Andalucía
Descubren una habitación secreta y un hidromasaje en un despacho de la Junta
El habitáculo, escondido tras unas estanterías correderas, se encuentra en la Consejería de Salud y dispone de una televisión con vídeo
De las “cajas fuertes” en la agencia IDEA -que resultaron ser armarios blindados- a cuartos secretos y duchas de hidromasaje en el despacho de la Secretaría General de Investigación de la -ahora denominada- Consejería de Salud y Familias de la Junta, según adelantó Libertad Digital y confirmó LA RAZÓN de fuentes cercanas a la Junta. La herencia de los anteriores gobiernos sigue deparando sorpresas. El despacho en cuestión cuenta con una estantería que da paso a una puerta secreta al empujarla por unos raíles también ocultos evidenciando una estancia diferente de unos tres metros cuadrados, una mesa con TV con vídeo incorporado -de los tiempos anteriores al uso del plasma- y una butaca. El baño, a la entrada del despacho y frente al habitáculo, cuenta con una columna de hidromasaje, según confirma uno de sus antiguos ocupantes, el catedrático de la Universidad de Sevilla Ramón González Carvajal.
Isaac Túnez Fiñana, actual secretario de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta sustituyó, con la llegada del nuevo Gobierno, a Rafael Solana, que ocupa la dirección de la Red Andaluza de Diseño y Traslación de Terapias Avanzadas y es miembro de la dirección de la Fundación Progreso y Salud. Previamente a Solana, el despacho fue ocupado por González Carvajal, nombrado en 2015. Este último confirmó a LA RAZÓN la existencia del habitáculo, que él no descubrió hasta cerca de un año después de tomar posesión de su cargo. “No sé quién lo hizo ni con qué intención. Lo vi, pero no me pareció significativo”, asegura González Carvajal, catedrático de la Universidad de Sevilla. En su opinión, “se tuvo que hacer en los años noventa y la persona que lo usara no querría tener a la vista la televisión". El ex alto cargo de la Junta asegura que entre los funcionarios era conocida la existencia de la estancia y mantiene que nunca la usó. “La única vez que la abrí me encontré arañas y una cucaracha muerta”, relata. Tampoco usaba la ducha hidromasaje porque, argumenta, “vivo en Sevilla y prefería ducharme en casa”. No obstante, sí hubo entre sus predecesores quien la utilizaba porque a él le ofrecieron disponer de toallas limpias para ello. “Intuyo que la estancia y la ducha son de épocas distintas”, señala González Carvajal, que considera que la habitación escondida detrás de las estanterías “es algo de otro tiempo”.
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