Andalucía

Una mujer de Cádiz reclama los apellidos y dos millones de euros de herencia de un alemán

El cadáver del ciudadano germánico, fallecido en 1964, será exhumado para confirmar si es el abuelo biológico de la demandante

Una persona escribe su testamento
Una persona escribe su testamentolarazon

Un juzgado de Cádiz ha acordado la exhumación del cadáver de un ciudadano alemán que falleció en 1964 para confirmar si es el abuelo biológico de una mujer gaditana que reclama, además de ser reconocida como su nieta, los dos millones de euros que le corresponderían como herencia.

Según ha informado el abogado de la mujer, Fernando Osuna, el juzgado ha notificado esta resolución, por lo que “en breve” se realizará la exhumación.

La demandante, una mujer de 50 años, reivindica ser la nieta de este empresario alemán que a principios del siglo XX se estableció en Cádiz con los hijos que había tenido con otra mujer de la que se había separado.

Para atender a la familia, el hombre buscó a una empleada doméstica. Así fue como una mujer llamada Pilar y natural de Barbate (Cádiz) llego a la casa del empresario alemán, según cuenta la demanda.

El hombre vivía una parte del año en la ciudad alemana de Hamburgo y la otra en Cádiz. Pilar, que residía en la casa como empleada doméstica, y su jefe comenzaron una relación sentimental, fruto de la cual nació Lucía, la madre de la mujer que ahora ha emprendido la demanda judicial.

“Toda la familia alemana y sus amistades eran conocedores de esta relación ya que no la ocultaban y hacían vida de pareja ante la sociedad”, explica el abogado.

Cuando los hijos mayores fueron creciendo el abuelo biológico tomó la decisión de volver a Hamburgo. En 1953 se marchó, dejando en Cádiz a Pilar y a su hija Lucía porque la familia alemana del empresario estaba en desacuerdo con que reconociera a la niña como hija, siempre según la versión del abogado de la mujer.

El empresario siguió pasando temporadas en Cádiz con ambas, hasta que en 1961, por razones de salud, no pudo volver más. Su relación, no obstante, continúo por carta.

A final de verano de 1964 el hombre, según la demanda, quiso poner a su hija y también a su nieta sus apellidos y hacerlas súbditas alemanas, pero, antes de completar el proceso, falleció ese mismo año.

Su nieta emprendió hace unos tres años la demanda para ser reconocida por “un deber moral y sentimental para volver a encauzar por el camino de la justicia la filiación materna y así se haga cumplir la voluntad del abuelo biológico alemán”.

Además de los apellidos reclama los dos millones de euros que, según sus cálculos, le correspondería de su cuota de la herencia del empresario alemán.

De momento el juzgado, según el abogado, ha acordado que se practique la autopsia para confirmar oficialmente que la demandante es su nieta.