Tribunales

Piden dos años y medio de cárcel para una estafadora “histórica” que fingía ser nieta de Franco o hija ilegítima de Juan Carlos I

Ana María Bea Jiménez será juzgada en Almería con la acusación de engañar a varias víctimas con la falsa promesa de que iba a cobrar una “cuantiosa herencia”

Sede de la Audiencia Provincial de Almería. EUROPA PRESS
Sede de la Audiencia Provincial de Almería. EUROPA PRESSEUROPA PRESSEUROPA PRESS

Ana María Bea Jiménez, “una estafadora histórica” que en parte de sus golpes se ganaba la confianza de su círculo haciéndose pasar por una heredera millonaria del Rey emérito, Juan Carlos I, o por una nieta de Franco, será juzgada el próximo marzo en Almería por un nuevo caso de estafa por el que se enfrenta a una pena de dos años y medio de prisión.

La calificación del fiscal señala que la mujer llegó a la capital almeriense junto al segundo acusado en la causa, el peruano Antonio B.C., y presuntamente convencieron entre septiembre de 2016 y marzo de 2017 a varios vecinos de la ciudad de que iban a cobrar una “cuantiosa herencia”.

La Fiscalía sostiene que trasladaban a dichas personas que precisaban de una cierta cantidad de dinero antes de recibirla, de forma que estos les habrían entregado diferentes importes ante la promesa de recuperar este préstamo junto a una parte de dicha herencia. De esta forma, según el Ministerio Público, lograron que una mujer les entregase 6.000 euros; 1.300 euros en el caso de un hombre; otros de 250 euros de una segunda mujer; 4.249,90 euros de otro hombre y 20.000 euros de un tercer varón.

Una vez obtenido este dinero, lo incorporaron a su patrimonio y desaparecieron sin volver a comunicarse con los supuestos estafados.

Por estos presuntos hechos, el fiscal los acusa por un delito de estafa y reclama dos años y medio de cárcel para cada uno de ellos, además del pago de indemnizaciones a los afectados por el valor estafado en cada caso concreto.

El abogado de la acusada, Roberto Muiño, ha presentado un escrito de defensa en el que muestra su disconformidad con este relato y pide que se dicte una sentencia absolutoria, al considerar que no pueden acreditarse estos hechos o que su cliente hiciese promesas como las que recoge el fiscal en su escrito.

El letrado afirma que “si bien es cierto” que su patrocinada pudo recibir diversas cantidades de dinero de los denunciantes, “no es menos cierto” que las actuaciones “únicamente” se acreditan documentalmente en lo que se refiere a los 52 días en los que los acusados estuvieron en un hostal del Paseo Marítimo de Almería, “así como los desayunos, comidas y cenas en dicho establecimiento”.

Bea fue condenada en 1998 junto a su tío de 83 años por la Audiencia Provincial de Navarra a cuatro años de prisión por estafar más de 30 millones de pesetas a personas a las que conseguían engañar para realizar supuestas inversiones en bolsa haciéndose pasar la mujer por hija ilegítima del Rey Juan Carlos I.

Ocho años más tarde fue condenada en Santander a dos años de prisión por estafar de nuevo más de 30 millones de pesetas a varias víctimas ofreciéndoles supuestas inversiones en bolsa y fingiendo igualmente ser hija ilegítima del Rey.

Precisamente, en febrero de este año, la Guardia Civil informó en una nota de que había desarticulado una organización criminal a la que se le atribuye la autoría de una estafa piramidal de hasta 4 millones de euros, además de los delitos de apropiación indebida, blanqueo de capitales, falsedad documental, y pertenencia a organización criminal. Fueron investigadas dos personas y detenidas otras diez, entre ellas Ana María Bea Jiménez, la presunta líder de la banda, que operaba en las provincias de Madrid, Barcelona, Tarragona y Alicante y en algunos países europeos como la República Checa y Suecia. Mantenían su centro de operaciones en la localidad de Guardamar del Segura (Alicante).

“Esta mujer, que padece una minusvalía física por la que necesita hacer uso de silla de ruedas y es dependiente, se hacía pasar por hija ilegítima del rey emérito, se ganaba el aprecio y la compasión de sus amigos y conocidos para captar a sus víctimas, a los que les contaba que es heredera de grandes fortunas. Llevaba un alto tren de vida y contaba con más de quince empleados que desempeñaban todo tipo de servicios personales para ella”, según informó la Guardia Civil.