Economía
«La bajada del IVA es un engañabobos»
«Hasta que no bajen abonos, gasoil, electricidad, etc. no habrá una reducción real de precios», alertan desde el sector
Con la reciente reducción del IVA de los productos básicos de fondo, algo que afecta de lleno al campo, el presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes (una de las más importantes de Andalucía), Bartolomé Ramírez Sánchez, asegura que no se podrá hablar de una «bajada real de precios hasta que no se reduzcan los de aquellas materias que de verdad los encarecen: plásticos, gasóleo, electricidad, abonos, etc».
«Lo demás», subraya, «es un simple engañabobos». «Como se demuestra», sostiene, «que, como mucho, esta rebaja del IVA en los productos básicos que afectan al campo supone en torno a unos 50 céntimos de ahorro por compra de los consumidores. Rebaja que, como es fácil de entender, sirve de muy poco». El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha subido en Andalucía un 0,2% durante diciembre con respecto al mes anterior, de forma que Andalucía ha cerrado 2022 con una tasa interanual del 6,2%, destacando especialmente la subida de precios de los alimentos, que ha sido del 17% con respecto al mismo mes de 2021, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
«Si de verdad se quería ayudar de forma reseñable a las familias, lo suyo es que hubiese aplicado el recorte sobre otros productos que también son parte importante de la cesta de la compra y sí son más caros; sirvan el ejemplo de la carne y el pescado», destacó.
Con el debate de la validez de la bajada del IVA de fondo y el incremento de precios, ya denunciado por Facua, de los alimentos en algunas grandes superficies, Bartolomé resalta que «para nosotros, más allá de estos mínimos recortes al consumidor, la realidad pasa por que el campo sigue asfixiado, sobreviviendo día a día. Cada vez estoy más convencido de que se está haciendo mucho hincapié en que desaparezca la estirpe campera de este país; como demuestra que cada vez nos lo están poniendo más difícil», manifestó.
«Y luego», predice el presidente de la cooperativa con instalaciones en Conil de la Frontera (Cádiz), «nos alimentaremos como los camaleones, del aire, y vendrán los lloros y las lamentaciones». «Es evidente», denunció, «que cada vez se está haciendo más para que nos tengamos que marchar del campo». «Tanto es así que nos están poniendo obstáculos hasta para cosas tan ridículas como tener una cabra o una simple gallina», censuró.
Curtido en mil y una batallas sectoriales –«desgraciadamente, la hemos tenido de todos los colores»–, Bartolomé Sánchez advierte de que «estamos en uno de los escenarios de mayor incertidumbre al que no hemos enfrentado a lo largo de los últimos tiempos», lo que «nos impide hacer una planificación o unas remotas previsiones de lo que va a pasar con el campo».
«El asunto», recalcó, «es muy serio y las perspectivas para este año solo cabe esperar que sean mejores que las de 2022. Por ahora, la única gran verdad es que hasta que no veamos que realmente comienzan a bajar los precios de los productos que necesitamos para sembrar, etc. Es totalmente absurdo hablar de una mejora del sector agrario y, consecuentemente, de una bajada de precios que afecte en positivo a todos los consumidores, especialmente a la economía de aquellos que peor lo están pasando con esta crisis», apuntó.
En relación a la producción para este 2023 de los cooperativistas (más de medio millar de asociados de las localidades de Barbate, Chiclana, Conil, Vejer, Medina Sidonia y Puerto Real), el presidente de Las Virtudes señala que, «por desgracia, nosotros estamos acostumbrados a soportar sequías, levanteras, inundaciones y demás desgracias, somos más duros que el Alcoyano. Así que vamos a seguir ahí, al pie del cañón, intentando sacar adelante la rica y diversa producción que tenemos (más de 60 variedades de frutas, verduras y legumbres). No obstante, mucho me temo que pese a nuestro compromiso y esfuerzo, al final se va a cumplir el dicho popular de ‘entre todos lo mataron y el solo se murió».
«Tan solo digo que para ver qué puede pasar con nosotros se mire al sector lechero, que ha sufrido tal sacudida que ha tenido que sacrificar miles de cabezas y ahora no disponemos de leche para nuestro propio mercado, generando una dependencia de terceros países. Muy triste».
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