"Menú del día"
Inicios
“Es al meter la pata cuando todo parece difícil pero la ignorancia, cuando es asumida, no es ningún obstáculo sino más bien un impulso”
Empezar algo, por mucho que se empeñe todo el mundo en decir lo contrario, es fácil. Lo complicado es avivar en las brasas de la rutina el fuego del origen. Los inicios siempre son el momento más dulce, el de mayor ilusión, cuando uno es más inocente y emocional. Lo mismo para un trabajo: afirmación, reconocimiento, dinero; que para un proyecto personal: liberación, temeridad, confianza; que para una novia: cualquier antro vale, no importa la gente ni el clima, hacer el amor como nutrias marinas. Todo es nuevo, todo es un desafío, todo es entretenido. Y lo que es mejor, en ese momento de inmortalidad y convencimiento las recompensas siempre están ahí al lado: éxito, fama, riqueza, amor. Es al meter la pata cuando todo parece difícil pero la ignorancia, cuando es asumida, no es ningún obstáculo sino más bien un impulso. Por eso en esos comienzos es una suerte cruzarse con personas buenas y virtuosas que sirvan de modelo, las mediocres y nocivas van por lo general incluidas al perder el cordón umbilical.
Este año la casa donde me he iniciado y he crecido en el periodismo ha cumplido treinta años. Onda Cero continúa hoy como una cadena de radio que hace información honrada y a la que me siento orgulloso de pertenecer. Por eso cuando me he enterado de que N. y A. dejan la profesión -el oficio nunca se pierde- para su merecido descanso, he sentido un temblor similar al que ocurre al bajar unas escaleras en las que el último escalón está un poco más separado del suelo y el pie titubea antes de pisar a plomo. A. fue mi primer jefe en este trabajo de contar, el verano de Utoya, aquel camión de gasolina en Nigeria, y ha sido un agarre firme desde entonces. Lo mismo para enterarme de lo que pasa en el Sáhara occidental que para decidir con qué palabra comenzar la redacción de una noticia que para comentar el último tema de los Blackberry Smoke. N. es la fiabilidad personificada. No hay, ni habrá, aunque a mí ya no me lo vaya a recordar a diario, noticia que se le escape. Es la periodista de olfato cuya sola presencia, además, pone orden en la redacción. O al menos así les veo yo. Porque aunque dejen la profesión y sus voces ya no se escuchen a diario en casas, coches o peluquerías, siempre van a ser un presente del oficio. Dentro de poco llega otro inicio. Ojalá sea como el de aquel verano y me encuentre a otros N. y .A, los cuales también tienen su propio inicio. Mientras tanto, por lo menos ya hay un mensaje que lo augura, el mismo desde hace dos mil años. No se me ocurre mejor forma de empezar. Feliz Navidad.
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