Seguridad
Almería, punto caliente del yihadismo en España
La última detención en Antas eleva a doce los detenidos dentro del Plan Nacional contra el terrorismo en la provincia
Almería aparece coloreada en rojo en el mapa español de la lucha contra el terrorismo yihadista, con ocho operaciones realizadas en la provincia desde 2012 y hasta doce detenidos, el último en la localidad de Antas el pasado martes y tras una intervención conjunta de la Guardia Civil que se desplegaba simultáneamente en Girona, Santa Cruz de Tenerife y Algeciras.
Aunque este investigado, de origen magrebí y unos 30 años de edad, ha sido puesto en libertad provisional este jueves, acusado de colaborar en tareas de propaganda y captación de la banda terrorista Daesh, el juez le ha impuesto medidas preventivas como la prohibición de abandonar el país y la obligación de presentarse semanalmente en el juzgado. No se le conocían antecedentes por comportamientos extremistas y había llegado a la localidad hace apenas tres meses, desde el municipio almeriense de Turre y después de contraer matrimonio con otra joven magrebí de una familia muy conocida y asentada en el municipio desde hace décadas.
En el operativo policial colabora Europol y se investigan delitos relacionados con el proselitismo y el adoctrinamiento, así como con la posible financiación del terrorismo yihadista. El nuevo golpe a la radicalización islamista en nuestro país se salda, de momento, con prisión sin fianza para dos de los nueve detenidos. Pese a que se ha decretado el secreto de sumario, se apunta a que se trataría de las personas localizadas en Algeciras.
Con esta nueva operación Almería se coloca ya en la segunda posición andaluza en número de arrestos contra el yihadismo, solo por detrás de Málaga, que sumaría trece detenciones desde el inicio del Plan Nacional contra el Terrorismo. De hecho, la provincia más oriental de Andalucía quedaría incluso por delante de Cádiz, que sumaría diez detenciones con las dos que se producían esta semana en Algeciras, en el mismo periodo consultado. Según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, del total de actuaciones realizadas en Almería vinculadas al yihadismo, seis de las detenciones se produjeron en la capital almeriense, dos en el municipio de El Ejido y el resto en localidades como Roquetas de Mar, Níjar, Huércal Overa y, ahora, en Antas.
Mientras los investigadores alertan de «indicios de que la Fundación I´LAM –de Daesh– ha creado una estructura de traductores de contenidos yihadistas al idioma español asentada en España», el subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, señaló que «no es una situación grave ni peligrosa» la que se vive frente al terrorismo en la provincia, haciendo un «llamamiento a la calma de la población». Sin embargo, investigadores como Carmelo Aguilera Galindo, abogado y autor de la tesis doctoral «Inmigración y terrorismo yihadista en España, 2015-2021» de la Universidad de Almería (UAL), apuntan a la «triple condición de la provincia» para erigirse como lugar perfecto para el escondite de radicales: «Ser frontera exterior de la Unión Europea», tener «una alta población inmigrante que facilita que los yihadistas pasen desapercibidos» y «la presencia de la base militar de la Legión» en esta tierra.
De esta forma, Antonio Segura, Doctor en Psicología de la UAL y responsable de proyectos relacionados con los procesos de radicalización islamista en la provincia, señaló que «Almería tiene su particularidad en términos estratégicos contra el yihadismo», pues «se dan las condiciones» para «albergar mayores focos de investigación y análisis de los discursos más radicales». Una «plaza fuerte» donde extremistas «pueden camuflarse» dentro de «una población musulmana muy amplia» y que supone «un intenso trabajo de los servicios de inteligencia», con «personas marcadas» que «pueden suponer un peligro real para España y para Europa».
Otro riesgo para Segura sería el de «auto-radicalización» o que «estos individuos puedan llevar otros hacia ideas más violentas, contaminando a otras personas que no tienen nada que ver con estas ideologías, pero acaban engullidos por ellas». No obstante, «no se puede criminalizar a toda la población islámica y hay que separarlos de lo que es el salafismo», matizó el investigador, calificando de «ridículo extender un hecho aislado para propagar discursos de odio contra toda una comunidad» y rechazando «vinculaciones absurdas» en esta materia.
«Estamos hablando de individuos aislados, con intencionalidades muchas veces ni siquiera religiosas», afirmó Antonio Segura a LA RAZÓN, refiriéndose a causas «económicas o de poder» y reiterando «el problema que supone meter en la misma bolsa a toda una población o una cultura».
Actualmente España se mantiene en nivel 4 de alerta terrorista, lo que supone riesgo alto de atentado en territorio nacional. Si tiene conocimiento, indicio o sospecha de actividades que pudieran estar relacionadas con este tipo de delincuencia grave, podrá aportar información al Centro de Coordinación de Información sobre Radicalización (CCIR) del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).
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