
El problema del agua
Almería busca soluciones a su paradoja hídrica
Promueven el aprovechamiento del agua que se evacúa al mar

Hay dos lagunas situadas en la zona central del Campo de Dalías y próximas a la población ejidense de Las Norias de Daza, en Almería, que reciben el nombre de la balsa del Sapo y cuya lámina de agua ha supuesto un problema en lugar de un recurso, pese a la enorme demanda de riego de los agricultores de la comarca. Ha sido culpable de pérdidas económicas, de la inundación de numerosos invernaderos, garajes e, incluso, bajos y viviendas cuando las lluvias y los retornos del campo hicieron crecer su nivel. Por ello, desde hace más de una década la Junta de Andalucía tiene en funcionamiento varias bombas extractoras que tratan de mantener los niveles de seguridad.
Lo paradójico es que este afloramiento de agua nació, precisamente, de la explotación del acuífero que regó el intenso desarrollo agrícola desde mediados del siglo XX en el Poniente de Almería. Un enorme embalsamiento de agua que supone un problema en un lugar que, precisamente, necesita el líquido elemento para desarrollar su principal actividad: la agricultura.
«Hay un déficit en la comarca de agua de calidad y esto es un agua que emerge, en una parte baja del Poniente almeriense, donde las excavaciones de áridos provocaron el afloramiento del acuífero», explicó Juan Antonio Gutiérrez, presidente de la Comunidad de Regantes Sol y Arena, promotora del proyecto que prevé conseguir 6.700 metros cúbicos de aguas regeneradas al día desde la balsa del Sapo. «Necesita unos tratamientos de limpieza y de rebaja de la conductividad, de la salinidad, para hacerla apta para riego», precisó Gutiérrez, recordando que «es un agua que no se puede usar» y que «se está evacuando para mantener un nivel de seguridad en viviendas e invernaderos, para que no tengan inundaciones». Sin embargo, parece evidente que «es un agua que se está desperdiciando en estos momentos», por lo que la actuación quiere abastecer a unas 6.600 hectáreas de regadío de hasta cuatro municipios del Poniente almeriense, mediante «un tratamiento de ósmosis inversa», para poder «desalarla, usarla directamente o mezclarla, dentro de un plan para dejar de extraer agua del acuífero y conseguir un recurso útil para nuestro campo», como apreció el presidente de la comunidad de regantes impulsora.
Ahora, la iniciativa de Sol y Arena será sometida a exposición pública junto con el estudio de impacto ambiental, dentro del convenio entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) y en relación con obras de modernización de regadíos. «Llevamos mucho tiempo con este planteamiento para la balsa del Sapo», recordó Gutiérrez, anticipando que «el proyecto tiene que seguir sus pasos y conforme se cumplan etapas se irá avanzando, pero, aunque vamos por el buen camino, requiere todavía tiempo».
De esta forma, se estima que la extracción total al año podría alcanzar los 3,4 hectómetros cúbicos, dotando de recursos hídricos suficientes a la zona y, a la vez, controlando la lámina de agua de la balsa del Sapo ante eventuales desbordamientos. «Queremos hacer ver a Europa que estamos comprometidos con el medio ambiente», declaró a LA RAZÓN Juan Antonio Gutiérrez, apelando a que la actuación, además, conseguirá «mejorar las condiciones de la flora y fauna de la zona», así como reducir «el agua que extraemos del acuífero, cuya recuperación supone nuestro principal objetivo, como reserva estratégica del Poniente». El estudio de impacto ambiental también dará cuenta de la afección que los trabajos para la planta y sus canalizaciones e instalaciones asociadas pueden tener para la zona, que abarca los municipios de El Ejido, La Mojonera, Roquetas de Mar y Vícar.
En este sentido, la memoria del proyecto también contempla reducir las emisiones actuales de gases efecto invernadero surgidas del bombeo para mantener la cuota de seguridad de la balsa del Sapo. «Esto será un agua más a aportar, que sumaremos al agua regenerada que tenemos de la estación depuradora de Roquetas, la que pronto recibiremos de la de El Ejido, junto a los diez hectómetros más que vamos a ampliar la desaladora del campo de Dalías», puntualizó el presidente de Sol y Arena, indicando que «se gastan ya unos 30 hectómetros de la desaladora» y que «todos los agricultores estamos completamente comprometidos con darle un respiro al acuífero, en intentar recuperarlo». «No estamos pensando en la rentabilidad del agua, sino en la necesidad», apuntó.
✕
Accede a tu cuenta para comentar