Cultura
El punto de partida es que la celebración sin incidencias de salud es ya un éxito. Al margen de lo sanitario, cuantitativamente, las dos grandes citas culturales de la capital hispalense de los últimos meses, la Bienal de Flamenco y el Festival de Sevilla de Cine Europeo (SEFF, por sus siglas en inglés) pasaron sin repercusión social. Se aplazó la Eurocopa de fútbol y los Juegos Olímpicos, sin embargo, el Gobierno de Juan Espadas continuó con ambas citas locales dejando un balance de imposible rédito económico. Según el Presupuesto del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), «el Programa de Flamenco (33406) cuenta en este año con un importe de 950.000 euros, de los cuales 900.000» son para «las contrataciones artísticas y actividades culturales» de la Bienal de Flamenco. «En el Capítulo III, con un importe de 1.785.000,00 euros, se consignan fundamentalmente los ingresos procedentes de las tasas de cesión de espacios, y a los ingresos procedentes de la venta de entradas de los espectáculos» en los espacios escénicos y musicales del ICAS «así como a los ingresos previstos por las taquillas generadas por la celebración de la Bienal, según el importe consignado en anualidades anteriores», señala el documento consultado por LA RAZÓN. La previsión de ingresos, obviamente, ha sido imposible de cumplir. El Festival de Cine, por su parte, conlleva, sólo en el salario de su director, José Luis Cienfuegos, una partida superior a la del presidente de la Junta: casi 74.000 euros. El Presupuesto del ICAS recoge como subvenciones 150.000 euros «en las diferentes categorías, que se otorgan del Festival». El Presupuesto del evento cinematográfico duplica a la Bienal al ser similar, en torno al millón de euros, pero de carácter anual.
Ante la voluntad de continuar con ambos eventos, que en circunstancias normales suponen un gran foco de atracción turística, ambos formatos optaron por la reinvención, con exigua fortuna en cuanto a trascendencia pública. El coronavirus ha transformado la manera de consumir cultura y los festivales han salido adelante innovando en sus formatos. Entre los aspectos positivos del Festival está el acuerdo de la Academia del Cine Español y el estreno de «El año del descubrimiento». Pese a ello, no ha sido un evento para el público, teniendo en cuenta además las limitaciones del estado de alarma, cuya prórroga coincidió con el evento. La innovación en los formatos no ha conseguido compensar las limitaciones de público, el fin último de todo evento cultural. Se ha impuesto el «streaming». El Festival de Sevilla de Cine Europeo, entre el 6 y 14 de noviembre, optó por un formato mixto, con restricciones en sala con escalonamiento y menos proyecciones. Se recurrió a la plataforma Filmin con varias cintas. Durante nueve días, se proyectaron 147 películas en cines, con un total de 291 pases programados, varios de los cuales tuvieron lugar en Madrid. El de Sevilla ha sido uno de los últimos grandes certámenes cinematográficos presenciales de 2020 en Europa. El título de la obra ganadora del máximo galardón, «Ojalá mañana», resume la vocación del evento. Hoy, el Gobierno de Espadas, cuya área de Cultura lleva Antonio Muñoz, chocó con la pandemia.