Con la esperanza y los ojos puestos en el cielo, la sequía sigue haciendo mella en los campos y en la moral de los agricultores de la provincia de Cádiz, que ven como mes tras mes los embalses de la provincia, en su gran mayoría, siguen perdiendo agua y que, entrado el otoño, las ansiadas lluvias no llegan para aliviar una situación que empieza a tomar tintes dramáticos, tal y como lo han atestiguado las cosechas de trigo, girasol y uva.

Desánimo que tiene su justificación en unos números que, tal y como ha trasladado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), hablan del tercer año hidrológico más seco en España desde 1961; con una media de precipitaciones de 473 litros por metro cuadrado o, lo que es lo mismo, 162 menos de la media de los últimos 61 años.

Datos que resultan más alarmantes aún si tenemos en cuenta que, a día de hoy, los embalses de la provincia registran un nivel de agua por debajo de la mitad de la media de los últimos diez años: 452 hectómetros cúbicos frente a 1.005. Cantidad que hace que estos se encuentren al 24,82 por ciento de su capacidad total (1.821 hm3), tan solo por debajo de provincias andaluzas como Córdoba (15,74 %), Jaén (18,18 %) y Almería (19,20 %).

Cifras que también resultan negativas si las comparamos con las del pasado año, con 578 hm3 embalsados, 31,74 %, y que vienen a reafirmar que nos encontramos en un ciclo de sequía.

El reflejo más evidente de esta situación lo encontramos en el embalse más grande de la provincia, el Guadalcacín. Con una capacidad de 800 hm3, la gran bolsa de abastecimiento de la provincia para consumo humano y de la que dependen 2500 agricultores, se encuentra al 26,38 por ciento, con 211 hm3 frente a los 292 del pasado año o los 465 de media de los últimos años.

Lejos quedan ya aquellas imágenes de 2013, cuando alcanzó su cota histórica (788,45 hm3), atribuyéndose el sobre nombre del ‘mar interior’ de Cádiz.

Peores datos arroja el segundo gran embalse gaditano y uno de los más importantes para el riego, el Barbate, que, con 32 hm3 embalsados, se encuentra al 14,04 por ciento de su capacidad (228 hm3), cediendo 2 hm3 respecto al mismo periodo del año pasado y 74 por lo que se refiere a la media de los diez últimos años.

Situación un poco peor presenta el embalse de Bornos, con destacado protagonismo para el sector agrícola. Con 26 hm3, se encuentra al 13 por ciento de su capacidad (200 hm3) o, lo que es lo mismo, dos puntos y medio por debajo de 2021 y 26,7 de la media de la última década.

No sale mucho mejor parado en esta radiografía el embalse de Zahara-El Gastor (223 hm3 de capacidad) . A día de hoy embalsa 38 hm3 (17,04 %), casi la mitad del pasado año (66) y 113 menos que la media de los últimos diez años.

LOS HURONES, RESPIRO PARA EL CONSUMO HUMANO

Por lo que respecta al otro gran embalse de abastecimiento humano, Los Hurones, este presenta un nivel muy superior a los antes mencionados. Concretamente, se encuentra al 41,48 por ciento de su capacidad; eso sí, con 18 hm3 menos (56) que el año pasado (74) y solo uno en relación a la media de la última década.

En lo que a los embalses del Campo de Gibraltar se refiere, estos arrojan un balance tras este nuevo año hidrológico en positivo, con un 15,6 por ciento más de agua que en 2021. 70,2 son los hectómetros cúbicos que acumulan Charco Redondo, Guadarranque y Almodóvar, manteniendo, eso sí, la situación de ‘sequía excepcional’.

Por último, cara y cruz para los embalses de Arcos y Celemín. El primero, con una capacidad de 14 hm3, embalsa 12, el 85,71 por ciento, mientras que el Celemín, con 45 hm3 de capacidad, embalsa 7, encontrándose al 15,56 por ciento.