Una cadena de ayuda que se multiplica ante la adversidad

Todo empezó de forma inesperada, como la mayoría de los gestos solidarios que están brotando al calor del coronavirus. La esposa de Tulio García recibió a finales del pasado mes de marzo, cuando la pandemia se extendía de forma virulenta, material TNT para hacer mascarillas en casa. Se trata del denominado “tejido no tejido”, una mezcla de papel y tela muy común para estos elementos de protección y que tanto escasean en sectores muy expuestos al Covid-19. Varios amigos se fueron uniendo a la iniciativa hasta el punto de conformar un grupo de más de 200 personas, llegando la producción a casi 30.000 mascarillas.

Las donaciones de material se iban multiplicando, explica Tulio, a la misma velocidad que crecía el número de voluntarios, la mayoría de Sevilla capital y de localidades cercanas como Tomares. Este material se ha ido entregando a residencias de ancianos, a los cuerpos y fuerzas de seguridad y a diferentes hospitales públicos y privados.

El colectivo recibió una donación, por parte de la Asociación de Hoteleros, de más de 9.000 gorros. Además, ha realizado 1.500 batas de protección, confeccionadas con bolsas de basura. Junto a ello, ha realizado pantallas con láminas de acetato, casi 3.000. Pero esta cadena solidaria continúa extendiéndose. Colabora con un comedor social, aportando alimentos de primera necesidad. Precisamente, al recoger material para seguir confeccionando mascarillas, uno de los voluntarios pasó por una empresa de alimentación y convenció a sus responsables, que donaron casi 150 cajas de dulces.

Según Tulio, es una “maravilla” comprobar la solidaridad de la gente en esta coyuntura, pero también reconoce que es una “pena” que los profesionales se tengan que proteger así, con elementos realizados de forma altruista.