Cultura

Luis Alberto de Cuenca, XVIII Premio de Poesía García Lorca por el «amplísimo eco» de sus versos

El premiado se mostró «gratamente sorprendido, apenas sin palabras»

Luis Alberto de Cuenca
Luis Alberto de Cuencalarazon

El poeta Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) obtuvo el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en su decimoctava edición, cuyo jurado destacó su «personalidad poética» y el «amplísimo eco» de sus versos, donde conviven cultura contemporánea y clásica.

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, tras hacer público el fallo del jurado, felicitó públicamente al galardonado y subrayó que el premio sitúa a esta capital andaluza «en el primer nivel del espacio que le corresponde como ciudad literaria».

Enrique Andrés, portavoz del jurado –donde representó a la Fundación Federico García Lorca–, destacó a De Cuenca por la «singular trascendencia» de su poesía en lengua castellana, tanto en generaciones más jóvenes como su «estela» en las obras de poetas posteriores a él.

El jurado del premio, con el alcalde de Granada al frente.EFE/Miguel Ángel Molina
El jurado del premio, con el alcalde de Granada al frente.EFE/Miguel Ángel MolinaMIGUELANGELMOLINAAgencia EFE

El premiado, continuó, comenzó su andadura poética en el ámbito de influencia de la denominada «poesía culturalista», que representaba a los «Novísimos» en España, con una obra muy marcada por las referencias culturales de todas las artes.

En este sentido, explicó que su obra significa el «tránsito» de ese «mundo referencial» a formas «más coloquiales», más apegadas a la estética popular en la que tienen cabida muchas de las manifestaciones de las artes contemporáneas como el cómic, la música pop, el cine o la novela gráfica.

Según el portavoz del jurado, en la obra de De Cuenca en ese último ámbito consigue «entrar en convivencia» la más sofisticada erudición clásica con una personalidad poética muy marcada en sus rasgos diferenciales. El premiado, en una breve conversación telefónica con el alcalde granadino, se mostró «gratamente sorprendido, apenas sin palabras».