Andalucía
David Lagos: «El flamenco es como cualquier otro arte, algo que te atrapa o no te dice nada»
El cantaor habla de “Hodierno”, su tercer álbum de estudio, y asegura que “el artista debe ser consecuente con su propio tiempo”
Un disco que es a la vez un proyecto a largo plazo, «Hodierno», tercer álbum de estudio del cantaor David Lagos.
«Hodierno» es una palabra que designa el tiempo presente, lo moderno. ¿El flamenco tiene que cambiar para ser actual?
Más bien, el que debe cambiar es el propio artista para adecuar su discurso o su concepto al tiempo presente. Según yo lo veo, el artista debe ser consecuente con su propio tiempo.
La música electrónica dialoga con la guitarra. Y a pesar de eso, resuenan sonidos antiguos. ¿Cómo convive la vanguardia con la tradición?
Para que convivan distintas visiones de la música solo hace falta mucha predisposición y diálogo para que las cosas funcionen. Mi cante y mi concepto del mismo están basado en el respeto y conocimiento de la tradición. A partir de ahí, construyo mi propia visión y trato de aportar un discurso totalmente actual, de ahí el nombre del proyecto, Hodierno.
Antes de grabarlo, lo «probó» en la Bienal de Flamenco de Sevilla. ¿Le hizo cambiar en algo el proyecto inicial?
Decidimos que antes de grabar llevaríamos el proyecto a los escenarios para ver el resultado y pulir posibles fisuras. Pero la verdad es que la grabación en el estudio ha sufrido pocos cambios porque el proyecto ya iba muy trabajado y, como siempre, el trabajo da sus recompensas.
¿Ganar la Lámpara Minera otorga un «status» para poder experimentar con la música, una vez alcanzado el cénit de lo ortodoxo?
No hay premio ni reconocimiento que te dé libertad si esa libertad no viene del interior, de uno mismo. Presentarme al concurso y conseguir la Lámpara fue un acto de amor hacia la tradición, una forma de afianzar mis cimientos. Y como digo, partiendo del conocimiento, trato de construir mi propio edificio. De hecho, en el concurso canté mis propias letras y, en el apartado de los cantes de compás, hice mis propias alegrías. Nunca está reñida la tradición con la personalidad.
Después de más de veinte años de carrera, ¿cuál es su diagnóstico del cante flamenco?
El cante, al igual que el arte en general, es o debe ser un reflejo de la propia sociedad y de la época que le toca vivir. En los tiempos que corren, el consumo desproporcionado, el acceso rápido a tanta información... hace que todo vaya muy deprisa, sin tiempo a digerirlo. Hoy hay mucho conocimiento de cante, pero quizás nos falte tiempo para madurarlo y profundizar. Es como si supiéramos muy poco de muchas cosas. Por eso con los años, empiezas a valorar otras cosas: la personalidad, la honestidad y la sinceridad en el arte son valores que se cotizan muy altos.
¿Para llegar al público nuevo es necesario traer los cantes al presente o hay espacio para todo? ¿Las letras antiguas que presentan una sociedad que ya no existe tienen cabida?
El tema de las letras en el cante tiene su historia. Parece que cuando un cantaor hace una letra de toda la vida, que hable por ejemplo de la muerte, ha debido de sufrir esa pérdida en sus propias carnes. Y no tiene por qué ser así. Es verdad que a través del cante canalizas tus experiencias y emociones, independientemente del mensaje de la letra que estés cantando. La esencia del cante, es transmitir esas emociones. En ocasiones, sí que eliges una letra con la que te sientes identificado. En mi caso, escribo muchas de las letras que canto, porque de esa forma, conecto mejor con el mensaje que quiero transmitir. Para mí, la parte literaria del cante es muy importante. Pero piense que a veces quien te oye ni siquiera entiende la letra, y aún así, transmites emociones. Es algo muy especial. En «Hodierno», las letras están escogidas a conciencia para transmitir el mensaje que queremos expresar en cada tema. Aprovecho además para dar las gracias a Antonio Barbeito, que me cedió algunas de sus letras. Mire esta, que cosa más bonita con solo tres versos: «Los besos que no te di/ te tienen que estar doliendo/ como me duelen a mí».
¿A qué aspira hoy un cantaor flamenco?
El flamenco es como cualquier otro arte, algo que te llama y te atrapa, o no te dice nada. Si quieres cantar, más te vale que sea tu devoción, tu debilidad, tu día a día. De esa forma, cantar se convierte en tu forma de vida. Independientemente de si ganas más dinero o menos, de si cantas en teatros o en tablaos…. Mi única aspiración es cantar y aquí me encuentro, en un aeropuerto después de terminar mi «penúltima gala del año».
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