Tribunales

Condenado por agredir a dos guardias civiles en un asentamiento de Níjar (Almería)

El arrestado tenía una orden de expulsión en vigor por infracción a la normativa de extranjería

Asentamiento chabolista en Níjar (Almería)
Asentamiento chabolista en Níjar (Almería)Europa Press

Un juzgado de Almería ha condenado a cuatro meses de prisión a un hombre de origen marroquí que el pasado 3 de agosto se resistió de forma violenta a su detención en un asentamiento chabolista de San Isidro-Níjar (Almería) y agredió a dos guardias civiles, causándoles lesiones y daños materiales.

Los hechos ocurrieron sobre las 13:30 horas de ese día, cuando una patrulla de la Guardia Civil realizaba labores de seguridad ciudadana en la calle Brasil de San Isidro e identificó a un varón en las inmediaciones de un bar de la zona, conocida por el consumo de sustancias estupefacientes.

Al comprobar sus datos, los agentes constataron que figuraba en la Base de Datos de Señalamientos una orden de expulsión en vigor por infracción a la normativa de extranjería, condicionada a la presentación de su pasaporte físico para confirmar su identidad.

El hombre manifestó que el documento se encontraba en su domicilio, situado en el poblado chabolista de Atochares, hasta donde accedió a acompañar voluntariamente a la patrulla. Una vez allí, y tras mostrar su pasaporte, los agentes le informaron de que iba a ser detenido para su traslado a la Comisaría de Policía Nacional de Almería.

En ese momento, el ahora condenado intentó escapar, abalanzándose sobre los dos guardias civiles y empujándolos contra la chabola, propinándoles golpes y provocando la caída de todos al suelo, donde finalmente fue reducido y engrilletado.

Uno de los agentes sufrió contusión superficial en la rodilla izquierda, dolor en un dedo de la mano derecha y en la otra rodilla, lesiones que requirieron medicación y tratamiento durante siete días no impeditivos, y otro padeció arañazos, una contusión en la rodilla izquierda y una herida en la ceja, con tratamiento médico y puntos de aproximación durante siete días no impeditivos, quedándole una cicatriz leve como secuela.

Por estos hechos el acusado ha sido condenado por un delito de atentado a los agentes de la autoridad y dos delitos leves de lesiones. Además de los cuatro meses de prisión, deberá pagar dos multas de cuatro meses a razón de cuatro euros diarios por cada delito leve.

En concepto de responsabilidad civil, se le impone el pago de 530 euros a uno de los agentes y 2.000 euros al otro, cantidades que devengarán los intereses legales. La pena de prisión queda suspendida durante dos años, condicionada a que no vuelva a delinquir y abone las indemnizaciones.

Tras la sentencia, la delegación en Almería de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha manifestado que fallos judiciales recientes demuestran “lo barato que sale agredir a un guardia civil” y ha reclamado una reforma del Código Penal para endurecer las penas y el reconocimiento de estos agentes como “profesión de riesgo”.

En los últimos diez días, AUGC ha prestado asistencia judicial a cuatro guardias civiles agredidos, con indemnizaciones por lesiones y daños materiales que superan en total los 3.000 euros. La asociación ha criticado la falta de medios activos como pistolas táser y pasivos como cámaras corporales, lo que, afirma, incrementa el riesgo en intervenciones con agresividad extrema.

AUGC ha advertido de que, por la frecuente insolvencia de los condenados, puede acabar siendo el Estado quien pague las indemnizaciones, y urge a actualizar la Ley Orgánica 2/1986 de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en vigor desde hace 39 años, para afrontar nuevos retos y evitar la pérdida del principio de autoridad.