense, que “hace más difícil al ciudadano cubano” obtener una visa, agregó.

Por su parte, el exembajador de Cuba en Estados Unidos y actual director del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), José Ramón Cabañas, indicó que ambas naciones tienen instrumentos para evitar un éxodo. “Hay acuerdos vigentes pero que no se están aplicando en su totalidad”.

Estados Unidos llevaba dos décadas entregando 22.000 visas por año a Cuba hasta 2017, cuando Trump congeló las relaciones. Entonces se incrementaron los intentos de entrar por la frontera sur a través de México, una vía complicada por las limitaciones al tránsito de personas impuestas por la pandemia.

Además, a comienzos de 2017 Obama eliminó la política conocida como “pies secos, pies mojados” que otorgaba tratamiento de refugiados a los cubanos que llegaran por cualquier vía, mientras los interceptados en el mar eran devueltos a Cuba. Ahora son repatriados casi inmediatamente los encontrados en el mar -como los sobrevivientes de Orlando Nodarse- y todos aquellos que no pueden demostrar una causa creíble de persecución política en la isla.

“En estos momentos existen condiciones que pudieran generar un escenario como ese (de crisis migratoria) si sobre todo del lado de Estados Unidos no se toman las decisiones que se deben tomar”, insistió Cabañas.

Mientras tanto, Elledias mantiene la esperanza de que un milagro traiga de vuelta a casa a sus seres queridos, que tal vez estén perdidos en algún cayo o incomunicados a bordo de una nave de pesca.

“Les diría a las personas que están pensando en esta opción que no lo hagan, que no es una vía segura. No hay dinero en el mundo que pueda pagar este sufrimiento y lo que estamos pasando”, manifestó la mujer.