Cristina López Barrio: «Las redes sociales me parecen otra forma de ficción»

Los finales felices están ligados a los cuentos de hadas, un concepto asociado ahora a la factoría Disney cuyo origen se remonta a varios siglos atrás. Aquellas leyendas orales que buscaban explicar los fenómenos de la naturaleza y la existencia humana cuando la ciencia no alcanzaba a hacerlo inspiraron a Cristina López Barrio para escribir «Rómpete corazón» (Editorial Planeta), una historia con trasfondo de novela negra.

Hace solo dos años fue finalista del Premio Planeta con «Niebla en Tánger». «La he escrito en un período de corto tiempo, pero de absorción absoluta, de escribir catorce horas diarias. Ha sido una escritura muy rápida porque era muy orgánica», confiesa la escritora madrileña, que protagoniza hoy un encuentro literario en la Casa de las Tejerinas de Estepona (Málaga), organizado por LA RAZÓN y patrocinado por el Ayuntamiento de Estepona, en colaboración con la Fundación Lara.

Ambientada en San Lorenzo del Escorial, donde la autora pasó los veranos de su adolescencia, narra la desaparición de dos hermanas en condiciones idénticas con la misma edad. Los hechos suceden en la casa familiar con doce años de diferencia y muchas coincidencias que despiertan miedos antiguos –ambas dormían y la única pista es un lazo rojo en el jardín para un misterio que debe desentrañar el mismo investigador–. «Toda esa serie de repeticiones crea una sensación de clima siniestro muy buscado», admite López Barrio, que destaca la importancia que tiene para su escritura la ambientación, en este caso, un caserón escurialense. «Ese espacio me sirve para mostrar lo que les ocurre a los personajes y su estado anímico y es también parte de la trama. Esto lo cuentas en un ático luminoso de Málaga y puede ocurrir, pero es más difícil», bromea.

El argumento surgió de la inquietud de «intentar entender la adolescencia de mi hija de 16 años y también de una relectura de Hamlet. Todas mis novelas tienen una influencia de Shakespeare». «He conseguido entender a mi hija adolescente porque al estar situada en San Lorenzo del Escorial y al escribirla allí realmente volví a mi adolescencia. Fue como quitarme mis ojos de adulto. Somos demasiado adultos a veces –reflexiona–, tenemos que ver las cosas con asombro, como las ven ellos».

Para López Barrio «estamos en una época distinta, solo hay que ver las formas de comunicarnos, que influyen más que el contenido. Eso conlleva un cambio de época. Las redes sociales me parecen otra forma de ficción, casi de autoficción. Comprender ese mundo al que vamos me parece imprescindible».

Sobre la recepción de este «reto» que supone publicar después de obtener un gran reconocimiento, confiesa que para ella es «muy importante los encuentros con los lectores y saber cómo han vivido ellos la novela porque ha sido un proceso muy intenso para mí».